Los 10 mejores discos de 2023
Repasamos los álbumes que se han lanzado a lo largo del año en una lista sin ningún orden particular
La música global vive un momento extraño. Aunque la pandemia parece ya una mala pesadilla, muchos grupos siguen teniendo problemas para hacer giras y sobrevivir exclusivamente de su trabajo, sobre todo si no son grandes estrellas. El auge de las plataformas de streaming, con sus pírricos pagos por escucha a los artistas, y el declive de las ventas físicas de discos parecen hacer cada vez más difícil vivir de la música. Además, la progresiva influencia de redes sociales como TikTok están transformando la forma en la que se encumbra a las nuevas estrellas emergentes, privilegiando la viralidad y dando forma a nuevas maneras de hacerse un nombre en la industria discográfica. Por no hablar de la amenaza latente de la inteligencia artificial, que este año ya ha amagado con fabricar éxitos imitando el estilo y la voz de grandes nombres como Bad Bunny o The Weeknd.
Todo esto influye en la pérdida de vigencia del álbum como formato rey del mundo de la música. Las redes sociales privilegian las canciones individuales sobre los discos de larga duración, además de fomentar el lanzamiento continuo de singles en vez de la esporádica publicación de LPs, con el objetivo de que el artista esté siempre en la conversación y no pierda relevancia. Por otro lado, la ubicuidad de la playlist como nuevo formato preferido de descubrimiento musical también incide en esta primacía de la canción sobre el álbum, con las plataformas de streaming también incitando a esa carrera de fondo de lanzamientos sin pausa para mejorar sus estadísticas de usuarios. Prueba de ello es que una de las grandes historias de éxito del año, la colombiana Shakira, ni siquiera ha necesitado sacar un disco para triunfar en la radio y en Spotify: le ha valido con varios singles seguidos.
A pesar de todo esto, 2023, como cualquier año, sí ha tenido una gran producción de álbumes que merece mucho la pena escuchar. Porque el mismo modelo que hace sufrir a la clase media musical y privilegia el single también permite a cualquier aficionado tener toda la música del mundo al alcance de sus dedos y escuchar a artistas de cualquier rincón del globo al instante. Y sigue habiendo mucho que oír y disfrutar.
Aunque en THE OBJECTIVE tampoco hemos tenido la oportunidad de oírlo absolutamente todo, sí queremos aprovechar estas fechas para hacer un pequeño repaso de lo más destacado e incluso rescatar alguna pequeña gema que haya podido pasar desapercibida entre la avalancha de novedades. A continuación, una serie de discos nacionales e internacionales especialmente relevantes de este año que ahora finaliza, sin seguir ningún orden particular y abarcando diferentes géneros.
Sufjan Stevens – ‘Javelin’
Casi ocho años después de su ya icónico Carrie & Lowell, este 2023 ha vuelto el Sufjan Stevens melancólico y emotivo que tanto nos deslumbró. Aunque el siempre inquieto músico norteamericano no ha parado de moverse en este lapso de tiempo —publicando desde colaboraciones hasta discos experimentales— con Javelin vuelve a ser el turno de las guitarras acústicas, los pianos y los arreglos orquestales acompañando la dulce y doliente voz de Stevens. De fondo, la muerte de la pareja del músico tras una larga enfermedad, lo que otorga al álbum una carga emotiva sin que esto signifique regodearse en la oscuridad y la tristeza. Es más, la música que acompaña a unas letras de duelo y nostalgia es en general luminosa y llena de esperanza, con coros infantiles y pasajes multiinstrumentales de una belleza tal que a veces transportan al oyente a otro planeta.
Romy – ‘Mid Air’
Pocos proyectos musicales han dado tantas alegrías en los últimos años como The Xx. Aunque el grupo británico que conquistó al mundo a principios de la década pasada lleva bastante tiempo sin sacar nada, sus tres miembros no han parado quietos en sus respectivas carreras individuales: primero fue Jamie Xx, luego Oliver Sims y finalmente Romy, que este año se estrenaba en solitario con un álbum que se sumerge en la pista de baile y la electrónica nostálgica sin olvidar ese toque elegante que hizo triunfar a su grupo. Entre pianos de house y ritmos dosmileros, el álbum Mid Air parece a veces sostenerse como indica su título en medio del aire, con canciones atemporales pero siempre bailables a los que la voz de Romy da un toque único. Si a esto añadimos auténticos hits como Strong, en la que cuenta con la colaboración del ubicuo Fred again.., apenas queda nada que objetar.
Kenny Beats – ‘Louie’
Aunque lleva años detrás de la mesa de mezclas de artistas de todo tipo, el productor de hip-hop Kenny Beats entrega en Louie su primer álbum en solitario, en el que por supuesto se rodea de sus colaboradores más fieles. El resultado: una pequeña joya del género, a medio camino entre lo puramente instrumental y la mixtape que recorre en clave familiar todos los géneros que han influido al productor. De fondo, la figura de su padre, recientemente fallecido, lo que otorga al disco una curiosa pátina nostálgica que acompaña de forma excepcional el alma soul de muchas de las canciones.
