La última bala de Hazard: una vida entre algodones agravada por la explosión de Vinicius

El domingo por la noche se produjo un hecho insólito en el estadio Santiago Bernabéu. Hazard completó los 90 minutos del encuentro. Un partido entero, de principio a fin, sin lesiones, sustituciones ni molestias. Algo que no sucedía desde el 23 de noviembre del año 2019. Triste consuelo al que agarrarse para Edén, que llegó a Chamartín tras ser elegido como mejor futbolista de la Premier con un único objetivo: hacer más llevadera la marcha de Cristiano a base de goles y asistencias. Pues ni una cosa ni la otra. El 7 le pesa demasiado y sus guarismos hablan por sí solos: 55 partidos, cinco goles y siete pases decisivos en dos temporadas y media. Paupérrima performance del belga hasta la fecha, no cabe otra calificación. 

Feroz competencia

El regreso de Ancelotti pintaba bien para Hazard, de hecho, podemos asegurar que (hoy) es la última esperanza que le queda al menudo delantero para triunfar en él Madrid. Carletto tiene mano izquierda con las estrellas y como reconocen en la entidad desde el principio «se propuso recuperarlo». El italiano trazó un plan especial en verano junto a Antonio Pintus , el encargado de la preparación física merengue. Edén se mostró «dispuesto, receptivo y obediente»: «Ha llegado en forma, con el peso adecuado, más fino que en las dos pretemporadas anteriores» confirmaban desde Valdebebas.

No fue algo casual. Hazard sabe, como conocemos muchos periodistas pegados a la actualidad merengue, que si hubiera llegado una oferta decente en verano el Madrid la hubiera aceptado, pero la triste realidad es que «no llegaron propuestas firmes por el jugador». Ancelotti le dio status de titularísimo. Cuatro partidos de inicio en los cinco primeros del campeonato local (con la escasa aportación de una asistencia) y entonces, a la vez, se le ‘ocurre’ explotar a Vinicius. Nuevo drama. El capitán de Bélgica pierde el puesto, ya no cabe en la izquierda que es para el menino, habrá que pasarse a la otra banda, pero existe overbooking. Rodrygo, Asensio y hasta Bale (cuando no está lesionado) se encuentran por delante de él. La competencia es feroz.

Un rayo de esperanza

La noche dominical dibujó una media sonrisa en la cara de Hazard. Por varios motivos. Recuperó la titularidad (tras la plaga covid que asola a la plantilla ), jugó de menos a más y se le ‘regalaron’ los oídos públicamente desde dos sectores del club justo cuando más se duda de su continuidad. Emilio Butragueño lo puso en valor y destacó su actitud: «Hazard buscaba permanentemente pedir la pelota. Asumió responsabilidades con el 0 a 0». No le falta razón ahí al «buitre». Si bien el rendimiento de Hazard está a años luz de lo que cualquier madridista esperaba cuando lo ficharon, el domingo hizo algo que no le habíamos visto de blanco: competir sin miedo, disfrutar, pedirla, tener iniciativa. ¡Jugar al fútbol al fin y al cabo!

Después Carlo Ancelotti puso la guinda: «Hazard puede ser un arma más para la segunda parte de la temporada». No es cualquier cosa la declaración del técnico italiano. Entre fuertes rumores de una posible salida de Eden en el mercado invernal, Carletto refuerza la moral de su futbolista. Mientras, el maltrecho pero forrado Newcastle lo sueña como refuerzo e incluso el Lille francés fantasea con su regreso al lugar donde debutó como profesional. «No es imposible», asegura su presidente Olivier Letang. Que frenen sus expectativas, de momento. El Madrid nunca ha sido un fan furibundo de la ventana de invierno, la temporada es larga y llena de imprevistos y además Eden Hazard lo está dejando claro en su entorno: «Le gusta su vida familiar en la capital y quiere intentarlo estos seis meses, cree que está ante su última oportunidad de triunfar en el Real Madrid». Ya pude apuntar bien. Al siete blanco solo le queda una bala y el recorrido del disparo finaliza en junio.