Los 'Real World Assets' transforman la inversión en activos tangibles

El ecosistema de las criptomonedas y la tecnología blockchain evoluciona constantemente, generando nuevos nichos y aplicaciones a medida que madura. Una tendencia emergente que está captando la atención de inversores, empresas y entusiastas, y que se dice que puede ser de las narrativas que cobren más fuerza en los próximos meses, es la tokenización de activos del mundo real o «Real World Assets» (RWA). Esta innovadora práctica promete revolucionar la forma de interactuar con activos físicos valiosos al representarlos digitalmente en cadenas de bloques, convirtiéndolos en activos negociables, divisibles y transferibles de manera transparente y eficiente. Básicamente, de una manera más eficiente que los procesos y mecanismos que actualmente aplican a muchos de estos activos.

RWA

La premisa fundamental detrás de los RWA es aprovechar el poder de la tecnología blockchain y los contratos inteligentes para democratizar el acceso a diversas clases de activos tangibles y fomentar una mayor liquidez en mercados tradicionalmente ilíquidos. Mediante la tokenización, activos físicos como bienes inmuebles, metales preciosos, obras de arte, productos básicos agrícolas y derechos de propiedad intelectual se convierten en activos digitales únicos y rastreables.

Al tokenizar un activo, su propiedad se fracciona en partes más pequeñas y comercializables, reduciendo significativamente las barreras de entrada para los inversores. Esto abre nuevas oportunidades para que un público más amplio pueda participar en mercados previamente restringidos a grandes inversores institucionales o individuos adinerados.

Tokenización

El proceso de tokenización de activos del mundo real se basa en la sinergia de varias tecnologías y protocolos blockchain. En el corazón se encuentran los contratos inteligentes, programas autoejecutables que residen en la cadena de bloques y definen las reglas y condiciones que rigen el comportamiento de los tokens de activos, como su emisión, transferencia y gestión de derechos.

Los protocolos de tokenización, como los populares estándares de token ERC-20 y ERC-721 en la blockchain de Ethereum, establecen los detalles técnicos para la creación y gestión de estos activos digitales. Estos protocolos definen la estructura de datos de los tokens, así como las funciones y reglas que determinan su interacción con otros contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (DApps).

Dado que los activos del mundo real existen fuera de la cadena de bloques, se necesitan «oráculos» para conectar la información del mundo real con la blockchain. Estos oráculos son fuentes de datos confiables que proporcionan información actualizada sobre el estado, la valoración y otros detalles relevantes de los activos subyacentes. Entre estos oráculos, el proyecto Chainlink es de lo más populares y nutre de datos a ámbitos tan dispares como el financiero o las apuestas deportivas.

Además, para garantizar la legitimidad y el respaldo de los tokens de activos, se requieren soluciones de custodia segura para los activos físicos subyacentes. Esto puede implicar el uso de depósitos seguros, registros legales o contratos legalmente vinculantes que vinculen los activos digitales con sus contrapartes físicas.

Usos disruptivos

Los RWA tienen el potencial de disrumpir varios sectores y abrir nuevas oportunidades en diversos ámbitos. Una de las principales ventajas de los tokens de activos reales, o security tokens, es permitir la división de la propiedad de activos valiosos en fracciones más pequeñas y asequibles. Esto podría permitir que un mayor número de personas invierta en bienes inmuebles de lujo, obras de arte de renombre o activos previamente inaccesibles para el inversor promedio. Es decir, se puede dividir una obra valorada en diez millones de euros en diez millones de participaciones de un euro, y con ello romper la barrera de entrada que de forma natural supone el acceso al mercado del arte más cotizado.

Otra aplicación es la tokenización de productos básicos como el café, cacao, minerales o petróleo, lo que podría mejorar significativamente la trazabilidad, transparencia y eficiencia en las cadenas de suministro globales. Los tokens de activos permitirían rastrear el origen, propiedad y movimiento de estos productos, reduciendo la fricción y costos asociados con su comercio internacional.

Asimismo, los derechos de propiedad intelectual como patentes, marcas y derechos de autor podrían tokenizarse, facilitando su licenciamiento, comercialización y gestión de manera más transparente y eficiente. Otra posible aplicación son los tokens respaldados por activos para recaudar fondos y financiar proyectos de desarrollo inmobiliario, minería, infraestructura o emprendimientos, ofreciendo a inversores una participación directa en los activos subyacentes. Esta forma de financiación podría democratizar aún más el acceso a oportunidades previamente reservadas para grandes inversores institucionales.

Si bien los Real World Assets aún se encuentran en una etapa temprana de adopción, su potencial para transformar la forma de acceder, transferir e invertir en activos tangibles es innegable. A medida que la tecnología blockchain y los protocolos de tokenización maduren, y se resuelvan desafíos regulatorios y de custodia, como ya está planteándose tanto a nivel nacional como con la futura normativa europea MiCA, es probable que se produzca una adopción más generalizada de los RWA en diversos sectores, cambiando fundamentalmente la dinámica de los mercados de activos tradicionales.