El Barcelona, a un paso de ser excluido de la próxima Champions por la UEFA
El Comité de Ética y Disciplina de UEFA decidirá en los próximos días si excluye al FC Barcelona por el pago de 7,3 millones de euros a José María Enríquez Negreira
«A juzgar por mi información, la situación del Barcelona es excepcionalmente grave. El mayor escándalo que he visto en el fútbol», espetó el pasado 3 de abril el presidente de UEFA Alexander Ceferin en unas manifestaciones que muchos juristas consideran una grave injerencia del máximo mandatario europeo en los informes que tienen que elaborar tanto los inspectores del Caso Negreira como el Comité de Ética y Disciplina de UEFA.
No contento con ese paso, 17 días más tarde Ceferin recibió en su Eslovenia natal al presidente del Fútbol Club Barcelona Joan Laporta para hablar del caso. La maniobra de Laporta, el hombre que en su primera etapa como presidente culé incrementó por cuatro los «clandestinos» emolumentos al vicepresidente de los árbitros españoles, sirvió cuando menos para rebajar el nivel de temor y cambiar el pensamiento de buena parte de la opinión pública.
Sin embargo, el Fútbol Club Barcelona se encuentra al borde del precipicio. Aunque el club blaugrana asegura que los inspectores del caso, Jean Samuel Leuba y Mirjam Koller, todavía no han cerrado sus informes, Abc desvelaba que alguno ya está elaborado con un sentido favorable a dejar al club azulgrana fuera de la Champions la próxima temporada.
La UEFA no quiere otro ‘Caso Milan’
Según ha podido saber THE OBJECTIVE gracias a fuentes cercanas al caso, la UEFA no quiere que se repita con el Caso Negreira otro golpe reputacional como el que sufrieron en la temporada 2006/07 con el AC Milan. En pleno verano de 2006, el Panel de Emergencia de la UEFA llegó a la conclusión de que no tenía más remedio que «admitir al AC Milan para sus competiciones de clubes 2006-07, por razones formales debidas a una base legal insuficiente en el reglamento que permitiera la no admisión».
Además, la situación se agravó para la imagen pública del máximo organismo del fútbol europeo cuando el AC Milan ganó la Liga de Campeones, al imponerse en la final al Liverpool el 23 de mayo de 2007. Nadie entendió que un club declarado culpable de actividades de amaño de partidos sólo unos meses antes del inicio del torneo, levantara la copa como campeón.
Aquella admisión de la escuadra lombarda supuso un punto de inflexión a nivel normativo, que llevó a modificar el apartado 3 del artículo 50 de los Estatutos de la confederación del fútbol europeo en estos términos: «La admisión en una competición UEFA de una asociación miembro o de un club implicado directa o indirectamente en cualquier actividad dirigida a organizar o influir en el resultado de un partido a nivel nacional o internacional puede ser rechazada con efecto inmediato, sin perjuicio de posibles medidas disciplinarias».
Dicha enmienda, que sigue en vigor en la actualidad, estableció un proceso en dos fases destinado a garantizar la integridad de las competiciones organizadas por la UEFA:
- La primera fase consiste en una medida administrativa, por la que el club infractor queda excluido de las competiciones europeas durante una temporada.
- La segunda fase consiste en medidas disciplinarias, que pueden imponerse después de la medida administrativa y no tienen una duración máxima.
La disposición también se incorporó a partir de la temporada 2007/08 a los reglamentos que rigen la Liga de Campeones y la Europa League mediante un nuevo apartado, el 1.04(d), que quedó redactado de la siguiente manera: «Para poder participar en la competición, un club debe cumplir los siguientes criterios: no debe estar o haber estado implicado en ninguna actividad destinada a organizar o influir en el resultado de un partido a nivel nacional o internacional».
¿Tiene derecho la UEFA a declarar no elegible a un club aunque aún esté pendiente una investigación nacional ante los tribunales ordinarios? Aquí tampoco el Fútbol Club Barcelona tiene presumiblemente donde agarrarse porque según se recoge en el marco legal de UEFA, «no está obligada a basarse en una decisión de un organismo deportivo nacional o internacional, de un tribunal arbitral o de un tribunal estatal».
En el procedimiento sancionador del TAS sobre el Olympiacos Volou, se dejó clara la idea de que la UEFA no necesita esperar a una decisión final a nivel nacional, especialmente cuando se trata de procedimientos penales.
El Villarreal podría quedarse con la plaza del Barça
Las decisiones de la UEFA de declarar elegible o inelegible a un club para sus competiciones repercute en otros posibles participantes, como recoge el apartado 4.08 de los reglamentos de la Liga de Campeones y de la Europa League:
«Un club no admitido a la competición es sustituido por el siguiente mejor clasificado en el campeonato nacional de la misma asociación, siempre que el nuevo club cumpla los criterios de admisión. En este caso, la lista de acceso se ajusta en consecuencia».
Según esta norma, si el Fútbol Club Barcelona fuera excluido de la próxima Champions por incumplir los criterios de elegibilidad, el Villarreal debería ser su sustituto en la máxima competición continental y en caso de no ser elegido podría recurrir al apartado 2 del artículo 62 de los Estatutos de la UEFA para presentar recurso:
«Sólo las partes directamente afectadas por una decisión podrán recurrir ante el TAS».
Decisión rápida
La jurisprudencia de las decisiones de diferentes paneles del TAS, apuntan la necesidad de actuar con rapidez para garantizar la imagen y reputación de la UEFA. Esta urgencia se aplicó para sancionar en 2011 al equipo griego del Olympiacos Volou donde el TAS apoyó la decisión del Comité de Control y Disciplina de UEFA para «que la integridad de sus competiciones sea defendida y percibida por el público».
Desde la introducción del proceso sancionador en dos fases aceptado por la legislación suiza, más de diez clubes de toda Europa han sido declarados no aptos para participar en competiciones de la UEFA. Además, en algunos casos, se han impuesto medidas disciplinarias que se sumaban a la prohibición de participar una temporada. Todo ello guiado por el principio de Tolerancia Cero al amaño de partidos.
Rubiales mantiene a Laporta en su Junta Directiva
Cada vez son más las federaciones deportivas que establecen programas específicos en la lucha por la integridad en las competiciones. Por lo que se refiere a los poderes públicos, la Unión Europea ha adoptado varias resoluciones, Interpol y Europol han lanzado diferentes iniciativas, y hasta el Consejo de Europa ha elaborado un tratado internacional destinado a luchar contra la manipulación de las competiciones deportivas.
Aunque la «generosidad» de la Ley del Deporte española, tanto la del 90 como la nueva, «regalen» a los infractores una incomprensible prescripción a los tres años de los hechos considerados punibles, no parece muy decoroso que el presidente de la RFEF Luis Rubiales se ponga de perfil y mantenga a Joan Laporta en su junta directiva cuando es notorio que cuadruplico sus ingresos a Enríquez Negreira durante su primer mandato.
El 12 de junio es la fecha límite para que se conozca una decisión que algunos ven más en clave política que de integridad. Importantes voces del fútbol no descartan que el Barcelona tire la toalla de la Superliga ante Ceferin. La separación de poderes está en juego.