La nueva versión de Mulan no llegará a los cines hasta el 21 de agosto tras el repunte de contagios por coronavirus que ha experimentado Estados Unidos en los últimos días y que ya obligó a atrasar un lanzamiento previsto inicialmente en marzo.
Por qué es importante: se trata de la carta fuerte de Disney para llenar las salas tras la cuarentena, del mismo modo que lo es Tenet para Warner Bros. Esta nueva versión del clásico de la animación ha costado más de 250 millones de dólares y espera repetir el éxito de las adaptaciones de Aladdin o El rey león.
Estos aplazamientos infligen un duro golpe al negocio de los cines, que habían comenzado a abrir en ciertas zonas de Estados Unidos con medidas de distanciamiento social. Mulan iba a estrenarse en cines de todo el mundo el 27 de marzo, pero Disney decidió a última hora posponer su estreno hasta el 24 de julio (ahora 21 de agosto). De hecho, justo al inicio de la pandemia se celebró un evento multitudinario en Hollywood para presentar la película, que a los pocos días tuvo que cancelarse.
Ahora, el nuevo récord diario de contagios en Estados Unidos del viernes ha puesto en alerta a las autoridades federales y estatales del país, que han endurecido sus medidas para evitar más brotes.