12 curiosidades de la Semana Santa de Málaga que pasan desapercibidas
Estos detalles, aunque sutiles, enriquecen la experiencia de la Semana Santa en Málaga
Una de las procesiones de Málaga. | (EP)
La Semana Santa de Málaga es una de las más singulares y emotivas de España, reconocida por su riqueza artística, fervor popular y tradiciones centenarias. Cada año, miles de personas se congregan en sus calles para presenciar los majestuosos tronos, las bandas de música y los nazarenos que dan vida a esta celebración religiosa.
Más allá de su espectacularidad, existen detalles y símbolos que a menudo pasan desapercibidos para el público general. Estos elementos, cargados de historia y significado, enriquecen aún más la experiencia de la Semana Santa malagueña. A continuación, se presentan doce curiosidades que invitan a mirar con otros ojos esta festividad:
12 curiosidades de la Semana Santa de Málaga
- Plantas en la imagen de Jesús : la imagen de Nuestro Padre Jesús se distingue por llevar una corona de espinas natural y una melena de pelo natural, lo que le confiere un realismo impactante. Además, durante su procesión, se adorna con plantas que simbolizan la vida y la esperanza.
- Corona de espinas en las manos de la Virgen del Mayor Dolor: La Virgen del Mayor Dolor porta en sus manos una corona de espinas, un símbolo del sufrimiento de su hijo y de su propio dolor como madre. Este detalle resalta la profunda conexión entre ambos en el momento de la Pasión.
- Capilares privativos: Algunas cofradías malagueñas conservan la tradición de los capilares privativos, pequeños altares domésticos donde se veneran imágenes religiosas y que reflejan la devoción íntima de las familias cofrades.
- Barquito de la Virgen Mediadora: la Virgen Mediadora lleva un pequeño barco en su trono, símbolo de su papel como guía y protectora de los fieles en el viaje de la vida. Este elemento también representa la Iglesia como nave que conduce a la salvación.
- Pergamino sobre la mesa del grupo Azotes: en el trono de Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna, se coloca un pergamino que contiene textos bíblicos relacionados con la Pasión, recordando el juicio y la condena de Jesús.
- Símbolo del ave en el trono del Cristo de Ánimas de Ciegos: en la parte trasera del trono del Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos, se encuentra la figura de un ave, posiblemente un pelícano, símbolo eucarístico que representa el sacrificio de Cristo al alimentar a sus hijos con su propia sangre..
- Barras del palacio a María Santísima de la Paloma: El trono de María Santísima de la Paloma incorpora barras que imitan las del Palacio Real, simbolizando la realeza de la Virgen y su papel como Reina del Cielo.
- La paloma en la Candelaria Virgen de la Consolación: Durante la procesión de la Virgen de la Consolación, se suelta una paloma blanca, símbolo del Espíritu Santo y de la paz, que acompaña a la Virgen en su recorrido.
- Figura en la peana del Cristo de la Expiración: La peana del Santísimo Cristo de la Expiración presenta una figura que representa a un ángel recogiendo la sangre de Cristo, simbolizando la redención de la humanidad a través de su sacrificio.
- Placa de plata del pertiguero: El pertiguero, encargado de mantener el orden en la procesión, lleva una vara rematada con una placa de plata finamente labrada, que suele incluir el escudo de la cofradía y otros motivos religiosos.
- Velas: Las velas que iluminan los tronos no solo tienen una función práctica, sino que también simbolizan la luz de Cristo y la fe de los creyentes. En algunas cofradías, se utilizan velas de colores específicos que representan distintas virtudes o momentos de la Pasión.
- Broche en la Virgen: Muchas imágenes marianas lucen broches en sus vestiduras, donados por devotos en agradecimiento por favores recibidos. Estos broches, a menudo de gran valor sentimental y artístico, reflejan la profunda devoción del pueblo malagueño hacia la Virgen.
Estos detalles, aunque sutiles, enriquecen la experiencia de la Semana Santa en Málaga, ofreciendo una visión más profunda de su simbolismo y tradición. Observarlos permite apreciar la dedicación y el fervor con que las cofradías preparan cada procesión, manteniendo viva una de las celebraciones más emblemáticas de la ciudad.
