¿A quién se le ocurre, Rüdiger?
«Cuando los jugadores tienen la deferencia de mostrarse humanos, próximos y terrenales, se les recibe con botellazos y vomitivos insultos racistas»
El futbolista Rüdiger durante un encuentro del Real Madrid. | Zuma Press
A muchos se les llena la boca con la desafección que los futbolistas proyectan con los aficionados. Y (casi) siempre con razón. Los centros de entrenamiento se han convertido en auténticos búnkeres, los hoteles de concentración en territorio inaccesible y las firmas de autógrafos en algo cada vez más insólito. Es habitual ver a los seguidores de cualquier equipo apostados en rotondas, sorteando los controles de seguridad en los aeropuertos o desgañitándose desde la grada para recibir alguna muestra de cariño de sus ídolos. Pues bien, cuando los jugadores tienen la deferencia de mostrarse humanos, próximos y terrenales, como Rüdiger hizo el sábado en Cádiz, se les recibe con botellazos y vomitivos insultos racistas. Empiezo a pensar que el fútbol español no tiene solución.
Enésimo episodio racista
En la grada del Nuevo Mirandilla había mayoría cadista, pero en la misma también habitaba un chaval cuyo único objetivo era conseguir la camisola de Antonio Rüdiger. Resulta que el ‘bambino’ era el hijo de un empleado de la AS Roma, club en el que Rudy jugó entre el año 2015 y el 2017. Finalizado el encuentro, el defensor alemán se aproximó a la parte baja de la tribuna amarilla con su preciado presente en la mano. Según fuentes del club blanco, «le había prometido la camiseta al chico y fue a dársela».
Inexplicablemente, algo tan inocente tornó en lío. A medida que Rüdiger se iba acercando al graderío gaditano empezaron a lloverle botellas vacías y todo tipo de insultos. Entre los cuales, y para no variar, se coló el racista de turno espetando un vomitivo: «Negro, cabr…». El internacional alemán, anonadado, se encaró con la grada mediante gestos que invitaban a quienes le vejaban a bajar al césped. En ese momento un miembro del staff madridista le anima a enfilar el camino de los vestuarios y, paralelamente, aparece en escena Rubén Alcaráz. El jugador cadista, fuera de contexto y sin conocer la historia al completo, se lanzó desbocado a por Rüdiger. Varios empleados del Cádiz tuvieron que pararle para que la cosa no fuera a mayores.
Este desagradable episodio, de nuevo con tintes xenófobos, se une a los ya vividos por Vinicius. La Liga ha presentado hasta ocho denuncias por insultos racistas sobre el brasileño a las que ahora hay que añadir la de Antonio Rüdiger. Un problema que se enquista y sobre el que se pronunció Vinicius tras el partido de ida de la Champions contra el Chelsea. «¿España es racista, Vinicius?», a lo que el brasileño contestó: «Toda la sociedad lo es».
A Londres para olvidar el mal trago
El entorno de Rüdiger reconoce «estar sorprendido» con lo ocurrido pero igualmente decidido a pasar página. Y es que hoy regresa junto a varios de sus compañeros a la que fue su casa. Hasta cuatro de los miembros de la expedición merengue que buscan el pase a la semifinal en Stamford Bridge tienen pasado blue: Carlo Ancelotti, Thibaut Courtois, Eden Hazard y el propio Antonio Rüdiger. Caletto, que volvió a dar descanso a seis de sus primeros espadas en Cádiz, es de los que suele dar continuidad a lo que le funciona. Así que todo indica que el 11 elegido esta noche será el mismo que humilló al Barça en el Camp Nou y repitió en la ida de la Copa de Europa: Courtois, Carvajal, Militao, Alaba , Camavinga, Kroos, Modric, Valverde, Rodrygo, Vinicius y Benzema.
Rüdiger esperará su oportunidad desde el banquillo y quizá, tras el partido, se le ocurra regalar su camiseta a un viejo conocido. Spoiler: no pasará nada. Esto es la Champions y aquí las cosas funcionan de otra manera (pregúntaselo a Vini). Mira que ir regalando camisetas por los campos de España… ¿A quién se le ocurre, Rüdiger?
