Jimena Blázquez: «Es maravillosa la segunda vida que aporta la creación a un espacio»
La historiadora del arte asegura que no le importa «el soporte que quiera utilizar el artista sino la narración y el discurso que propone»
Conversamos con Jimena Blázquez Abascal, directora de la Fundación Montenmedio Contemporánea, con motivo de la publicación del libro La naturaleza como atelier. Esta Fundación ubicada en Vejer de la Frontera en Cádiz viene albergando desde hace veinte años la obra de artistas tan reconocidos como Maurizio Cattelan, Olafur Eliasson, Sol LeWitt o Joana Vasconcelos. El espacio es un enclave geográfico ideal para reflexionar sobre temáticas locales y universales.
P. ¿Cómo nace la Fundación Montenmedio Contemporánea?
R. Nace en el 2001 con la idea de apoyar artistas emergentes en proyectos específicos, teniendo en cuenta el contexto histórico, geográfico, social y cultural del lugar. Desde el inicio intentamos trabajar como una institución experimental en el dominio público, proponiendo nuevos modelos de existencia del arte en la esfera pública. La ubicación en Vejer de la Frontera en Cádiz y su cercanía al norte de África, era un lugar ideal para poder reflexionar sobre temas tan locales y globales como la convivencia entre culturas, religiones o la migración y los intercambios culturales.
P. Provienes de una familiar comprometida con el mundo del arte ¿Cuándo decides dedicarle tu vida a ello?
R. Es cierto, mis padres coleccionaban arte y yo desde muy pequeña tuve claro que me quería dedicar al arte. Ellos me acercaron a artistas modernos como Antoni Tàpies u Óscar Domínguez, pero yo siempre supe que me interesaba apoyar artistas de mi generación y estar en contacto con ellos. Luego me doctoré en Historia del Arte, investigando sobre las posibilidades de rehabilitación de espacios arquitectónicos o en abandono para aportar a la cultura. Pocos saben que el Museo Reina Sofía antiguamente fue un hospital, o que el Museo de Donald Judd, ahora referente mundial, fue un antiguo cuartel militar. Nuestra propia Fundación fue también un campamento militar con barracones y ahora se ha convertido en un museo al aire libre. Esa segunda vida a través del arte me parece maravillosa.
P ¿Cómo se plantea cada proyecto?
R. Siempre me asesoro mucho previamente, es un trabajo de investigación muy profundo. No es lo mismo invitar a un artista a participar con un cuadro en una galería que intervenir espacios tan amplios, la producción suele ser monumental para lograr buenos resultado. Nos gusta conocer diversas expresiones artísticas, no necesariamente de artistas consagrados, cuando invité a Olafur Eliasson o a Marina Abramović no eran tan conocidos como ahora, tampoco James Turrell. Intentamos apoyar a quienes creemos que necesitan un impulso en su carrera. Cuando congrego a una artista, en principio ni siquiera sé que medio va utilizar. No me importa el soporte sino la narración y el discurso que propone.
P. ¿Porqué dices que la colección de la Fundación es una narración o forma de construir una visión del mundo?
R. Las obras de cada artista están hechas específicamente para este lugar, están todas en diálogo con la zona, su historia y geografía. Por ejemplo, la obra SALAM- EUROPE! de Adel Abdessemed se conforma por dieciséis kilómetros de alambre de espino, que supone la misma distancia que separa el sur de Europa del norte de África. Representa una manera de narrar la dureza de la migración, de tener un sueño y encontrarte con la hostilidad total. Todas las obras nos hablan de cosas que ocurren pero desde un lenguaje artístico.
«A lo largo de la historia desde las cuevas prehistóricas hasta hoy, la naturaleza ha sido inspiración y espacio de creación»
P. En el libro La naturaleza como atelier, publicado recientemente, encontramos diversas temáticas: Un paseo por el bosque, La belleza de lo efímero o Tierra de abundancia ¿Porqué se eligieron estos apartados?
R. El libro es el reflejo de estos veinte años de investigación y trabajo de la Fundación. Hay varios temas en los que hemos ahondado a lo largo de estos tiempos sobre la naturaleza en sí, la forma de protegerla y de darle valor. También de ayudar a los artistas a manera de laboratorio de producción, desde el mecenazgo en un tierra que para nosotros tiene un valor añadido. «La belleza de lo efímero» por ejemplo, habla de los proyectos que se han hecho y que por las condiciones de conservación han sido instalaciones efímeras, como la de Santiago Sierra, donde el propio viento creó los agujeros. Creo que ha sido un gran acierto trabajar con la editorial Siruela, ha sido un increíble trabajo en equipo.
P. Mencionas en el libro el concepto de ars imitatur naturam como máxima expresión de la belleza y perfección ¿A qué se refiere específicamente?
R. La imitatio de la naturaleza marcó las prácticas artísticas de la historia de arte de Occidente y con el Renacimiento se afirmó plenamente como ideal de belleza. Es el titulo del libro, La naturaleza como atelier, porque ésta pasa a ser la fuente, el atril, de donde todo surge. A lo largo de la historia desde las cuevas prehistóricas hasta hoy, la naturaleza ha sido inspiración y espacio de creación.
P ¿Qué movimiento artísticos abanderaron posteriormente este vuelco hacia la naturaleza?
R. Sobre todo a mediados del siglo XX, con la abstracción de las artes visuales que vuelven la mirada hacia lo primitivo. En el siglo XXI el atelier que genera la naturaleza revoluciona la creación, llega el minimalismo, el assemblage, el arte conceptual, el arte povera, el land art o earthworks. Los artistas disconformes con las instituciones museísticas arraigadas con el mercado o sobre la hegemonía del hombre blanco, intentan rompen con el mainstream y muchos se instalan en las periferias. Les daba igual si los iban a ver o no, la idea era trabajar directamente en el territorio.
P. La Fundación Montenmedio Contemporánea es también un destino en sí mismo…
R. Cuando empezamos éramos periferia, actualmente siento que ese concepto ya casi no existe, ya se puede acceder a casi todo lugar de manera rápida. La periferia se ha vuelto algo exótico y cuanto más periférico mejor. También creo que el turismo de sol y playa y el no hacer nada ya no interesa tanto, la gente quiere tener un aliciente cultural, intelectual, alguna inquietud. Nosotros lo vemos reflejado en el número de visitantes, llegan más de cincuenta mil personas al año. La cifra la recuperamos rápidamente postcovid por ser además un espacio al aire libre.
P. De las intervenciones que se han hecho ¿Cuáles crees que son las que han tenido un mayor impacto en el público?
R. Es muy aleatorio porque cada uno conecta con lo que más le impresiona. Es verdad que la obra James Turrell no deja a nadie indiferente, por sus dimensiones y parte lúdica la cual juega con los cinco elementos. Creo que el libro está justamente dirigido a los amantes del arte y la naturaleza porque es muy visual, se pueden conocer todos los proyectos y el gran trabajo que viene haciendo la Fundación.
P. ¿Qué proyectos tienen a futuro?
R. Seguimos trabajando con las becas de Residencias de Artistas para la creación y producción. Se trata de brindar la infraestructura para crear obra. Además continuaremos con nuestra labor de mecenazgo y proyectos para los site-specific.