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Laporta cree que el Barça es la víctima del 'caso Negreira' y apunta a las anteriores directivas

El presidente niega los sobornos, cree que todo es una campaña contra la «catalanidad» del club, ataca a la prensa y acusa a los árbitros de madridistas

Laporta cree que el Barça es la víctima del ‘caso Negreira’ y apunta a las anteriores directivas

El presidente del F.C. Barcelona, Joan Laporta. | Alejandro García (EFE)

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha rechazado que su Administración tenga cualquier responsabilidad en el conocido como ‘caso Negreira‘ y ha señalado a las anteriores directivas por las posibles irregularidades que pueda dirimir la Justicia. El mandatario ha defendido que el solicitará ejercer la acusación particular por un delito de administración desleal si se descubre que el patrimonio del club se haya visto perjudicado durante estos periodos, relativos a las presidencias de Sandro Rosell y Josep María Bartomeu .

En una rueda de prensa íntegramente en catalán, salvo cuando ha pedido el apoyo de todos los aficionados del club al final de la comparecencia, el mandatario ha explicado por primera vez su versión sobre el caso de corrupción que ha manchado a la institución catalana y que podría expulsarle —a pesar de que Laporta diga lo contrario—de las competiciones europeas la próxima temporada.

Ante los medios ha desligado a su junta directiva de cualquier responsabilidad en el caso y ha sostenido que se ha producido una «campaña difamatoria» en contra del club y de sus aficionados tras 125 años de historia y respeto de las normas deportivas. Ha defendido que las acusaciones del ‘caso Negreira’ buscan hundir la imagen de un equipo al que no le gusta «ganar por ayudas arbitrales» y pide que quienes les acusen prueben sus palabras.

Una campaña contra el Barça

El empresario ha acusado a sus «detractores» de intentar hacer pagar a la entidad el «ser más que un club» y que esta campaña de «desprestigio» no hará que el equipo deje de ser una referencia del deporte mundial. Ha negado que se hayan dado beneficios extradeportivos y ha lamentado que se haya condenado a su club sin ni siquiera haberse dado un juicio.

Laporta ha señalado a «todos» los medios de comunicación por haber sometido al equipo a un linchamiento público y, a renglón seguido, ha reprochado que LaLiga, la RFEF y la UEFA hayan comenzado procesos que afectan al Barcelona para, a su parecer, «matar al equipo». Posteriormente ha nombrado a los directivos de estas instituciones, señalándoles directamente como enemigos del equipo.

Sobre el caso, Laporta ha defendido que no existen indicios que mancillen el prestigio del club, que no es una casualidad que saliera en el mejor momento deportivo de los catalanes en esta temporada y que se encargó un informe externo para saber qué había sucedido en realidad. Según el citado texto, la polémica «corresponde a otros mandatos presidenciales», por lo que él no podía saber que sucedía, y ha afirmado que el club «no ha realizado nunca ninguna actividad que tuviera como finalidad alterar la competición para conseguir una ventaja deportiva».

Entre las razones que ha aducido para explicar las informaciones que día a día afloran en los medios —siempre, a su parecer, en contra de «la honorabilidad y la integridad» del equipo— se encuentra un golpe contra «la catalanidad» de los culés, contra su identidad como modelos de Cataluña.

Laporta señala a Rosell y Bartomeu

El presidente ha sostenido que los pagos a las empresas de Negreira no han influido a ningún resultado deportivo del club —algo que no ha podido demostrar la Justicia en sus informes— y ha defendido que estos estaban destinados a conseguir una asesoría arbitral por parte de profesionales con recorrido en el campo. Esto no supondría, según sus explicaciones, un ilícito penal y que el resto de clubes cuentan con estos servicios —aunque ha matizado que, a diferencia de ellos, siempre lo han tenido externalizado—.

Durante toda la comparecencia, el presidente se ha desligado de la polémica y ha cargado las posibles irregularidades en los sucesores. Limpio de culpa, Laporta ha manchado la imagen de Rosell y Bartomeu, sin señalarnos directamente, asegurando que en sus mandatos podría haberse producido el beneficio de terceras personas, y ha determinado que la Justicia será quien dirima estas cuestiones, pues el FC Barcelona sería de esta forma parte afectada en todo el proceso y nunca el beneficiado.

El empresario ha afirmado que no existen indicios que apunten directamente a los dos exdirigentes, aunque considera que, en esta situación, el dinero de la entidad podría haber terminado en manos de terceros, por lo que debe emprender estas investigaciones en caso que sea preciso.

Tras referirse a un informe interno, Laporta ha sostenido que no existen indicios de corrupción deportiva que apunten a un beneficio del club a raíz de sobornos, que solo se realizaron labores de asesoramiento y evaluación deportivos y que existen facturas y pagos de estos servicios que demuestran la «transparencia de la Administración.

Que los elevados pagos de más de 7,5 millones durante casi veinte años se deben al número de partidos asesorados por temporada, que se realizaron muchos informes que justifican esta inversión, que el destinatario de los pagos era el hijo de Negreira y no el propio árbitro, que no podía designar árbitros y alterar resultados deportivos.

Árbitros madridistas

Laporta ha pasado a la carga contra el Real Madrid, a quien ha tildado como «el equipo del régimen» y de quien ha dicho que se ha beneficiado históricamente de decisiones arbitrales. Además, ha asegurado que existe una afinidad histórica entre los presidentes del Comité Arbitral y el club blanco, por lo que considera que no puede sentirse como damnificado por las informaciones publicadas por el ‘caso Negreira’.

«Durante 70 años, los que han designado a las personas que tenían que impartir justicia en el terreno de juego han sido o exsocios o exjugadores o exdirectivos del Real Madrid», ha cargado, pidiendo posteriormente una rectificación de sus acusadores y detractores.

El presidente ha tildado de «cínicos» los intereses del madridismo y ha pedido que el juicio les ponga en su lugar. Ha considerado que esta campaña explota cuando los culés no ceden a los intereses de Javier Tebas y de LaLiga y no firman el acuerdo con CVC para explorar las opciones que nacen de la Superliga europea.

«Tebas está teniendo una actuación irresponsable, poco prudente y con una falta de responsabilidad evidente. Ha aportado documentación a la causa que se ha demostrado que era errónea. Está denigrando la competición», ha señalado, exigiendo una rectificación.

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