La gala estaba siendo particularmente decepcionante para muchos espectadores, que se quejaban amargamente en las redes sociales, cuando el productor Glenn Weiss dejó de piedra a todos. El famoso realizador de galas como Miss América o los Óscar maravilló al mundo cuando aprovechó el galardón que recibió en la noche de los Emmys para pedir la mano de su novia, que estaba congelada por la emoción. El público del teatro se puso en pie para ovacionar a la pareja en uno de los discursos –por llamarlo de algún modo– más emotivos que se recuerden en los Emmys. Glenn Weiss colocó en el dedo de su prometida –¡dijo sí!– el mismo anillo que empleó su padre con su madre para pedirle matrimonio… hace 67 años.