Alonso y Sainz tendrán este año más cerca las victorias, pero no será fácil
La sospecha general no es ya que Max Verstappen vaya a ganar este año, sino que lo haga también el siguiente
No hay duda: los dos españoles de la Fórmula 1 tienen mejor coche que el año pasado. Sin embargo, los dos, y la mayoría de los observadores que siguen el mundial, creen que el Red Bull de Max Verstappen volverá a ser imbatible este año. Emprender así una temporada de carreras, sin siquiera haber dado una vuelta oficial, tiene que ser duro. Pero hay rayos de sol entre las nubes.
La sospecha general no es que Max Verstappen vaya a ganar este año, sino que ya hay quien piensa que en 2025 también ocurrirá. Su escudería ha digerido como ningún otro las regulaciones, con una gran parte de preponderancia de lo aerodinámico, y que su ingeniero jefe —Adrian Newey— conjuga como nadie.
La montaña es azul
Los coches azules van a ser el coco mientras no cambien las reglas, y eso llegará en 2026; por eso se cree que dominarán el periodo del llamado ‘efecto suelo’. Llevan tal ventaja, que en verano del año pasado abandonaron el desarrollo de su monoplaza para ponerse con el RB20 de esta temporada, mientras el resto hacía lo que podía para evitar que ganasen el 100% de las carreras. Pincharon en hueso, y justificaron el jornal por la mínima: Red Bull venció en todas menos en el Gran Premio de Singapur, en la temporada más arrolladora de todos los tiempos.
Sin embargo, este 2024 se muestra más alentador en cuanto al posible rendimiento general de los dos españoles. Guste o no, gran parte de los resultados proviene de tener un mejor coche, y para su fortuna, los dos contarán con una mecánica un paso más allá que la que pilotaron el año pasado. De acuerdo con esto, sus resultados deberían ser mejores.
Carlos Sainz y el SF-24
Ferrari no se ha complicado mucho en poner nombre al sucesor del SF-23, pero si su nombre es casi el mismo, el coche es distinto a pesar de que la normativa apenas haya cambiado. El año pasado sus dos carreristas se quejaban del efecto pernicioso de las ráfagas de aire, de falta de tracción en la salida de curvas lentas, y una falta de consistencia en carrera.
Los ingenieros italianos se han fajado en crear un coche que siguiera siendo rápido en recta, y sumamente veloz a una vuelta; así seguirán siendo capaces de clasificar bien. El problema es que su bólido se desfondaba en las tandas largas que hay entre cambio y cambio de neumáticos, neumáticos que tendía a desgastar más de lo deseado.
Durante los test de esta pretemporada, tanto Sainz como su compañero Charles Leclerc, detectaron una mayor consistencia en el manejo del nuevo monoplaza. Pedían esto desde hace justo un año, y culpaban al SF-23 de llegar a ser algo nervioso e inconstante. Perdían su control más de lo habitual debido a lo poco previsible de su comportamiento.
Se nota de un vistazo que con el SF-24 han hecho un trabajo mucho más pulido, muy probablemente por una utilización alternativa de los límites presupuestarios. Puede que el Red Bull sea imbatible, pero sí es alcanzable. Si en 2023 los dos Ferrari acumularon una victoria y siete pole positions, es posible que este año, y con un coche mejor, ese ratio crezca.
Un mejor Carlos a pesar de todo
Si esa es la ventaja con la que contará el madrileño, la mecánica, tendrá que correr todo el año con agua avinagrada en su monoplaza. Sainz no es para nada un piloto que no merezca su asiento, pero cuando se abre la posibilidad de subir en tus coches a un siete veces Campeón del Mundo como Lewis Hamilton, no la dejas escapar.
Ferrari tuvo que elegir, y Carlos será desalojado de su coche al acabar la presente temporada, en beneficio del británico. De manera oficial no hay información alguna sobre su destino, pero Mercedes dejará un puesto libre, el rumor es que Red Bull también al acabar el contrato de Checo Pérez, y se habla de que su posible próxima formación sea Sauber. El hasta-el-año-pasado-equipo-conocido-como Alfa Romeo, y en el que militó Pedro de la Rosa, se convertirá en Audi F1 en 2026. Eso sí que sería un plan a medio y largo plazo apetitoso para un corredor que merece más reconocimiento del que recibe. No olvidemos, que Sainz fue el único piloto de la parrilla en batir a los Red Bull el año pasado. Allá a donde vaya, le irá bien, y este año, mejor que en 2023.
Fernando Alonso y el AMR24
El bicampeón de Oviedo resopla al hablar de lo que va a ocurrir este año. Cuando se le pregunta, no duda, y deja claro que Max Verstappen será el coco a batir, y él estará lejos. A pesar de lo que cree, cuenta con un armamento diferente con respecto al del año pasado.
Sin excesivo brillo durante los test de Bahrein, en tres jornadas su AMR24 apenas dio muestras de una velocidad extrema, o detalles que le pusieran en la zona noble de la tabla desde el principio. En alguna tanda larga, su coche se comportó con cierta eficacia, pero habrá que esperar a ver cómo responden en las primeras carreras.
Nadie piensa que esté entre los llamados a ganar carreras, pero bien podría avanzar para colocarse como líder de la zona media con solvencia. Con un equipo en trayectoria ascendente, el asturiano quita valor a lo visto antes de que empiece el fuego real, y se entrega a las afirmaciones de Dan Fallows, padre de su monoplaza. El ingeniero verde tampoco se mostró en especial entusiasmado en las primeras jornadas, y prometió que llegarían mejoras continuas según avance el calendario.
Dudas y alguna certeza
Esto tiene dos lecturas, y sin muchos datos que cotejar, una es que no están entusiasmados con lo que han visto, pero sí parecen satisfechos. Cuando un coche nace bien, y esto es lo que les ocurrió el año pasado, suele dejar rastro en los entrenamientos. Tiende a ser rápido desde el primer día, adolece de paradas prolongadas por problemas de diseño estructural o fallos de construcción, y lidera con facilidad varias tandas.
El AMR23 del año pasado sí que logró esto, pero el AMR24 no tanto, y esta es la parte preocupante. La buena es que Aston Martin hoy ya no es el equipo de hace un año. Tienen otro personal, otros mecanismos internos, es una escudería mucho más solvente, y es bastante posible que su comportamiento como equipo cambie durante el calendario más largo de la historia de la F1, con 24 citas.
Mejor equipo, mejores resultados
El año pasado Aston Martin se comportó como un equipo mediano, y el reflejo fue que su coche se desinfló con involuciones en lugar de evoluciones; fue de más a menos. Un equipo grande, potente y con solvencia, hace crecer sus monoplazas durante la temporada, y esto es algo que no les ocurrió a los de Silverstone.
Todo esto conduce a pensar que los bólidos verdes estarán en una cuarta-quinta posición en un principio —que es de donde partían el año pasado— para intentar avanzar al menos un puesto al final del año. Las manos de un siempre eficiente Alonso deberían llevar ese coche un poco más allá, a sacar más partido del material con el que cuenta, y aunque no parece que tendrá la ventaja temporal de principios del año pasado, el pódium puede estar a la mano. ¿Alguna victoria? Ojalá, pero no será fácil, a pesar de que con toda seguridad, tendrá un coche mejor.
Para los pilotos españoles —y para todos los demás— debe ser como comerse una piedra a bocados, saberte perdedor antes de empezar. Pero Sainz y Alonso tienen mejores coches que el año pasado, y aunque saben que el título tiene un nombre grabado, han jurado molestar; a Max Verstappen y al resto. Y hay razones para pensarlo.