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Nunca existió un Beatus ille

Nunca existió un Beatus ille

Es cierto que nos han expulsado de la zona de confort muy bruscamente. Pero quizás es que abusamos de ella y la convertimos en “saco de huesos”. Sabemos que a los aforados no les importamos nada, por que nunca les exigimos a la espera de la prebenda o de estar en la “honda” de su circulo medrante.

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