Sara Baras rinde homenaje a Paco de Lucía
La artista presenta el espectáculo ‘Vuela’, compuesto por 15 piezas, en un recorrido por la música del genio gaditano
THE OBJECTIVE se reúne con Sara Baras para hablar de Vuela, espectáculo dedicado a Paco de Lucía, estrenado en el Teatro Real y que estará de gira nacional todo el 2024, con el que también celebra los 25 años de creación de la compañía de la artista. Vuela está compuesto por 15 piezas únicas, en un recorrido dividido en cuatro actos, que celebran lo mejor de la música del genio gaditano. «Paco siempre ha sido un maestro y al ser gaditana como él, crecí escuchando su música. No recuerdo un instante específico en el que supe quién era, es como si siempre hubiese estado», nos cuenta.
PREGUNTA.- ¿Profesionalmente, cuándo lo conoció y por qué lo considera un genio entre los genios?
RESPUESTA.– A los 18 años, coincidí con él en Tokio y desde entonces, empezó una gran amistad. La admiración profesional es de toda la vida y el cariño también lo fue. Era tan grande como su música. Como persona era muy cercano y humilde, lo cual lo hacía aún más grande. Él marcó un antes y un después en el flamenco, pero en mi vida también. Creo que ha sido de las personas que más me ha impresionado. Profesionalmente, creo que todos los que nos dedicamos a esto, tenemos de alguna u otra forma marcada su influencia.
P.- Para el flamenco representó también una revolución…
R.– Creo que su grandeza radica en su música y personalidad, pero también en su lucha por poner al flamenco en el sitio que está. Esa fue una entrega absoluta y una batalla nada fácil, porque el flamenco no es un arte de grandes masas. Al margen de su talento, él tuvo un compromiso con lo que representa este arte. Su manera de tocar y de fusionar con otros tipos de registros, sin olvidar quién era, dio mucho a nuestra música. Cuando tocaba el Concierto de Aranjuez con el maestro Rodrigo, no dejaba de ser flamenco. Los otros registros te hacen crecer y el flamenco tiene una identidad muy potente, cuando no la olvidas, cualquier cosa que te inspira, la puedes aprovechar.
P.- De Lucía introdujo el cajón, ¿por qué pasó a ser un instrumento indispensable para la música flamenca?
R.– En Vuela una de las partes se titula Madera, entre otras cosas porque introdujo el cajón en el flamenco, ahí abre una puerta muy amplia para nosotros. El cajón lo escucha por primera vez en el Perú, y luego de incorporarlo, pasó a ser un indispensable del flamenco. Como instrumento calza tan bien por el ritmo, que es una de las cosas más complicadas que hay. Dependiendo con qué otro instrumento se utilice, puede jugar con distintas cadencias o cuadraturas flamencas. En un principio se utilizaba como la base de un ritmo para que nadie se perdiera, eso es algo precioso, señalar el acento y el ritmo que quieres. Un simple golpe dado en su sitio, es algo maravilloso y el maestro era un obsesivo del ritmo. En el baile, él aconsejaba ensayar con claqueta, para que no te adelantes, para que no te retrases, para que el pie suene exacto donde debe sonar.
«Quería bailarle a su muerte desde ‘Canción de amor’, un tema suyo, que es como la banda sonora de mi vida»
P.- Uno de los actos se titula Muerte. Dice que es una pulsión que le remite a una forma de explorar emociones humanas, desde lo profundo…
R.– Este espectáculo es dedicado a Paco, pero también celebra los 25 años de mi compañía. En vez de repetir coreografías que hayan marcado estos años, que han sido maravillosos, quise que tenga una respuesta artística muy personal. Una de las cosas que más me ha marcado ha sido la muerte de mi padre y darme cuenta de que hay que aceptar que las personas tienen que irse. Y la importancia de recordarlos no desde la tristeza, sino también, desde el agradecimiento, por habernos dado esos momentos que nos marcaron tanto. Se va a cumplir también una década de la muerte de Paco, lo cual también me marcó, porque él me enseñó mucho. Así que quería bailarle a su muerte desde Canción de amor, un tema suyo, que es como la banda sonora de mi vida.
