El plan de Brittney Griner para volver a la élite después de su infierno en Rusia
Un año después de su detención en el aeropuerto de Moscú y su posterior encarcelamiento, la estrella de la WNBA está preparándose para su gran regreso
Brittney Griner con la camiseta de Phoenix Mercury en un partido contra Chicago Sky en la WNBA en 2021. | Reuters
El pasado 8 de diciembre, la Casa Blanca anunciaba una noticia más que esperada: Rusia accedía a liberar a la estrella del baloncesto estadounidense Brittney Griner, condenada a nueve años de cárcel después de que las autoridades rusas encontraran aceite de cannabis durante un registro realizado en febrero de 2022 en el aeropuerto de Moscú.
La liberación de Griner no fue un regalo del Kremlin: a cambio, Estados Unidos ponía en libertad a Viktor Bout, un conocido traficante de armas ruso. La liberación del traficante, fruto del intercambio de prisioneros, fue muy polémica, pero Brittney Griner ya estaba camino de casa. Días después, la deportista aterrizaba en la base militar de San Antonio, en Texas, y se reencontraba al fin con su mujer y con el resto de su familia.
Algo más de dos meses después de esta liberación, y apenas un año después de que comenzara su particular infierno en Rusia, Brittney Griner ya está preparándose para su gran regreso. Volverá por la puerta grande: jugará en la WNBA, la liga norteamericana de baloncesto —la más importante del mundo–. Militará en el Phoenix Mercury durante al menos un año, la duración del contrato que acaba de firmar. Es su equipo de toda la vida, aquel que la drafteó allá por 2013, hace ahora diez años.
Con ellas ganó el campeonato de la WNBA de 2014 al superar a Chicago Sky en las finales. De hecho, su último partido con el equipo antes de viajar a Rusia –sin saber que aquel viaje le acarrearía 10 meses de auténtica angustia– también fue contra las Sky en una derrota en las finales de la WNBA 2021, tras una de las mejores temporadas de su carrera, en la que promedió 20,5 puntos, 1,9 tapones y 9,5 rebotes por partido.
Retos para el regreso de Brittney Griner
Griner buscará ayudar a las Mercury a recuperarse tras sufrir la eliminación en primera ronda de los playoffs de la liga femenina norteamericana en agosto, con el equipo listo para comenzar su campaña de 2023 contra Los Angeles Sparks el próximo 19 de mayo. Por lo tanto, tiene que estar lista para competir en la élite en apenas tres meses.
«Los últimos 10 meses han sido una batalla en todos los sentidos. Busqué profundamente para mantener mi fe y fue el amor de tantos de vosotros lo que me ayudó a seguir adelante. Desde el fondo de mi corazón, gracias a todos por vuestra ayuda», escribió BG –como se la conoce comúnmente en el mundo del baloncesto– en su cuenta de Instagram, ya en suelo estadounidense.
Recuperarse de un golpe de esta magnitud no es tarea fácil. Tras rodearse de familia y amigos, Griner tuvo que ponerse en manos de profesionales de la salud mental. Pero ella ya avisaba, en ese primer comunicado en suelo estadounidense, de que su intención era volver a la cancha lo antes posible. «Quiero dejar una cosa muy clara: tengo la intención de jugar al baloncesto para las Phoenix Mercury de la WNBA esta temporada y, al hacerlo, espero poder decir ‘gracias’ en persona a todos aquellos que abogaron por mí».
Su equipo, su casa, publicó esta semana una foto de Brittney Griner entrenando. En ella, podemos ver a una jugadora feliz, con una amplia sonrisa dibujada en su cara, y con un notable cambio de look: ha dicho adiós a sus características rastas y se ha cortado el pelo. Una nueva Brittney Griner, una que a sus 32 años –10 de ellos, en la élite–, con sus dos oros olímpicos y sus dos mundiales, busca renacer tras una experiencia traumática. El reto es mayúsculo.
Una batalla constante
Su cautiverio en Rusia fue «una batalla constante». Lo aseguró ella misma tras su regreso. Su infierno ruso sigue acompañándola, así que la batalla continúa. Brittney Griner, aparte de una atleta de primera, es una mujer negra y lesbiana, superviviente del acoso, por lo que lo de batallar lo lleva prácticamente de serie.
Pero lo de Rusia, desde su detención hasta su cautiverio en una colonia penal de alta seguridad, pasando por un juicio cuya sentencia estaba ya escrita antes de celebrarse, ya fue demasiado. Una huella que quedará impregnada en ella, un trauma que va enfrentando con su gente a su alrededor, sí, pero también haciendo lo que mejor sabe hacer: jugar a baloncesto.
Pocos jugadores, ya sean hombres o mujeres, han logrado lo que ha logrado Brittney Griner a lo largo de su carrera: ganar un campeonato universitario, títulos de la WNBA y la Euroliga, y dos medallas de oro olímpicas. Quienes la conocen bien destacan su extraordinaria coordinación, algo muy relevante teniendo en cuenta sus 2,03 metros de altura. Una envergadura nada común en el baloncesto femenino y que le ha valido el apodo de ‘Big Foot’ Griner. Sus cualidades la llevaron a conquistar su primer título apenas se incorporó a la WNBA, después de su histórico paso por la liga universitaria. Ahora está de vuelta. El plan es competir y mirar hacia adelante.
