The Objective
Tecnología

Suecia y Noruega reparten con drones comida a domicilio a zonas remotas

El servicio opera en zonas de difícil acceso desde febrero y la fase de prueba ha cumplido con las expectativas iniciales

Suecia y Noruega reparten con drones comida a domicilio a zonas remotas

Un dron de reparto a domicilio. | Aviant

Resulta difícil imaginar un dron con una hamburguesa recién hecha aterrizando en la puerta de una casa. Parece ciencia ficción, pero ya es una realidad en algunos países nórdicos. Este innovador método de entrega ha empezado a utilizarse en el archipiélago sueco de Värmdö, muy cerca de Estocolmo. El experimento, desarrollado por la empresa noruega Aviant, tiene como objetivo repartir comida caliente en zonas rurales o de difícil acceso a las que no llegan los repartidores, y, según afirma la propia empresa, la fase de prueba está siendo todo un éxito.

Desde el mes de febrero, los ciudadanos de este archipiélago sueco han podido recibir hamburguesas de una cadena que colabora con la empresa pionera de este proyecto para poner a prueba la eficacia de los drones. Por el momento, solo se realizan unas diez entregas semanales, ya que la compañía está tratando de perfeccionar la logística y solucionar algunos errores o desperfectos en la entrega de pedidos. Según una entrevista realizada por la BBC, el cofundador explicó que en las primeras pruebas encontraron varios problemas: las patatas llegaban frías, la comida se ablandaba en el viaje, etc. Por ello, diseñaron unos contenedores térmicos que mantienen la temperatura de la comida incluso a pesar del frío propio de la zona.

El objetivo de los fundadores es expandir el negocio a otras zonas como Nesodden, un municipio noruego que, a pesar de estar cerca de la capital, está muy mal comunicado y acceder a él supone un desvío de 46 km. La compañía ha señalado en un mapa todos aquellos puntos del territorio que no disponen de un servicio de comida a domicilio, que son más de 40, y prevé esparcir el negocio para cubrir cada uno de ellos.

Esta propuesta escandinava, a pesar de ser novedosa y pionera en este campo, no es la original. Es más, países como China o Irlanda ya operan con entregas de este estilo, aunque el uso de drones no sea habitual. En Irlanda, empresas famosas de comida como Just Eat ya colaboran con Manna Drones Ltd. para entregar comidas o cenas en tan solo tres minutos en Dublín.

Una de las grandes dudas que surge en torno a esta nueva tecnología es su precio. Según informa Aviant, el coste para el cliente es prácticamente igual al de un pedido entregado por un repartidor, es decir, que el cliente no paga un extra por recibir en la puerta de su casa un dron. Las tarifas de entrega en casa en noruega suele oscilar entre los tres y cinco euros. Uno de los principales atractivos de este nuevo sistema para las empresas de entrega de comida es que pueden prescindir de un repartidor humano, ahorrándose ese coste y aumentando así el margen de beneficio. En el caso de zonas como Värmdö, esta medida no quita trabajo a los repartidores porque directamente no existía el servicio de reparto. Además, la densidad de pedidos es escasa, por lo que sale más rentable hacer uso de estas máquinas voladoras que pagar un sueldo y los gastos de desplazamiento del trabajador.

Desafíos y margen de mejora

Aunque parezca sencillo y rentable poner en marcha un proyecto de estas características, los creadores se enfrentan a múltiples desafíos que, además de complicados, son incontrolables, como las condiciones climáticas o la normativa aérea, entre otros. Las fuertes ráfagas de viento propias de las islas escandinavas puede complicar el viaje, afectando a la seguridad y estabilidad del dron. Además, la lluvia o nieve pueden dañar parte de sus componentes electrónicos o incluso reducir el campo de visibilidad del objeto. Otro gran reto es el relativo a la batería del aparato. Las baterías actuales permiten rutas relativamente cortas, limitando el rango de entregas a zonas cercanas.

La capacidad de carga de un dron es limitada. Actualmente, la mayoría de ellos pueden transportar un máximo de cinco kilos, lo que limita el tipo de pedidos que se pueden enviar. Por ahora, solo es posible enviar comidas ligeras, como hamburguesas o bebidas de un tamaño pequeño. A pesar de ello, esta opción está poniendo solución a la ausencia de este servicio en zonas alejadas o inaccesibles, en las que los locales exigen respuesta por parte de las compañías especializadas en la entrega a domicilio. Y, aunque la idea todavía esté en proceso de mejora y solución de problemas, es una alternativa útil, práctica y que además reduce la huella de carbono.

Publicidad