P.- Su padre fue militar y su madre profesora de flamenco, ¿ella le enseñó a bailar?
R.– Mi padre fue militar toda su vida, desde los siete u ocho años, que entró al colegio militar y se retiró siendo Coronel de Infantería de Marina. Mi madre enseñaba flamenco, pero no salió nunca a bailar a un escenario, es una cosa muy curiosa. Se casaron jóvenes, y tuvieron cuatro hijos, luego de tenernos se metió a estudiar flamenco, porque le apasionaba y lo que aprendió nos lo enseñó. Era otra época, mi abuelo por parte de madre era pianista, del Conservatorio de Cádiz, creo que no le parecía muy adecuado que bailara, eran otras épocas. Sin embargo, yo desde pequeña quise bailar y desde siempre me apoyó, de repente porque ella no lo pudo hacer …
«En el flamenco no solo hace falta bailar bien. Es un arte que te tiene que entusiasmar y demanda mucha entrega y pasión»
P.- ¿Cómo ha evolucionado en estos 25 años la compañía?
R.– Es una compañía privada que se mantiene del público. Por eso nunca tendré palabras suficientes para agradecerlo. Empiezas con una ilusión y luego ves cómo esta se va contagiando y el grupo humano va creciendo. Yo dirijo los espectáculos y hago las coreografías. Keko Baldomero ahora es el director musical, después de tanto tiempo, somos como una familia. Según la obra que vayamos a hacer, cambian los requerimientos. Los artistas de la compañía están entregados al cien por ciento, no nos ahorramos una gota de sudor. En el flamenco no solo hace falta bailar bien, es un arte que te tiene que entusiasmar y demanda mucha entrega y pasión. Para que todo funcione, hay una parte importantísima que es el management, que la ve RLM y que da la estabilidad, para nosotros podernos dedicar a la parte creativa.
P.- Hace giras con todos sus espectáculos. Se sabe que el público de Asia es uno de sus más grandes entusiastas…
R.– Con Vuela primero haremos la gira nacional y a final de año viajaremos a Hong Kong. Es cierto que nos encanta viajar a Asia, el público engancha mucho con el flamenco, es curioso porque son tan lejanos como cercanos, yo creo que ese es el tema. Tienen costumbres muy distintas, pero creo que su cultura está mucho más cerca de lo que pensamos. La naturalidad que tiene el arte flamenco, a ellos les encanta. Pese a que uno tiene que tener una técnica muy desarrollada, luego debe ser capaz de olvidarla para dejarse llevar por lo que siente. Después ocurre esa trasmisión, esa conexión con el público que también es muy mágica. Creo que con ellos se da, porque la búsqueda cultural en Asia está en el sentir, les apasiona sentir y nuestro arte es muy sentido, no hace falta sólo saber, hace falta dejarse llevar, y ahí es cuando aparece otro mundo. Si en sus escuelas bailan bien, no es solamente porque su técnica sea excelente, también improvisan maravillosamente y anteponen el sentimiento, yo he aprendido mucho de ellos.
P.- ¿Qué elementos de Paco de Lucía, además de su música, encontramos en Vuela?
R.- Este homenaje está lleno de detalles dedicados a Paco, y por supuesto hay música suya, pero hemos hecho también nuestra propia versión, porque nos evoca una serie de sentimientos a través de su influencia. En Vuela, el que no sabe de Paco, puede sentirlo perfectamente, pero quien lo conoce, se vuelve loco porque tiene mil detalles de él. Estrenamos en el Teatro Real, porque Paco fue el primer flamenco en tocar ahí. Todo está conectado a su arte y a mi relación con él.