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'Espíritu sagrado': un thriller ufológico levantino

Entrevistamos al director Chema García Ibarra por ‘Espíritu Sagrado’, un thriller de costumbrismo esotérico que despide este año de cine español con frescura, sin complejos y entre dioses egipcios hinchables

‘Espíritu sagrado’: un thriller ufológico levantino

Fotograma de 'Espíritu sagrado'

Después de recoger varias menciones especiales en distintos festivales llegaba estas semanas a las salas de cine Espíritu sagrado, una disección costumbrista de las creencias esotéricas y ufológicas españolas más populares. La enorme frescura que supone la cinta no está tanto en el tema, que todos sabemos que tiene sus propios programas de televisión en cadenas populares, como propiamente en la estética de personajes únicos, imágenes místicas, sonidos levantinos o escenarios industriales, unidas a un diestro ritmo de entrega propio de un thriller.

Para algunos puede ser un descubrimiento con el que cerrar el año de cine español, para los más fieles será una confirmación de la trayectoria de Chema García Ibarra después de sus multipremiados cortos como Protopartículas (2010) o El ataque de los robots de Nebulosa-5 (2009), populares y admirados a partes iguales. Sus galardones y menciones ocupan varios párrafos, el más reciente el pasado sábado 4 de diciembre en el que Espíritu sagrado recibió el premio a mejor largometraje y guion en la cuarta edición de los Premios Berlanga

La cinta cuenta con Nacho Fernández, Llum Arques, Joanna Valcerde y Rocío Ibáñez entre el reparto. Su sinopsis es que muere el presidente de la asociación OVNI Levante y su amigo José Manuel deberá hacer frente a los planes que tenían en común, en paralelo a la desaparición de una de sus sobrinas mellizas. Desde la primera escena hasta la última la narración golpea al espectador con imágenes poderosamente místicas disueltas en cotidianidad, alternadas con una profunda vivisección de ufología, espiritismo, gurús de televisión, creencias pop, revival egipcio, poesía cósmica e incluso asesinatos astrales. 

Por todo ello contactamos con Chema García Ibarra (1980), licenciado en publicidad y relaciones públicas por la Universidad de Alicante, para desentrañar los interrogantes que en todos cultiva el largometraje. García Ibarra empezó a escribir el guion en 2014 y lo terminaría cinco años más tarde, luego la producción de Espíritu sagrado ocurrió durante la pandemia y el rodaje fue ya en el mundo pandémico contando con un presupuesto mediano para una cinta española.

«Me interesa lo que hay alrededor del evento paranormal: elementos rituales, expresiones, formas de hablar y moverse…»

Los socios del club ufológico se hacen una selfie frente a la tumba de su antiguo presidente. | Fotograma de ‘Espíritu sagrado’.

Mi primera pregunta supongo que resultará la más lógica para los que vieron (o verán) también sus cortos y es que quise saber si el cambio de foco de la ciencia ficción al esoterismo se debía a algún motivo personal o era simple evolución dentro de la narrativa de género: «Yo veo todo lo que tiene que ver con el esoterismo, que involucra una serie de lenguajes, imágenes o rituales, como una conjunción de la ciencia ficción. Son ese tipo de cosas que tienen que ver con lo fantástico que no hace falta ir a un libro o una película para buscarlas, están en nuestra realidad. Me interesa lo que hay alrededor del evento paranormal: elementos rituales, expresiones, formas de hablar y moverse…». 

Entrando más en la propia película lo primero que me sorprendió es que abarcaba un abanico amplísimo de creencias, casi como si hubiera empleado un catálogo de las mismas: «De hecho había todavía más cosas. Últimamente me interesa la gente terraplanista pero incluirlos era demasiado. Todo tiene que ver con una especie de atmósfera espiritual o new age… Todos esos temas ya se tocan en la gente que cree en estas cosas. Yo lo que intenté es que estuviera insertado en la trama de la película, que es una especie de thriller. Cada uno de esos elementos esotéricos tiene algo que ver con la trama. Yo soy un escéptico total y buscaba entender por qué alguien no lo es». 

«Yo soy un escéptico total y buscaba entender por qué alguien no lo es»

Chema García Ibarra | Foto cortesía de Locarno.

