'Final Fantasy VII Rebirth': la franquicia riza el rizo con nuevas aventuras
Es gratificante progresar en la aventura, mejorar el personaje y descubrir los entretenidos minijuegos
Vuelve Final Fantasy. Esta entrega —llamada Final Fantasy VII Rebirth— es la continuación directa del que fuese el exitoso remake de la séptima entrega de la saga y la historia no parará aquí porque se trata de una trilogía y falta la tercera parte que llegará en pocos años. Si siguen así, pueden tener trabajo para veinte años más y a tenor de los resultados, clientela no les va a faltar. Final Fantasy se va a convertir en una franquicia interminable a tenor de la cantidad de giros argumentales que se van sucediendo con cada entrega.
Confieso que me apabulla igual que la cantidad de películas de la saga Star Wars. Llega un momento en que para situarte en la trama has de consultar un montón de documentación para enterarte de las desventuras, apariciones y desapariciones de cada uno de los personajes.
Una de las características que más sorprendió tras la llegada del remake de FFVII fue la posibilidad de alejarse de los combates por turnos para realizarlos en tiempo real, lo que transmitía al juego la agilidad de la acción además de todo el arsenal rolero que atesora. En esta nueva entrega podremos elegir las dos opciones al gusto. Sin lugar a duda la franquicia siempre se ha caracterizado por ofrecernos unas cinemáticas narrativas de calidad indiscutible, imágenes con un detalle apabullante, cabellos que se ondulan con el viento y escenarios grandiosos con un acabado de quitar el hipo.
En Rebirth seguiremos disfrutando de esos momentos, aunque los asiduos no se sentirán tan sorprendidos y puestos a quejarse, ya están midiendo con pie de rey algunas texturas y momentos en los que la luz juega malas pasadas, sobre todo en cuanto a transiciones entre un ambiente iluminado y uno a la sombra. La posibilidad de modificar gráficos, rendimiento y brillo no es suficiente según algunas zonas en las que nos encontremos, pero eso no empaña en absoluto la factura de este título que sin duda este año acaparará premios y que ya tiene previsión de ofrecer parches de mejora en forma de actualización.
Continuaremos en la lucha contra la corporación Shinra que pretende manipular en su beneficio las reservas de mako, el gas con el que se obtiene la energía en el planeta. Cloud el rubio protagonista que fuera soldado para la empresa, se pasó al lado rebelde convirtiéndose en mercenario eco-terrorista y ayudado por sus antiguos compañeros Tifa y Aeris —el gigantón con implante ametrallador en el brazo derecho y el misterioso ser felino con la cola en llamas creado por los experimentos biológicos que Shinra lleva a cabo para crear bestias en contra de la humanidad— emprenderán una aventura nueva empezando por recordar la historia de Cloud y el malo de turno, el metrosexual de blanca e impecable cabellera Sephiroth.
Diversión sin perder la esencia
No faltan guiños a la legendaria entrega de 1997, por ejemplo cuando Cloud encuentra el piano de Tifa y ha de repetir un código de botones para reproducir una melodía y conseguir un manual. En Rebirth esto se ha convertido en un minijuego en el que el jugador puede pasarse las horas muertas ejecutando melodías polifónicas mientras mueve los joysticks. Confieso que yo también he pasado mi tiempo abducido con el pianito.
La esencia de la franquicia sigue presente para tranquilidad de los incondicionales y los nuevos jugadores disfrutarán sin necesidad de haberse enfrentado al anterior título. Durante los combates podremos alternar el uso de cada uno de los integrantes del grupo cambiando el manejo del líder por otro, luchando en equipo con habilidades conjuntas si es que rellenamos las barras denominadas «BTC» de cada uno de los luchadores. Mejoraremos nuestras habilidades engarzando materias en nuestra arma, las obtendremos abriendo cofres, cajas y explorando los grandiosos lugares que iremos visitando en cada una de las zonas abiertas de las que consta el mapeado, que podremos también recorrer a lomos de los famosos «chocobos» marca de la casa.
Así, adquiriremos habilidades de fuego, de hielo, de magia… en definitiva todas las posibilidades roleras que ofrece la saga y que nos mantendrán muchísimas horas trasteando entre exploraciones, minijuegos y combates frenéticos con pausa para la gestión de la estrategia que decidamos implementar en la batalla. En cuanto a la banda sonora, si en algo destaca la saga es en la ampulosidad musical durante los momentos más dramáticos, los momentos dignos de culebrón, los recuerdos del pasado o viviendo el trágico presente envueltos en una atmósfera absolutamente moña de la que los japoneses son auténticos maestros.
Final Fantasy VII Rebirth está disponible solo para PlayStation 5.