Los británicos no inventan la leyenda negra española
Afirmar tal cosa es algo propio de anglófobos abonados al excepcionalismo español
Isabel I de Inglaterra. | Imagen generada con IA
Se suele decir que «fueron los británicos los que inventaron la leyenda negra española» y que es «la primera fake news de la historia», o que es «la operación de marketing político más grande» que jamás ha habido. Y que la promovieron los ingleses ante la imposibilidad de combatir contra el ejército español. Todo esto es falso. No es la primera fake news de la historia, afirmar tal cosa es algo propio de anglófobos abonados al excepcionalismo español. Y tampoco son los británicos los primeros en difamar a España.
La leyenda negra contra España nace en la Baja Edad Media en Italia como bien estudió el historiador sueco Sverker Arnoldsson. Nace debido a las tensiones entre la Corona aragonesa que se empieza a expandir por Italia y las ciudades-Estado italianas. Es por ejemplo en Italia cuando a los españoles se les empieza a llamar «marranos», por haber mezclado su sangre con moros y judíos. Lo hacían en alusión al cerdo, cuya carne está prohibida para judíos y musulmanes.
Después de los italianos, los siguientes en difundir leyenda negra no son los ingleses, sino los alemanes tras la reforma protestante de Lutero. Recordemos que el pistoletazo de salida de la Reforma es en 1517 cuando Lutero clava las 95 tesis en la portada de la Iglesia de Wittenberg, pero realmente es a partir de 1546 con el comienzo de la Guerra de Esmalcalda el momento de inflexión de las descalificaciones contra la España de Carlos V.
Después de los alemanes tampoco vienen los ingleses, sino los holandeses en tiempos de Felipe II. Fue en 1566 cuando estalló la Rebelión de los Países Bajos que dio lugar a la Guerra de los Ochenta Años. Y es aquí fue cuando la propaganda antiespañola mostró su lado más virulento.
Y sí, a finales del siglo XVI, concretamente en 1585, Inglaterra entra en guerra con España y comienza a difundir leyenda negra para atacar a España. Carmen Iglesias explica en No siempre lo peor es cierto que los ingleses «acrecentaron su antihispanismo a partir desde luego de la ‘Armada Invencible’», pero esa leyenda negra muchas veces es reimpresión y reelaboración de anteriores escritos confeccionados dentro del seno del Imperio español. Pondré cuatro ejemplos:
- La Brevísima relación de la destrucción de las Indias escrita por el dominico Bartolomé de las Casas, un texto que se ha impreso una y otra vez cuando ha convenido atacar a España. Una de las últimas veces fue en la Guerra de Cuba.
- Otro escrito es Artes de la Inquisición española de Reginaldo González Montano, que es el seudónimo del autor del texto que se tiende a asociar a frailes jerónimos huidos de un monasterio de Sevilla que se hicieron protestantes y acabaron en el norte de Europa. Entre esos frailes se piensa que Casiodoro de Reina pudo estar detrás de este libelo.
- En cuanto a la literatura contraria a Felipe II tenemos la Apología del Príncipe Guillermo de Orange. Guillermo de Orange había sido educado en la religión católica y durante años fue leal a Felipe II, pero finalmente se hace protestante y se subleva contra su rey. La apología fue leída ante la asamblea de los Estados Generales de los Países Bajos en Delft y tacha a Felipe II de cometer asesinato contra su hijo, además de adulterio, bigamia e incesto. Muchos de los mitos de Felipe II creados en el romanticismo vienen de las acusaciones infundadas de esta apología.
- Y también las Relaciones de Antonio Pérez, que fue secretario de Felipe II y estuvo involucrado en el asesinato de Escobedo, por lo que fue detenido por la justicia y acabó sus días en Francia e Inglaterra difamando a su rey, aunque en Inglaterra nunca fue bien visto.
Como podemos ver la leyenda negra la crean en buena medida los súbditos del rey de España, luego es verdad que la propagan los enemigos de España, pero muchas veces los españoles y, sobre todo, los hispanoamericanos, la han terminado asumiendo como propia. Por eso, debemos tener cuidado con algunas afirmaciones. Y huir del excepcionalismo, del pensamiento conspiranoico y derrotista: de la fracasomanía.
Existe una sensación tanto en España como en Hispanoamérica de que nos hemos estrellado y que nuestra historia arrastra vicios incorregibles. Es cierto que España tiene una historia fascinante jalonada de episodios singulares, pero eso no hace especiales a los españoles, ni para lo bueno ni para lo malo. Como dice el historiador David Jiménez Torres: «El excepcionalismo español se ha convertido en el recurso más común de la pereza intelectual». Por eso debemos huir de él como de la peste, porque huir del excepcionalismo es la mejor manera de avanzar.
