El sector turístico de El Hierro esquiva la crisis migratoria gracias a la llegada de policías
Más de 9.000 inmigrantes han llegado hasta la isla del Meridiano procedentes de África; el 80% de ellos en el último mes
Canarias está viviendo una de las peores crisis migratorias que se recuerdan. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, 30.705 personas han llegado hasta las costas del archipiélago a bordo de 452 embarcaciones, un 111,2% más que en el mismo periodo de 2022. Una cifra muy cerca de superar a la que se registró en 2006 con la crisis de los cayucos, cuando llegaron a las islas 31.479 personas. El contexto actual, sin embargo, es más grave porque la mitad de los cayucos ha llegado solo en el último mes, y sobre todo, a la pequeña isla de El Hierro.
Esta ínsula, la más occidental de Canarias y con apenas 11.000 habitantes, se ha convertido por su posición en el ‘puerto’ principal de los flujos migratorios. Procedentes de Senegal, miles de inmigrantes, hacinados en barcazas precarias, han llegado hasta el puerto de La Restinga, al sur de la isla, huyendo de su país por la inestabilidad política. Hasta la fecha, según datos de El Cabildo, 9.000 personas han arribado a El Hierro, lo que equivale al 80% de su población. Un escenario que ha desbordado las previsiones de todas las autoridades hasta el punto de tener que trasladar a los inmigrantes a hoteles y albergues de la Península.
Esta situación, sin embargo, no está pasando factura al turismo de la isla, al menos en forma de cancelaciones o caída de visitantes. Hay que tener en cuenta que El Hierro es la isla más pequeña de las que conforman archipiélago, con gran atractivo turístico, pero poca capacidad hotelera. «No está habiendo cancelaciones por esa causa. Incluso la llegada de agentes de fuerzas y cuerpos de seguridad en mayor volumen, así como profesionales de emergencias para atender a estas personas que llegan en cayuco, ha aumentado reservas», aseguran fuentes del sector a THE OBJECTIVE. «Incluso en negocios de hostelería se ve más movimiento», añaden estas mismas fuentes.
«Ritmo frenético» en El Hierro
En cualquier caso, el ritmo en la isla de El Hierro sigue siendo frenético, según relatan fuentes policiales. Y es que, con la llegada masiva de inmigrantes, uno de los problemas que surgió fue la falta de agentes en la isla, que suele contar con medio centenar de guardias civiles, todos ellos en la capital, Valverde. Interior ha reforzado en los últimos meses la presencia tanto de policías nacionales como de guardias civiles, con el inconveniente de que no se trata de una demarcación del primer cuerpo, por lo que han tenido que buscar alojamiento en la isla, al igual que decenas de personas de los servicios de emergencia y oenegés.
Los establecimientos de la zona de La Restinga, donde ha habido una intensa llegada de cayucos durante las últimas semanas, descartan incidencia en su actividad en las últimas semanas. «La ocupación es similar a la que había en verano, estamos bastante a tope», comenta una trabajadora de un establecimiento de la zona a THE OBJECTIVE. Las empresas de buceo, uno de los principales atractivos de la isla, tampoco están notando una caída notable en las reservas. Así lo aseguran desde Buceo La Restinga a este diario. «Turistas sigue habiendo y las reservas no han disminuido. Lo único es que no vienen los veleros porque no hay sitio por los cayucos, pero ese es problema del puerto», añaden.
Por su parte, desde Ashotel, la asociación hotelera y extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, destacan que asisten con «expectación y preocupación» al fenómeno de llegada masiva de personas de África, primero desde un punto de vista humanitario. «Una segunda respuesta tiene que ser a nivel Estado con una contundencia y una capacidad de reacción que supera la capacidad de acogida que tiene Canarias con sus escasos recursos», añade Juan Pablo González, gerente de Ashotel en declaraciones a este diario. Desde la patronal lamentan que la reacción del Gobierno ha llegado tarde, «cuando el fenómeno estaba a punto de desbordarse».
No obstante, y en línea con lo que aseguran desde los diferentes establecimientos contactados de la isla, la situación turística se está desarrollando con relativa normalidad. «Estamos convencidos de que nuestros turistas son bastante más inteligentes que lo que algunas personas malintencionadas están vertiendo en redes generando corrientes xenófobas o generando problemas donde no los hay», asegura. El gerente de Ashotel cree que cualquier turista que va a Canarias sabe que pueden «atenderles con plenas garantías, que está en territorio europeo y que esto es un problema puntual».
«Hace dos años vimos el primer cayuco»
La crisis migratoria, no obstante, sí ha sorprendido a los herreños. Según contaban vecinos de la isla a medios locales, no fue hasta hace un par de años cuando vieron por primera vez un cayuco. Ahora, han visto a alrededor de 7.000 personas llegar a sus costas en cuestión de un mes, eso sí, sin que se haya producido ningún tipo de incidente. Desde un primer momento, el Ministerio del Interior comenzó a fletar ferris desde El Hierro a otras islas para aliviar la congestión migratoria en la isla del Meridiano. Con la llegada de los primeros cayucos, los medios de acogida herreños se saturaron. De modo que el Gobierno comenzó a trasladarlos a otras islas como Tenerife o Lanzarote, donde, irremediablemente, los centros de extranjeros también han terminando llenándose.
En El Hierro, por ahora, el escenario sigue siendo el mismo. De hecho, en la madrugada del sábado llegaron más de 500 inmigrantes al puerto de La Restinga. Distintos agentes desplazados se quejan de que «se trabajan muchas horas al día» y que apenas son «siete agentes» los que se encargan de las labores de identificación, mientras que un grupo de otros 15 policías procedentes de la península se encargan de la seguridad. «Este jueves, un sindicato tuvo que hacer gestiones con El Cabildo para que colocasen un baño químico. Todavía no había ninguno en la zona. La gente está muy cansada», critican.
Optimistas de cara a los próximos meses
Además de descartar cancelaciones en este momento, el sector se muestra optimista con respecto a los próximos meses. «No creemos que esto vaya a afectar al turismo, el objetivo de estas personas no es quedarse en Canarias, en El Hierro y mucho menos en Tenerife, sino continuar su viaje hacia el centro o norte de Europa», añade.
Al margen de la zona de La Restinga, situada en el extremo sur de la isla, en otros lugares de El Hierro también advierten cierta normalidad, al menos en lo que a las cifras turísticas se refiere. Es el caso del Hotel Ida Inés, en el centro de la isla que asegura que está operando «con total normalidad» y que no han notado un nivel de cancelaciones alarmante. Lo mismo perciben en el Hotel Balneario Pozo La Salud, en la zona de Sabinosa. «Seguimos teniendo el hotel casi a tope. Cancelaciones, las habituales, nada alarmante», aseguran a este diario.
No obstante, habrá que esperar a conocer los datos de ocupación de los meses de octubre, noviembre y diciembre, temporada alta en el archipiélago, para conocer realmente el alcance de esta situación. Por el momento, y según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, Canarias es una de las comunidades que ya ha superado la llegada de turistas de 2019. Concretamente, el archipiélago alcanzó hasta septiembre los 9,9 millones de turistas, un 3,5% más que 2019. El Archipiélago es la tercera comunidad autónoma que más turistas ha recibido, solo por detrás de Cataluña y Baleares, en lo que va de año.
A inicios de septiembre, antes de que comenzase la oleada migratoria, el ministro de Industria, Comercio y Turismo en funciones, Héctor Gómez, pronosticaba que «todo» parecía indicar que 2023 será un año de récord turístico en Canarias.