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El último ‘juguete’ del Ejército de Tierra son unos prismáticos como los de Luke Skywalker

La tecnología ha evolucionado lo suficiente como para hacer parecer un trasto a los anteojos del caballero Jedi

El último ‘juguete’ del Ejército de Tierra son unos prismáticos como los de Luke Skywalker

Prismáticos militares.

Cuando en 1977 se estrenó la primera película de la saga Star Wars hubo muchos elementos ficticios que llamaron la atención. Los androides, las naves espaciales, las armas láser, o las espadas de luz fueron algunos. Pero uno de los gadgets más curiosos eran los prismáticos de Luke Skywalker. Los militares debieron tomar nota, porque ya tienen algo parecido, o puede que mejor.

Luke, aun sin estar equipado con ‘la fuerza’, oteaba el desierto de Tatooine con unos exóticos binoculares. En su visor se podían observar números, datos telemétricos, luces y alarmas luminosas; todo esto era imposible en los sistemas de visión de la época. Pero el tiempo ha pasado, y la tecnología ha evolucionado lo suficiente como para hacer parecer un trasto a los anteojos del caballero Jedi.

Standard OTAN

Hay varias compañías que han sofisticado en gran medida sistemas similares. Pero solo hay una que sea admitida por 18 países de la OTAN como equipamiento básico en sus tropas: Safran. El grupo aeroespacial galo fabrica los JIM Compact que se acaban de ver por primera vez en manos de soldados españoles, en las recientes maniobras Búho Iris I/24 del Ejército de Tierra, celebradas a primeros de marzo en León. Los que los manejaba este módulo térmico —así es como se denominan—, eran miembros de la CONGEMEL, la Comandancia General de Melilla.

Con forma de prismáticos de aspecto sofisticado y futurista, se pueden usar sobre un soporte tipo trípode o sujetado a mano por sus portadores. Con algo menos de dos kilos de peso, cumple una larga retahíla de funciones, entre las que ver lo que se encuentra lejos es la menos notable.

Una de ellas es que la capacidad de observación se incrementa en gran medida gracias a su visor térmico. Utilizable tanto de día, como de noche, o en condiciones atmosféricas desfavorables, atraviesa nubes de polvo o humaredas, y muestra la firma calorífica de los escenarios. En situaciones de visión nula a simple vista, es capaz de mostrar lo que el ojo no ve, para seguir a personas o vehículos en distancias de hasta 15 kilómetros.

Esta tampoco es su característica más llamativa, a pesar de su enorme utilidad. El objetivo del citado ejercicio era la implementación en las unidades que participaban de una malla de comunicaciones avanzada. Dentro de ella, uno de los hitos destacables fue transmitir en tiempo real —en directo en términos televisivos— lo que los JIM Compact podían detectar por sus lentes.

Las unidades desplegadas en la Base Conde de Gazola y Melilla pudieron compartir e intercambiar las imágenes obtenidas en vivo por este dispositivo. No se trata de una llamada vídeo a través de Zoom o Skype, a las que nos hemos acostumbrado durante la pandemia, sino a algo más complejo. Los datos visuales y de la adquisición del sistema se transmiten entre unidades y el puesto de mando bajo los estrictos estándares militares marcados por la OTAN.

Pero no quedan ahí las capacidades del dispositivo desarrollado por Safran Optics. El JIM Compact incluye un telémetro láser capaz de medir distancias con un enorme grado de precisión dentro de un radio de alcance de hasta 12 kilómetros. Este mismo láser sirve como designador de blancos.

Muchos proyectiles, aéreos en su mayoría, suelen estar guiados por un láser que se ha de proyectar sobre su destinatario. El funcionamiento es vagamente similar al de apuntar con un láser como en usado en las presentaciones sobre un punto concreto. Por cuestiones tácticas y de sigilo, este tipo de láser no es visible al ojo humano, pero si al proyectil se le informa de su frecuencia, su cabeza rastreadora es capaz de encontrarlo.

Muy fácil de usar

El mecanismo de uso es sencillo. A modo de ejemplo, un par de soldados camuflados se internan en territorio hostil, sacan su láser, y con él apuntan a un tanque. En ese momento, un misil lanzado desde un Eurofighter o una pieza de artillería dispuesta unos kilómetros más atrás, localiza la frecuencia del láser, y busca donde está posado su haz. Acto seguido, el proyectil impacta contra el blanco designado con un grado de error de apenas unos centímetros.

El dispositivo es modular y le pueden ser acoplados otros accesorios. Uno es un equipo de manejo bajo remoto de control, provisto de una brújula magnética y que incluye un equipo inercial ajeno al GPS. A pesar de ello, también puede emplear satélites civiles y tiene cierto grado de protección ante interferencias externas.

Un sistema de vigilancia en menos de dos kilos

Su batería concede un uso de unas cuatro horas y es muy fácil de transportar y manejar. Sus imágenes, fotografías y vídeos, pueden ser transmitidas en vivo o de manera posterior; su cámara está estabilizada y concede una excelente calidad.

La utilización de los casi 10.000 unidades que hay en servicio en más de 40 países de esta familia de binoculares avanzados, está en buena lógica relacionada con el despliegue de personal avanzado muy cercano al enemigo. Con este dispositivo, la capacidad de recabar inteligencia y consciencia situacional, da un paso de gigante. Les pone casi por encima de lo que lograba Luke Skywalker con los suyos.

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