Al seguir charlando le menciono a Chema un tebeo (Azul y Pálido, Pablo Ríos, 2013) que también aborda todo ese renacimiento ufológico que tuvo España. Me olvido de mencionarle los grupos de Facebook que hay en el presente en casi todas las ciudades, pero doy con la tecla cuando menciono el caso UMMO: «Me interesa mucho que sea, sin ningún tipo de duda y dicho mil veces, un fraude, y todavía haya gente emperrada en que no. Se sabe quien lo empezó, quien lo inventó, los motivos… se sabe absolutamente todo. Sin embargo, que todavía haya gente que intente esquivar esa verdad para tener motivos con los que soportar esa creencia me parece fascinante». 

Te voy a hacer la pregunta que te harán todos los periodistas hasta que termines la promo, le digo. Chema se ríe ya. A la evidente cuestión sobre grabar en Elche le añado la pregunta sobre si piensa que sus personajes son marginales: «Marginal dependerá de quién emita el veredicto. Yo como soy de Elche y siempre he vivido ahí, además que ruedo en el sitio en el que vivo, pues para mí es central. Pero entiendo que desde un punto de visto industrial se pueda considerar en el margen. He rodado ahí porque es el lugar que conozco y que veo día a día. Entonces inevitablemente de forma natural me sale en ese lugar». 

un thriller que ejerce como médium del esoterismo español popular. | Fotograma de ‘Espíritu sagrado’.

Compartí con Chema que había también cierto costumbrismo sonoro y el stendhalazo que tuve en la escena de la feria con la versión de un clásico en inglés sonando en su versión flamenca: «El diseño de sonido es de Roberto Fernández. Me gustó el trabajo que había hecho en algunos cortometrajes, luego aparte tiene un Goya. Pero yo sobretodo le llamé por algunas cosas que había visto en piezas casi experimentales. Lo que hace, desde un punto de vista técnico, es usar sonidos de la realidad -un coche que pasa o una puerta que se cierra- y los manipula para crear con ellos atmósferas como de ciencia ficción pero a partir de cosas reales». 

«Luego evidentemente tenía que tener un anclaje en los sonidos como muy español y levantino. La persona que grababa el sonido, además de en el rodaje, se iba por ahí a recopilar sonidos en el mercado o en la plaza. ¿Te acuerdas de la película de Isabel Coixet llamada Mapa de sonidos de Tokyo (2009)? Pues tenemos ahí un Mapa de los sonidos de Elche que es fantástico», añade. García Ibarra.

Personajes de todas las edades se cruzan para trazar el mapa de creencias dibujado en la película. | Fotograma de ‘Espíritu sagrado’.

Confieso a Chema que he visto por ahí que no le gusta lo de ‘primera película’. Él me lo aclara: «Es el primer largometraje pero parece que los cortos no sean películas. Hace tiempo dejé de usar la palabra cortometraje y me empecé a referir a ellos como películas. Así que sí, me gusta mucho decir que Espíritu Sagrado es mi séptima película». Al comparar su película con Sueñan los androides (2014), una especie de Blade Runner en Benidorm, Chema comparte un detalle en el que no me había fijado y es que el director de dicho film, Ion de Sosa, es un buen amigo suyo y director de fotografía de Espíritu Sagrado, y que de hecho él es también guionista de esa película. 

«Pienso en crear algo nuevo que no sea ni ciencia ficción ni costumbrismo, un lugar intermedio que tiene cosas excitantes en cuanto a narrativa y estética»

Cartel promocional de ‘Espíritu sagrado’.

La última pregunta pensé que se la debía a todos aquellos aspirantes a director o guionista que puedan sentirse impresionados por la potencia expresiva de las ideas de ciencia ficción de dichos films a pesar de trabajar con recursos limitados: «No es algo que me proponga como objetivo. A mí lo que me gusta es pillar un contexto donde no se suele ver la ciencia ficción, que no sea una nave ni en el futuro, que sea un barrio obrero de una ciudad industrial, y cómo inyectarle a ese lugar conceptos de ciencia ficción para ver qué sucede. Mezclar esos lugares con conceptos fantásticos y cósmicos. Ese es un ejercicio que no hago pensando en presupuestos, pienso en crear algo nuevo que no sea ni ciencia ficción ni costumbrismo, un lugar intermedio que tiene cosas excitantes en cuanto a narrativa y estética».

«El ejercicio es imaginar que miras el álbum de fotos de tu familia y pensar que cada foto es un fotograma de una cinta de ciencia ficción, entonces imaginar en cómo debería de ser esa película. Son ese tipo de preguntas que me hago las que dan lugar a ese tipo de películas que afortunadamente para los productores no son demasiado caras».  Con ese preciso y útil consejo nos despedimos, y me quedo yo tratando de imaginar si sabría encontrar retazos de ciencia ficción entre mis álbumes familiares

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