Cultura defiende que el Picasso que Botín intentó sacar del país es "patrimonio español"
El cuadro fue incautado en 2015 en el barco velero del expresidente de Bankinter en el puerto de Calvi cuando iba a llevarlo en avión a Suiza
El cuadro de Picasso que el expresidente de Bankinter Jaime Botín intentó vender en 2013 en una subasta en Londres y que fue incautado en 2015 en su barco velero en el puerto de Calvi de Córcega cuando iba a llevarlo en avión a Suiza «pertenece al patrimonio histórico español» y es inexportable.
Así lo ha testificado la subdirectora general de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, Elisa Cabo de la Vega, en el juicio que se celebra en el Juzgado de lo Penal 27 de Madrid en el que la Fiscalía pide cuatro años de prisión y una multa de cien millones de euros para Jaime Botín por supuesto delito contrabando de bienes culturales. En concreto está acusado de sacar de España el cuadro que el artista malagueño Pablo Picasso pintó en 1906 –Cabeza de mujer joven– después de intentar venderlo en una subasta de Christie’s en Londres fijada para febrero de 2013, con un valor de 26.200.000 euros, lo que no le fue posible al declarar el Ministerio de Cultura la obra inexportable en diciembre de 2012.
Elisa Cabo de la Vega ha recordado que Christie’s pidió en 2012 autorización para exportar la obra a Londres para subastarla, lo que fue denegado por unanimidad por la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, un organismo consultivo del Ministerio de Cultura.
Ha añadido que tras la propuesta denegatoria de la Junta se declaró la inexportabilidad de la obra por orden ministerial como medida cautelar hasta la protección definitiva de la misma como bien de interés cultural (BIC), cuyo expediente es competencia de la comunidad autónoma en la que estuviera el cuadro.
La responsable de Cultura ha explicado que dado que desconocían dónde se encontraba el cuadro instaron la declaración BIC de la obra a las comunidades de Madrid, donde tenía su domicilio fiscal Botín, y Valencia, porque en los recursos que éste interpuso contra la decisión ministerial hizo constar que el cuadro estaba en su barco, que estaba atracado en ese momento en el puerto valenciano.
Elisa Cabo ha indicado que la resolución en la que la Audiencia Nacional rechazó el recurso de Botín contra la decisión del Ministerio ya que rebatía la tesis de su defensa de que el cuadro estaba fuera del territorio español al encontrarse en su barco de bandera británica, ya que ello solo opera para los buques militares, ha mantenido. Ha indicado que tras ser localizado en julio de 2015 el cuadro en el barco de Botín en un control aduanero en el puerto de Calvi en Córcega fue incautado por las autoridades francesas y entregado por orden judicial a España y ha quedado depositado en el Museo Nacional Reina Sofía.
La testigo ha aclarado que aunque Botín no hubiera pedido permiso para sacar la obra de España si la Administración del Estado hubiera tenido conocimiento de su existencia habría declarado igualmente su inexportabilidad porque la pintura es «un caso paradigmático de patrimonio histórico español por su interés artístico y el periodo que representa».
De hecho ha destacado que «hay bienes que integran el patrimonio histórico español de los que la Administración del Estado no tiene conocimiento de su existencia en España, como en este caso, y que por eso no están declarados BIC ni inventariados».
El secretario de la referida Junta que propuso la inexportabilidad del cuadro, Carlos González Bariandarán, ha recordado que el debate en la misma «se centró en que la obra era importantísima para el patrimonio histórico español y en la sorpresa que causó que se desconociera que estaba en España«. «Era la pieza de mayor valor que pasó nunca por la Junta», ha apostillado el testigo.
También ha testificado Miguel Ángel Recio, que fue director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura entre octubre de 2014 y diciembre de 2016, que ha indicado que tras la decisión de inexportabilidad de la obra se requirió a los representantes de Botín que comunicaran dónde estaba pero «no debieron notificar el lugar» concreto.