El origen de la bandera de España
La enseña nacional data del siglo XVIII y tiene su germen en los combates de la Armada española
Es bien conocido que España fue durante siglos una de las mayores potencias navales del planeta. Los navíos españoles dominaban las aguas del mundo conocido, cubrían miles de leguas entre la Península y los territorios de Ultramar, tanto en América como en Filipinas, y se batían en combate con las escuadras británicas, francesas y portuguesas. A los marinos españoles se deben gestas como la primera circunnavegación del mundo, la defensa heroica de Cartagena de Indias y, por supuesto, el descubrimiento de América.
Por si esto fuera poco, España también le debe a sus marinos el origen de su bandera. La historia se remonta al reinado de Carlos III. El rey borbón fue informado de que los navíos españoles encontraban dificultades para identificarse durante los combates navales debido a que el diseño de nuestra enseña era de campo (fondo) blanco con el escudo real en el centro. El color blanco hacía que la bandera se perdiera en medio del humo de la refriega o que se confundiera con la inglesa, también blanca con la cruz de San Jorge en rojo.
Carlos III convocó entonces un concurso en el año 1785 para cambiar el diseño de la bandera. El resultado fueron los colores actuales rojo y gualda que, con distintas evoluciones, han pervivido hasta hoy. La bandera tenía dos versiones; la primera, muy similar en proporciones a la actual y con el escudo situado a la izquierda, se destinó a los navíos de guerra; la segunda, sin el escudo y con más franjas de color, para los barcos mercantes.
Como curiosidad, cabe decir que Carlos III dio gran importancia a los símbolos nacionales, ya que el monarca también fijó la Marcha de Granaderos como el himno oficial de España. Fue en 1770, por lo que este año se cumplen 250 años de la llamada Marcha Real.