El rapero Pablo Hasél ha asegurado este lunes en Lleida que no pedirá el indulto –«no tengo nada de lo que arrepentirme»– después de que la Audiencia Nacional le diera la semana pasada un plazo de 10 días para ingresar en prisión por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la corona. «No haré nada que pueda parecer arrepentimiento», ha explicado. «Mi actitud en prisión será la misma que en la calle: la prisión es otra trinchera de lucha”.
Más detalles: el rapero apuesta por la movilización solidaria social como única vía de «dejar en evidencia al Estado»: «No hace falta compartir todo lo que digo para ver que es un grave ataque contra la libertad de expresión y el resto de libertades democráticas». Y apuesta por seguir con movilizaciones como las que ya se organizaron durante este pasado fin de semana en ciudades como Lleida y Barcelona para así «poder conquistar no sólo mi libertad, sino la de todos».
Hasél cree que se ha aprovechado el actual contexto de pandemia con el fin de «ponerme en prisión con la menor respuesta posible en las calles», hecho que considera que hay que revertir. En referencia a optar por el exilio, el rapero leridano asegura que lo considera una decisión «muy respetable» y que, de hecho, «lo estuve meditando», pero ha decidido «quedarme aquí para desenmascarar al Estado y a lo que llaman democracia». Y ha asegurado que la notificación de ingreso en prisión tan sólo la ha recibido su abogado, si bien prevé que «el domingo vengan a buscarme».
Finalmente, ha lamentado que España sea «el Estado con más artistas condenados, un total de 15 raperos», y ha indicado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo, cuando se encontraba en la oposición al anterior ejecutivo del PP, que «no era propia de una democracia encarcelar a raperos». Ahora, ha denunciado el cantante, «nadie está haciendo nada para evitar que me encarcelen». La pena para Hasél, ratificada por el Tribunal Supremo, es de 9 meses y un día de prisión, y se suma a anteriores condenas al rapero, como la impuesta en 2014 también por la Audiencia Nacional por enaltecimiento del terrorismo a causa de algunas letras de sus canciones sobre los Grapo, ETA o Terra Lliure, aunque la pena de dos años de prisión fue entonces suspendida por el tribunal.