Rafaela Requesens, dirigente estudiantil y hermana del diputado opositor Juan Requesens, preso por supuesta complicidad en el intento de magnicidio denunciado por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla con The Objective sobre las oscuras horas de la detención de su hermano, que ella vivió en sus propias carnes. A ella también se la llevó la policía política. No había orden de captura. Eran más de 10 funcionarios encapuchados. Horas después la liberaron, pero a él no. A él lo ataron de manos con cinta americana, según recuerda la joven. Es la última imagen que Rafaela tiene de su hermano. El abrazo de despedida solo se lo pudo dar ella a él. Tres días más tarde, se filtró a la prensa un vídeo de Juan Requesens, desde un baño en la cárcel, vestido tan solo con unos calzoncillos llenos de excremento.
Ya lleva casi tres meses tras las rejas y la acusación hecha por Maduro se basa en una única prueba que ha sido muy cuestionada por sus allegados, su defensa y gran parte de las sociedad. Se trata de otro vídeo en el que el parlamentario, hablando de manera extraña (muchas voces insisten en que lo habían drogado), se auto inculpa y también incrimina al líder de su partido (Primero Justicia) y expresidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, de ayudar a entrar en el país a uno de los organizadores del presunto ataque contra Maduro. “Ni siquiera Juan habla de un magnicidio en ese vídeo. Además, a él lo drogaron para grabarlo”, afirma con contundencia Rafaela Requesens, de 26 años.
El sábado 4 de agosto a las 17:41 hora local, el presidente de Venezuela interrumpió de forma abrupta un discurso transmitido en directo por el 81 aniversario de la fundación de la Guardia Nacional Bolivariana. “Ha llegado la hora de la recuperación económica…”. Entonces su voz se cortó y sonó una explosión. En la tribuna estaban, entre otros, el ministro del Interior, Néstor Reverol, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, y la primera dama, Cilia Flores. Poco después, Maduro acusó directamente a varias personas, entre ellos a Juan Requesens y a Julio Borges, por el presunto atentado con drones contra él y calificó al primero como “uno de los autores materiales” del ataque. El 7 de agosto detuvieron a Requesens. A Borges no lo pudieron arrestar porque ya se encontraba exiliado en Colombia.
A pesar de que el vídeo en el que aparece Requesens acusando a Borges es la única supuesta prueba del chavismo, no consta en el expediente porque la juez no lo aceptó como recurso incriminatorio, pero tampoco lo ha dejado en libertad. Es un expediente sin pruebas. “Desde la detención de Requesens, el tribunal no ha trabajado más y ya han pasado los 45 días de la investigación (preliminar)”, señala Rafaela. De acuerdo a la ley, si en ese período no hay una sentencia concluyente, la persona debería salir en libertad, pero no es el caso de los 235 presos políticos que, según la organización Foro Penal, hay hoy en Venezuela.
La estudiante cuenta que cuando su padre, que es médico, vio en la televisión el vídeo en el que su hijo acusa a Borges, le aseguró que tanto su mirada como su forma de hablar denotaban que lo habían drogado y torturado. “El día de su primera presentación ante el tribunal, su abogado le preguntó por el vídeo de la confesión y Juan dijo que no se acordaba. No sé qué le dieron”, cuenta la hermana.
Sobre el otro vídeo, donde sale en el baño lleno de excremento, ella afirma que no le estaban haciendo ningún chequeo médico, tal y como dijo Nicolás Maduro. “Los tipos (funcionarios) lo mandaron a ponerse así, lo grabaron y se burlaron de él mientras lo hacían”.
ÚLTIMA HORA | ATENCIÓN .
Funcionarios del SEBIN del régimen de Maduro me hacen llegar estas imágenes del diputado Juan Requesens dentro del SEBIN.
Indignación entre funcionarios de como trataron al diputado Requesens.
Fue drogado y amenazado.
RT!! pic.twitter.com/AP8SAxuKt6— AlbertoNews (@AlbertoRodNews) 10 de agosto de 2018
El parlamentario está en El Helicoide –sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), considerado un centro de tortura del régimen chavista donde se encuentran cientos de presos políticos–. Su hermana denuncia que la celda tiene problemas de aguas negras. “Está respirando olor a cloacas todo el tiempo y está incomunicado”. Añade que cuando lo arrestaron le dijeron que lo hacían porque estaba cometiendo un delito flagrante. Sin embargo, este se refiere a cuando una persona es detenida en el acto y el supuesto magnicidio sucedió cuatro días antes.
A todas estas irregularidades y violaciones de los derechos humanos se le suman que se le negó durante semanas la atención médica, a pesar de que tenía una infección de muelas, como también los medicamentos que debe tomar a consecuencia de una cirugía bariátrica a la que fue sometido en 2016.
A Juan Requesens le imputan siete delitos. Entre ellos, asociación para delinquir, intento de magnicidio frustrado al presidente y traición a la patria, de los más graves contemplados en la Constitución venezolana.
Rafaela Requesens se encuentra estos días en Madrid denunciando la situación de su hermano. No ha logrado aprobar el último semestre de la carrera de Ciencia Política porque además de liderar algunas de las protestas de 2017 como líder estudiantil, ahora ha decidido ser portavoz del caso del diputado. Ella asegura que la persecución política transforma miles de vidas en el país sudamericano.
¿Cómo han afrontado tus sobrinas, de uno y tres años, la detención de tu hermano?
“A Sabina, la más grande, le hemos dicho que su papá es un superhéroe, pero que no se lo puede decir a nadie porque es un secreto y que está trabajando en una misión. Esto a ella le ha fascinado. A veces mi mamá le deja chuches en la casa y le dice: ‘Tu papá te dejó un regalo’. Así lo hemos ido manejando”.
Rafaela Requesens ha aprovechado la entrevista con The Objective para responder a una reciente declaración del dirigente de Podemos Íñigo Errejón que defendió al chavismo en la publicación chilena ‘The Clinic’ alegando que “en Venezuela se respetan los derechos y las libertades de la oposición (…). Ha habido importantísimos avances (…). La gente come tres veces al día».
¿Qué le dirías a Errejón?
“Primero, lo invitaría a Venezuela para que vea realmente cuál es la situación, pero como un ciudadano más, no como un diplomático. Yo lo invito a decirle a mi mamá que se respetan los derechos cuando mi hermano, que es diputado electo con el 60% de los votos de su estado (Táchira), está preso y secuestrado en El Helicoide, donde se le ha violado su dignidad como humano, sacándolo en unos vídeos en chores (calzoncillos) llenos de excrementos. Donde está incomunicado, donde sus hijos no lo han podido ver. Le invito a que le diga que se respetan los derechos a la mamá de Juan Pernalete que fue uno (de los más de 100) jóvenes estudiantes asesinados en las protestas de 2017 por las fuerzas de seguridad del Estado. Que le diga a los casi 300 presos políticos que hay en Venezuela, por el simple hecho de alzar la voz, que se respetan los derechos. O incluso que le diga a una mamá que acaba de perder a su hijo por desnutrición que en Venezuela se come tres veces al día. Además lo invito a leer el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), que dice que el hambre ha aumentado este año tres veces en relación a 2010. Te invito, Errejón, a que vengas a vivir a Venezuela con un salario mensual de siete dólares”.