Turquía bombardea enclave un kurdo en el norte de Siria
La artillería turca ha bombardeado el viernes de nuevo el enclave kurdo de Afrine, en el norte de Siria, donde una ofensiva de Turquía parece inminente, informa AFP. La tensión ha aumentado cuando el régimen sirio ha bombardeado con morteros una clínica psiquiátrica en Azaz, una localidad del norte controlada por rebeldes apoyados por Turquía. «Las redes y elementos terroristas en el norte de Siria serán eliminados. No hay otra solución», ha asegurado el ministro de Defensa turco, Nurettin Canikli, en una entrevista a la cadena de televisión A Haber.
La artillería turca ha bombardeado el viernes de nuevo el enclave kurdo de Afrine, en el norte de Siria, donde una ofensiva de Turquía parece inminente, informa AFP. La tensión ha aumentado después de que el régimen sirio ha bombardeado con morteros una clínica psiquiátrica en Azaz, una localidad del norte controlada por rebeldes apoyados por Turquía. «Las redes y elementos terroristas en el norte de Siria serán eliminados. No hay otra solución«, ha asegurado el ministro de Defensa turco, Nurettin Canikli, en una entrevista a la cadena de televisión A Haber.
Turquía critica con vehemencia el proyecto anunciado el domingo por la coalición internacional anti-yihadista dirigida por Estados Unidos, que propone la creación de una fuerza fronteriza de 30.000 hombres en el norte de Siria. Para ello Washington cuenta con la participación de miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de combatientes kurdos y árabes dominada por las Unidades de Protección del Pueblo kurdo (YPG), milicia kurda que Turquía considera como «terrorista».
La ofensiva turca abriría un nuevo frente en el complejo conflicto sirio, y corre el riesgo de tensar aún más las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, que se ha esforzado en los últimos días en tranquilizar a su aliado turco. El presidente, Recep Tayyip Erdogan, afirmó el lunes que Turquía «cortará de raíz» esta nueva fuerza, y que «en cualquier momento» podría lanzar una operación contra Afrine.
El Pentágono ha asegurado esta semana que Estados Unidos no prevé crear una «ejército» kurdo en la región, y el secretario de Estado, Rex Tillerson, ha asegurado que el proyecto ha sido «mal explicado». Pero Turquía ha decidido acelerar sus bombardeos, y según el diario Hurriyet, el ejército lanzó 40 obuses durante la jornada.
Turquía prevé utilizar rebeldes sirios formados por su ejército para una eventual ofensiva terrestre, como ya lo hizo durante una incursión lanzada en 2016. Además de las amenazas de ofensiva, el gobierno turco envió el jueves a su jefe del Estado Mayor y al responsable de los servicios de inteligencia a Moscú para obtener el acuerdo de Rusia para sus planes.
En Azaz, una localidad controlada por los rebeldes proturcos, al menos 14 personas resultaron heridas el jueves por disparos de mortero que cayeron encima de una clínica psiquiátrica en Azaz. Los rebeldes acusan a las FDS, que niegan cualquier implicación. Por su parte el movimiento Hezbolá, proiraní y aliado del régimen sirio, acusó a Estados Unidos de utilizar «excusas endebles» para mantener sus tropas en Siria.
«Los estadounidenses son los últimos responsables del fin de Dáesh» en Siria, ha asegurado en Beirut el jefe del movimiento chií, Hasan Nasralá. El conflicto en Siria, que empezó como una rebelión popular contra el régimen que derivó rápidamente en una guerra con actores regionales e internacionales, provocó en 2017 un gran aumento de las víctimas civiles, según la ONG Airwars. En total en 2017 murieron en Siria e Irak entre 3.923 y 6.102 «no combatientes» durante 766 ataques, lo que significa el triple de víctimas civiles en comparación con 2016.