'The Callisto protocol': terror en el espacio
El videojuego nos narra la aventura de un transportista espacial que se ve envuelto en una confusión tras la cual es llevado directamente a la cárcel de Callisto
Otro esperadísimo que llega con polémica. Heredero directamente de Dead Space, dado que su creador es el mismo, Glen Schofield, reputado desarrollador y productor de juegos tan reconocidos como Call of duty: Modern warfare 3, WWII o Blood Omen 2: Legacy of Kain, nos narra la aventura de un transportista espacial que se ve envuelto en una confusión tras la cual es llevado directamente a la cárcel de Callisto, un satélite de Júpiter descubierto en 1616 por Galileo Galilei.
Sin lugar a duda podría ser el hijo evolucionado de Dead Space pues se trata también de un juego en tercera persona que utiliza la ciencia ficción y el terror en el mismo plano. El protagonista es implantado con un medidor de salud en la nuca nada más llegar a la prisión espacial. A partir de ese momento todo es intentar salir de allí, máxime cuando el lugar está infectado de seres monstruosos que mutan en criaturas horrendas capaces de exterminar todo lo que se mueva.
La claustrofóbica atmósfera que nos invade en la gigantesca prisión de metal, con pasillos y compuertas que deberemos sortear, la tenebrosa oscuridad que reina en algunas estancias junto a los sonidos misteriosos que emiten las criaturas infectadas, convierten el título en el survival horror que muchos de los fans querían para las dos secuelas de Dead Space, a las que acusaron de transformarse más en un shooter de acción que en un juego de terror espacial.
En aquel debíamos enfrentarnos a seres más cercanos a la atmósfera de Alien, los necromorfos, humanos infectados por una extraña mutación que les convierte en criaturas con gigantescas extremidades a modo de araña, deambulando para propagar el virus en cualquier tipo de vida encontrado. Pues bien, en Callisto descubrimos criaturas más cercanas a los zombies, de apariencia más humana y siniestra, pero con una capacidad de mutación capaz de convertirles en verdaderos gigantes y asesinos sanguinarios.
En algunas ocasiones, el hecho de desmembrarles conlleva al nacimiento de brotes cuya protuberancia va aumentando hasta convertirles en seres asquerosamente nauseabundos que no van a dudar en golpearnos, mordernos y apretarnos los ojos con sus dedos mientras sujetan nuestra cabeza hasta que explotemos envueltos en sangre. Quizá esta sea una de las grandes bazas que tiene el título. Sin lugar a ninguna duda, algunos de los enfrentamientos, así como las atmósferas y sonidos creados, nos pueden llevar a sentir ese escalofrío que experimentábamos cuando nos sobresaltaba atacándonos el muerto de turno en Silent Hill.
En Callisto debemos estar preparados para sortear la cabeza amenazante de un ser asalvajado asomando por la rendija de la compuerta que intentamos abrir, o para quitarnos de encima rápidamente una larva que se nos precipita bien viniendo de las entrañas de un recién espachurrado o del interior de una caja de repuestos. Disponemos de pistola, escopeta, porra de aturdimiento, palancas y un guante gravitacional que deberemos ir recargando. Con él podemos atraer al enemigo suspendiéndole en el aire para después lanzarle contra algo y que explote o quede anclado antes de rematarle.
Cuando hemos derrotado al enemigo, conseguimos, tras pisotearle sonoramente, extraerle algunos créditos Callisto con los que poder comprar nuevo armamento o mejorar el que ya tenemos gracias a las impresoras 3D situadas en los puestos de recarga. En esos mismos puestos podremos vender los artículos que consideremos para obtener más créditos. Así podremos ir gestionando el arsenal del que dispongamos en nuestras arcas. Con todo esto la aventura a través de la estación espacial se convierte en una huida entre pasillos, plataformas elevadoras, conductos de aire y en algunos momentos cambiamos las estancias claustrofóbicas por escenarios más dignos de las atmósferas futuristas de juegos como Mass Effect y por paisajes exteriores nevados que albergan enemigos atrapados en el hielo y que en cualquier momento pueden volver al ataque para nuestra sorpresa.
Los objetivos los iremos descubriendo poco a poco conforme vayamos adentrándonos en la aventura. La investigación de los cadáveres nos facilitará la información necesaria sobre lo que allí ocurrió contado por ellos mismos gracias a unas notas de audio que podremos ir gestionando con nuestro visor de realidad aumentada que despliega todo el menú necesario, mientras vemos la cara en tercera persona del sufrido Jacob. Pero no está solo, cuenta con una compañera que si bien empieza siendo su carcelera, acaba siendo la persona en la que deberá confiar para conseguir salir de ese siniestro lugar. Sin su apoyo, la escapada será difícil.
Acción, exploración, posibilidad de eliminar por detrás algunas criaturas gracias al sigilo y hasta Quick Time Events para pulsar el botón en determinados momentos y no caer eliminados. Todos los ingredientes para pasar un buen rato machacando criaturas terroríficas en una especie de laberinto espacial de juegos del hambre que va decayendo por la repetición de algunos enfrentamientos pero que cumple con su objetivo, lejos de ser ese esperadísimo y sorprendente título que nos anunciaron. Y con la queja de muchos usuarios tras experimentar caídas de frame con el consecuente stuttering en sus ordenadores. Su creador ya ha pedido disculpas y promete parches.
La precipitación también llevó al fracaso a Cyberpunk 2077, curiosamente también antes de la campaña navideña. Y, para rematar, el remake de Dead Space llega a principios del próximo año.
The Callisto protocol está disponible para PlayStation 4 y 5, Xbox series y One y PC.