Desastre para Aston Martin en México, con abandono de Alonso y cuarto puesto para Sainz
La carrera, decimonovena cita de un Mundial ya decidido, acabó en manos del ya campeón, Max Verstappen
Dolor. Mucho dolor en México en la escudería verde. La noticia que más resonó no fue la enésima victoria de Max Verstappen, el relativo avance de Mercedes, o la pole position de Ferrari. Tampoco el abandono del héroe local, que montó una enrome algarabía en la grada. Fue la ruina de carrera que protagonizaron los coches verdes, los Aston Martin: ninguno de sus dos monoplazas acabaron la prueba.
El Gran premio de México, decimonovena cita de un Mundial ya decidido, acabó en manos del ya campeón, Max Verstappen. Ninguna sorpresa aquí. Tampoco que un excelente Lewis Hamilton alcanzase un segundo puesto final tras salir séptimo. Que Leclerc se ganase la pole position para acabar tercero, era algo que podía entrar en los planes. Su sábado fue espectacular, y su compañero Carlos Sainz, con el segundo mejor registro, salió a su lado. Por desgracia para los italianos, no lograron la victoria final, pero sí que hubo un pequeño y significativo triunfo con acento español.
Carrera accidentada
La prueba comenzó rodeada de una expectación sin precedentes en suelo azteca. Lleno hasta la bandera en el Hermanos Rodríguez, con un espectáculo como solo los mexicanos saben hacer vivir. Increíble atmósfera enturbiada por una aparente falta de apoyo por arte de Red Bull hacia el piloto local, Checo Pérez. El de Guadalajara anda en horas bajas tras una racha poco productiva, en su formación le exigen resultados, y no son los que sí logró a principios de temporada. Esto ha creado rumores de salida o retirada del piloto, todos infundados, pero que enturbian el aire.
Precisamente ante esa sed de hacerlo bien, Checo salió disparado en la salida de la prueba, avanzó como un misil, y se estrelló contra el suelo con fuerza tras tropezar con la zaga de Leclerc y volar como un Eurofighter. Gran intento, pero le pudo más el corazón que la cabeza. Los destrozos en su RB19 le invitaron a abandonar en boxes. Una verdadera lástima que fuera ante su público.
El resto de la prueba estuvo marcada por un fortísimo accidente de Kevin Magnussen, que estampó su Haas F1 contra las protecciones tras romper el eje trasero en mitad de una curva. No fue su culpa, pero fue el que se llevó el impacto, por fortuna sin consecuencias físicas para el danés. Por precaución y ante el nivel de fuerzas G sufridas, tuvo que pasar por el hospital del circuito para la revisión médica reglamentada. Esto transformó la prueba, dinamitó las estrategias, y cambió algunos resultados.
Españoles con picante
En la cara positiva tenemos a un Carlos Sainz que salía segundo, y con una estrategia a una parada podría haber recaudado un pódium. Tras el accidente de Magnussen y posterior resalida desde parrilla, solo pudo aguantar los embates, pocos, de sus perseguidores para acabar cuarto. No es un mal resultado, sobre todo porque acumula los 183 puntos que le igualan en la tabla con su amigo Fernando Alonso, aunque le sitúa por encima, al introducir el cómputo de los mejores resultados. A pesar de que Charles Leclerc recaudase en México los quince puntos de su tercera posición, Carlos Sainz sigue siendo el mejor piloto Ferrari, con diecisiete puntos más que su compañero monegasco.
Peor, mucho peor le fue a Alonso. Terrible resultado para el asturiano, en un fin de semana en el que nunca estuvo cómodo, protagonizó dos trompos en entrenos —cosa muy rara en él—, una clasificación pobre en la que logró el decimocuarto puesto, y una carrera directamente mala. Al final de la prueba, Aston Martin achacó a la afección de piezas de otros coches en pista al déficit de ritmo… se conoce que se debió encontrar esas piezas desde el primer día, porque nunca tuvo velocidad a una vuelta, en tanda larga, clasificatoria o carrera. La explicación real parece ser más mundana.
Avance hacia atrás
Aston Martin anda ya maquinando con miras hacia el año venidero y llevó a México piezas experimentales. Le sentaron muy mal a su coche, tanto, que el monoplaza de su compañero Lance Stroll no las llevaba y corría más. Alonso tomó la salida y se fue deslizando tabla abajo para llegar a ir último. La sospecha generalizada es que en su escudería decidieron retirar el coche antes que quedar retratados con el sonrojante resultado de cerrar la clasificación. Si esto ocurrió en la vuelta 48, en la 66 fue aún peor ara su escudería. Lance protagonizó un incidente con un Alfa Romeo en el llamado Foro Sol, la zona más populosa del trazado, y acto seguido también retiró su AMR23. Los dos Aston fuera de combate. Para el asturiano, es la segunda carrera consecutiva en que abandona.
El ciclo americano les está sentado fatal, y muchos se preguntan cómo el equipo que estuvo segundo durante el primer tercio de la temporada, esté ahora celebrando pillar algún punto. Ferrari ha mejorado, Mercedes ha mejorado, McLaren ha mejorado… casi todos lo han hecho, y Aston Martin ha pasado de (palabras textuales de Alonso) llevar «un coche adorable de conducir», a «el coche está al filo de la navaja siempre», o de sus jefes, «perdemos ritmo en todas partes». La evolución durante la temporada los ha remitido a algo peor, y las mejoras que llevaron a esta carrera les han sentado mal o muy mal. Los aficionados se preguntan sobre qué puede pasar el año próximo.
Promesas de futuro
Las regulaciones en lo tocante a los monoplazas de la temporada 2024 serán casi calcadas a las de esta. Si los años se empiezan de forma correlativa al rendimiento general de los coches que acabaron el año anterior, el panorama pintan peor que mal… a menos que ocurra algo que algunos sospechan. El equipo verde sufrió una enorme transformación en el verano de 2022. Llegaron muchos técnicos de otras formaciones que han ayudaron al éxito inicial de este año. La sospecha es que pusieron algo de sí mismos en ello, pero la mayor parte de su tiempo, esfuerzo e ingenio debería estar volcado no en un coche parido conceptualmente por otros, sino en el siguiente, esto es, el de 2024.
Es moneda común que nuevos equipos de diseñadores dibujen más el futuro más lejano que el presente, sobre todo cuando el proyecto en curso ya va lanzado. Nadie sabe qué puede ocurrir en 2024 y si Aston Martin obedece a esta pauta, pero no sería de extrañar que el concepto general del AMR24 fuese distinto al actual. Nadie sabe si será mejor o peor, pero si es muy posible que sea distinto.
Carrera entretenida, con un Checo que apostó fuerte y perdió, Max que sigue imponiendo su ley, Hamilton que quiere el subcampeonato que de momento atesora el mexicano, Sainz salió bien parado, un Norris espectacular salió decimoséptimo y terminó quinto, y desastre verde sin paliativos. Espectacular atmósfera, menos para el aficionado que se lio a mamporros con un par de aficionados de Ferrari. Fue acompañado por la seguridad del circuito hasta la puerta con una promesa escrita en el aire: no volverás nunca más por aquí. Mejor para todos, menos para él, por excederse.
Próxima parada: Gran Premio de Brasil, el fin de semana que viene.