Peso Pluma – Génesis
Nadie lo hubiera imaginado, pero el corrido tumbado, un género musical mexicano que bebe tanto de la tradición del país como de la música urbana más novedosa, ha sido uno de los sonidos triunfadores del año. Entre trompetas y cantos al amor y la violencia, el gran triunfador ha sido Peso Pluma, un joven del Estado de Jalisco que ha pasado de estrella local a global en lo que ha triunfado su single más conocido, «Ella baila sola». Y, aunque este hit no está incluido en su primer álbum con una gran discográfica, en Génesis sí está todo lo que ha hecho grande al mexicano: canciones a primera vista muy tradicionales y basadas fundamentalmente en acústico a los que la personalidad cantando de Peso Pluma y las incursiones puntuales en otros géneros principalmente latinos da un toque único y muy pegadizo. La sorpresa del año.
Mitski – ‘The Land Is Inhospitable And So Are We’
Otro año más en el que un álbum de Mitski se cuela en el top de todas las listas sobre los mejores discos, algo que parece casi automático cada vez que la estadounidense decide publicar. Sin embargo, esta vez no es para menos: The Land Is Inhospitable And So Are We supone un paso adelante en su carrera, donde abandona el minimalismo de la guitarra acústica y el piano para crear preciosas canciones orquestales que le acercan a contemporáneos como Weyes Blood o Father John Misty, hasta el punto de que a veces es imposible acordarse de que Mitski haya grabado alguna vez sin cuerdas ni coro. A esto hay que añadir canciones redondas en lo musical a las que unas letras intimistas y personales aportan un toque casi artesano.
Billy Woods & Kenny Segal – ‘Maps’
El mejor disco de hip-hop del año no admite discusiones. El rapero Billy Woods, que lleva años situándose como una de las voces más interesantes de la escena independiente en Estados Unidos gracias a una multitud de proyectos que le han unido a lo más granado del panorama, suma fuerzas con el productor Kenny Segal para entregar tres cuartos de hora de hip-hop en vena, donde los versos hipnóticos de Woods se entremezclan con los exquisitos instrumentales de Segal. Hay espacio para todo —la calma y la rabia, la conciencia de clase y la política, la diversión hedonista y la crítica social— a lo largo de 17 títulos cuyas bases no paran de alternar géneros, estilos y referencias como si se tratara de un jukebox esquizofrenia pero con un gusto exquisito. Para los amantes del rap, pero también para los que no escuchan rimas en su vida.
Dellafuente – ‘Lágrimas para otro día’ + ‘Zizou’
2023 ha sido el año de la confirmación para Dellafuente. El artista granaíno ya se había establecido como uno de las grandes figuras de la música independiente española desde su debut en 2015 y contaba con una legión de fieles seguidores que lo mantenían siempre vigente. Pero lo que ha hecho en los últimos doce meses es desde luego un salto de calidad: primero con Lágrimas para otro día, uno de sus proyectos más ambiciosos hasta la fecha, en el que mezcla de forma exquisita tantos géneros como países hispanohablantes hay en el mundo en un disco que recuerda en forma a El Madrileño de Tangana. A esto hay que añadir un interesantísimo disco de remixes (Incursion) y un EP colaborativo con Morad (Zizou) que parecen haberle brindado el éxito comercial que hasta ahora se le escapaba. Larga vida a Dellafuente.
Ralphie Choo – Supernova
El inclasificable Ralphie Choo —nombre artístico del madrileño Juan Casado— una de las grandes promesas de la escena underground española de los últimos años por fin ha dado el salto al largo con Supernova, un disco que vuela libre de ataduras y salta de un género a otro con un desparpajo que a veces asusta. Flamenco, rap, rumba, r’n’b, música eléctronica… todo entra en la batidora de Ralphie, que además sabe rodearse de colaboradores de diferentes pelajes y países para expandir aún más su sonido. Sintetizadores y palmas se dan de la mano en el equivalente sonoro de este año al Motomami, aunque por supuesto sin el éxito internacional de la de Barcelona.
Maro – ‘Hortelã’
¿Un disco acústico en portugués e inglés de la candidata lusa a Eurovisión hace dos años? No parece a priori un candidato firme a disco del año, pero en el caso de Maro es exactamente lo que ha ocurrido. La autora de «Saudade, saudade» vira en su séptimo álbum hacia posiciones mucho más minimalistas y logra solo con su voz y unas pocas guitarras crear un mundo propio que hace de Hortelã una de las sorpresas más agradables del año. Canciones como «Há-de sarar» o «Juro que vi flores» con Silvia Pérez Cruz son tan bonitas que quieres quedarte a vivir a ellas. Obrigado.
Pépe – ‘Reclaim’
Cerramos este repaso con un título que ha pasado algo desapercibido por su género —música electrónica a caballo entre la pista de baile y el IDM— pero que confirma que en España también hay grandes nombres que marcan la diferencia en el mundo de los sintetizadores y las mesas de mezcla. Y es que Reclaim, álbum de debut del valenciano Pépe, es un viaje sonoro retrofuturista en el que no solo hay espacio para clásicos del género como el house o el drum ‘n’ bass, sino que también se aprecian incursiones en el jazz, el ambient o la música clásica. Un precioso collage que bebe de distintas influencias —desde Vangelis a Oneohtrix Point Never— para crear un sonido ya único que hará las delicias incluso de los menos iniciados.