«Alone in the Dark»: el primer survival horror de la historia vuelve treinta y dos años después
Si hay algo que destaca en el título es el equilibrio entre la exploración y la acción
Son muchos años 32 y si echásemos la mirada atrás y jugásemos a ese primer juego de ordenador que parecía más una aventura gráfica que un survival dado lo tosco de sus movimientos en la acción y la cantidad de menús explicativos en su interfaz, a nadie le sobresaltaría ahora el encuentro con alguno de los monstruitos que atacaban al protagonista.
Si ponemos a algún chaval delante de ese título, seguramente nos diría que le dan más miedo los enemigos de Minecraft. La industria ha evolucionado tanto que verlo ahora resultaría ridículo, pero por aquel entonces sirvió de referencia para que se desarrollasen títulos de terror como la exitosa franquicia Resident Evil.
El presupuesto para esta ópera prima del videojuego de terror y supervivencia en 1992 fue de 400.000 dólares. Se desarrollaron dos secuelas y varios nuevos títulos más pertenecientes a la franquicia, además de dos películas que pasaron sin pena ni gloria.
Este primer juego de toda la serie que sentó cátedra en la industria, nos traslada a una mansión de los años veinte, una residencia de enfermos y ancianos llamada Derceto Manor, allí se suceden acontecimientos paranormales, extrañas muertes y la sensación de que en su interior se oculta un terrorífico ente, el difunto pirata ocultista que construyó la mansión y cuyos restos se encuentran en algún lugar oculto bajo la mansión. El tío de la protagonista murió ahorcado dentro de Derceto y ahora, ésta y un detective, han llegado para investigar lo sucedido. Así podremos escoger entre uno u otro para disfrutar la aventura que tendrá variaciones dependiendo del personaje elegido.
Dos personajes a los que han dado vida gracias a la captura de movimientos y el tratamiento facial el actor David Harbour conocido por Stranger Things y la actriz Jodie Comer de Killing Eve. Allí se dedicarán a investigar estancia por estancia incluyendo los alrededores como el cementerio y los numerosos túneles que se ocultan bajo tierra. Como todo survival horror que se precie, los útiles escasean y será fundamental ahorrar munición en nuestra arma si tenemos posibilidad, y utilizar objetos arrojadizos a ser posible prendiéndoles fuego para reducir a cenizas a todos los entes malignos que nos sorprenderán en cualquier esquina y que transmiten al juego, una atmósfera que sin duda está inspirada en el recurrente Lovecraft, que por cierto sale en los títulos de crédito, y en la famosa mansión que creó Edgar Allan Poe, la casa Usher.
La historia ha sido enriquecida gracias al guión de Michael Hedberg, reconocido por títulos como Soma o Amnesia. Y si está inspirada en la primera entrega de la legendaria franquicia, tiene los suficientes aderezos como para tratar el título como una renovación del original y no como un remake. De hecho, el prólogo que muchos han podido disfrutar antes de que el juego se lance, está protagonizado por una pequeña jovencita de 11 años que aparece en la segunda parte de la franquicia y que en esta entrega será la responsable de enviar la carta que el dueño de la mansión intenta hacer llegar a su sobrina, Emily Hartwood la protagonista a la que da vida Jodie Comer. Un cortísimo prólogo de apenas seis minutos de duración en el que la pequeña explora la mansión en busca del lugar donde depositar la carta enfrentándose a dos misteriosos entes malignos mientras trata de escapar.
Si hay algo que destaca en el título es el equilibrio entre la exploración y la acción, sin duda algunos encuentros con los monstruos del averno nos pondrán los pelos de punta sobre todo si carecemos de munición, obligándonos a pensar alguna otra opción o alternativa. Otra característica del juego serán los puzzles pudiendo elegir ayudas o no para su resolución. Para abrir puertas bloqueadas deberemos encontrar llaves o talismanes situándolos de manera determinada para que causen efecto. Si fue el juego en el que se inspiraron para desarrollar títulos tan referentes como Resident Evil o Silent Hill, éste a su vez bebe de ellos con sus perspectivas en tercera persona tras el hombro y sus escasos objetos para atesorar, las criaturas que deambulan por los oscuros y húmedos escenarios y unas efectivas imágenes acompañadas de un sonido que eso sí, a veces resulta exagerado. No es un juego que invente nada, puesto que ya lo hizo su primera entrega para los limitados ordenadores de la época, se quedará para entusiastas del género y para los añorantes de solo en la oscuridad.
Hay tantos títulos del género que se nos hace fácil preguntar si era o no necesario reinventar el juego. Esperemos que el resultado final tras sus varios retrasos, les sea suficientemente rentable a los desarrolladores como para cubrir gastos.