Le pianO du lac: arte que se funde con la naturaleza

Es posible que en este preciso momento la pianista roja esté deslizándose sobre las aguas, dirigiéndose hacia su herramienta de expresión, para ofrecernos notas y voz a los que asistimos atónitos a una propuesta artística que se atreve a ir mucho más lejos de las normas establecidas, rompiendo con los contextos habituales, que en sí mismos y sus espacios pueden resultar limitantes.

No estamos narrando un milagro, aunque lo que vemos sí es extraordinario, Violette Prévost irrumpe sin previo aviso, como la Dama del Lago, tan alejada del piano que podemos disfrutar de su trayecto durante unos minutos en los que nos permitimos creer en la magia, navegamos junto a ella mientras escuchamos como la voz nos hiptoniza siguiendo su pausado camino a través de las aguas hasta su destino.

Sería un error desvelar el secreto en estos momentos, como un spoiler en una película, quizá algunos de los espectadores no se ha percatado pero esto ya es secundario, la pianista ha comenzado su recital de Le pianO du lac, asentado sobre una estructura, que va moviéndose a merced del tímido oleaje, las mareas del Embalse del Atazar o los propios caprichos del tiempo, de este modo este instrumento pesado, rígido, se convierte en un ser animado y libre, que cobra identidad propia.

«Salimos de los contextos habituales y llevamos la música a todas las orillas, pueblos y paisajes, transformando a la población durante toda la producción creativa»

Mónica Cófino, impulsora artística y performer con le pianO du lac

En palabras de Mónica Cófino, impulsora del proyecto artístico La Xata La Rifa, que desde hace seis años se hermanó con el pianO du lac en la producción de sus giras en España: «salimos de los contextos habituales y llevamos la música a todas las orillas, pueblos y paisajes, transformando a la población durante toda la producción creativa, desde el que nos aporta la electricidad, al que te da de comer, el que te aloja o quien gestiona el propio lugar de la actuación» .

Son múltiples los protagonistas que, bajo una filosofía de fuerte autogestión, crean una implicación donde la comunicación directa con los habitantes es la clave en esta irrupción y transformación de vidas y espacios que rompiendo su rol cotidiano se ven convertidos en emplazamientos de arte, en un proceso que también «conlleva una pedagogía con el entorno», concluye Mónica, que rezuma pasión en sus palabras.

Y la naturaleza fusionada con el espectáculo se convierte en un idóneo telón de fondo e inspiración de los artistas, protagonista principal en donde Violette, Mónica, Voël Martin a la batuta y Sabine Figuet como flauta y mujer rana – entre otros muchos que viajan con 4 pianos por Europa – deben adaptarse y transformarse ante sus diferentes propuestas y retos creativos, que van desde la música, la danza, la poesia, el cabaret o el circo, entre otros. 

Mientras tanto los asistentes, ya sean transeuntes casuales o no, se encuentran en un espacio libre de ataduras y convencionalismos, viajando con le pianO du lac durante un tiempo que se hace corto, nos volvemos insaciables ante un espectáculo que nos va desvelando más sorpresas a medida que avanza.

Y bajo la premisa que el arte debe tener como metas esa innovación y capacidad de sorpresa uno va viendo como el atardecer confluye con el final del trayecto, perfilando la silueta de una figura y un piano, siendo conscientes (o quizá aún no) que se ha disfrutado de algo único y difícil de ver, quizá en un futuro podamos viajar con le pianO du lac un poco más allá, quizá llegaremos a ver un piano surcando los cielos, estoy seguro que ya se les ha pasado por la cabeza, como soñadores y creadores de magía.