Un trío para cambiar la intimidad emocional
Los tríos amistosos y sentimentales se ven reflejados en la primera novela de la joven autora sueca Johanna Hedman
La joven escritora Johanna Hedman (Estocolmo, 1993) me confiesa que no estuvo muy consciente de estar escribiendo una novela cuando empezó a escribir Trío (Gatopardo ediciones, 2022). Ella empezó a escribir escenas mientras era estudiante universitaria y hacía muchas otras cosas a la vez. Fue así que surgió Trío, ese esbozo de pequeñas historias donde se van configurando tres personajes Thora, August y Hugo.
En algún momento entre esas divagaciones y pequeñas escenas de escritura fue que Hedman empezó a tomarse en serio escribir una novela. Fue ahí que escribió sobre las relaciones, primero de los dos personajes principales, Thora y August, amigos desde la infancia en Estocolmo, para luego crear a Hugo, un personaje outsider, aunque al igual que August, menos privilegiado económicamente.
Es así como se van configurando los protagonistas de Trío, tres jóvenes europeos con interrogantes muy eurocéntricas: buscan su libertad a través de una experimentación moral y emocional que no los ate a las generaciones anteriores, pero que a su vez, sufren los vacíos emocionales propios de la juventud debido a su inexperiencia manejando sentimientos.
A pesar de que las relaciones de poder que siempre existen en las novelas, especialmente en las relaciones triangulares, Hedman afirma que no era su intención generar tensiones entre los tres personajes sino narrar cómo ellos están tratando de ser libres porque, a pesar de lo que se pueda creer sobre las relaciones triangulares, para la autora narrar la relación de tres personajes implicaba mucha más intimidad que tensión. «Es una relación mucho más íntima y compleja con tres personas que, por ejemplo con cuatro personas, pero tampoco es igual que cuando es una pareja o son dos personas donde puedes ver fácilmente alrededor de la dinámica que se genera entre ellos».
Aunque la palabra trío podría asociarse a la pornografía o a fantasías sexuales, la autora se ríe al asomarle esa posibilidad y espera que el título en español no vaya hacia ese lugar ni hacia una exploración sobre la monogamia «porque las relaciones en la actualidad son imposibles bajo ese término». Hedman insiste en que lo que desea relatar en esta novela, «su pregunta central», tiene que ver con la intimidad y «lo que significa que las personas se acerquen a uno» y «por qué tenemos tanto miedo a que eso suceda».
Ciudades, personajes y comparaciones con Sally Rooney
Las ciudades también tienen una gran importancia dentro de la novela. «Quizás viajar es una forma de huida de los personajes en la novela», por ejemplo, es lo que experimenta Hugo. «Un autoexilio al vivir en una nueva ciudad», afirma la autora. Estocolmo, Berlín y Nueva York se encuentran visiblemente reflejadas en los personajes, al separarse y reencontrarse en esos viajes y autoexilios para comprenderse a sí mismos.
No es de extrañar que la representación de los personajes consista en la búsqueda de su propia identidad, algo muy propio de las novelas generacionales, una etiqueta que ha empezado a utilizarse a partir de las novelas de la irlandesa Sally Rooney, donde las relaciones interpersonales son el centro de la narración y, que hoy en día, son una buena forma de aglutinar y generar editorialmente comparaciones con la irlandesa y crear el gancho para la lectura de novelas escritas por, especialmente, mujeres jóvenes.
«Es una comparación superficial y muy de marketing», afirma Hedman, «hay muchas mujeres jóvenes que escriben sobre relaciones que se les va a comparar con Sally Rooney. Yo espero que en el futuro se pueda hablar de nosotras o de mí, ser mucho más yo, sin comparaciones».
En un futuro y luego de Trío, Hedman quisiera explorar las preguntas de las que no tiene respuestas, intentando escribir personajes e historias que la intriguen tanto que la lleven a escribir el final de una próxima novela.