La FIFA entra en guerra con Europa por los derechos televisivos del Mundial femenino
Infantino ha emprendido su propia cruzada contra cinco países europeos –incluido España– por los derechos del torneo, amenazando con un apagón televisivo
En 73 días echará a rodar el balón en el Mundial de Australia-Nueva Zelanda, la cita más importante del fútbol femenino a escala global. Entre algunas de las favoritas está España, pero también otras naciones europeas, como Alemania, Francia, Inglaterra e incluso Italia. Todas ellas se sitúan entre los primeros puestos del ranking FIFA de selecciones femeninas, un ranking dominado por arriba por Estados Unidos pero repleto, sobre todo, de países europeos. Sin embargo, podría darse el caso de que este Mundial no se vea en Europa. O, por lo menos, en los ‘cinco grandes’ países europeos. Es decir, los anteriormente citados, incluida España.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha emprendido su propia cruzada contra estos cinco países por las ofertas que se han realizado por los derechos televisivos de la cita mundialista. Amenaza, incluso, con un apagón. Es decir, que los aficionados de España, Francia, Alemania, Inglaterra e Italia podríamos no poder ver a nuestras selecciones en acción. Y todo por una guerra de cifras.
En busca de una «oferta justa»
A Infantino –y, por tanto, al ente que dirige– no le parecen justas las ofertas que se están barajando en estos cinco países europeos. El dirigente fue tajante el pasado lunes cuando afirmó que si las ofertas por los derechos de transmisión audiovisual del Mundial femenino de este año en Australia y Nueva Zelanda «siguen sin ser justas», el organismo que dirige se verá obligado a no retransmitirlo en España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.
Su llamamiento era claro: pedía a las cadenas de televisión que siguieran «el ejemplo» del organismo que dirige y «paguen un precio justo» por los derechos audiovisuales del Mundial femenino, haciendo hincapié en que «los ingresos se reinvertirán íntegramente en el fútbol femenino». Para la FIFA, lo que ofrecen los big five no es suficiente. Y amenaza, además, con un apagón televisivo. Poca broma.
Esta particular cruzada de la FIFA contra los cinco países más importantes de la UEFA no es nueva. Infantino inició esta pugna allá por octubre de 2022, durante una visita a Auckland para el sorteo de los grupos. Entonces, Infantino aseguró que las ofertas que eran menores al 1% del equivalente por los derechos pagados por el torneo masculino eran «inaceptables».
Ahora el conflicto se ha intensificado con unas palabras tajantes y que han encendido todas las alarmas en los cinco países. Para los aficionados, para la prensa especializada y para las distintas federaciones nacionales sería inadmisible este apagón.
La amenaza no es baladí. Europa es, sin duda, el mercado más rentable para la FIFA en cuanto a los derechos televisivos se refiere. Durante el ciclo comercial de 2019-2022, la región generó ingresos por valor de 1.060 millones de dólares, principalmente gracias al Mundial de Fútbol masculino celebrado en Catar el pasado mes de diciembre. Esta cifra evidencia la enorme importancia de Europa para la organización, que encuentra en este mercado un nicho sumamente lucrativo.
Audiencias históricas en horarios complicados
También es lucrativo un Mundial femenino, aunque no lo sea tanto como uno masculino. En el pasado Mundial femenino, el de Francia 2019, las audiencias fueron de récord: más de mil millones de personas lo vieron en todo el mundo. El promedio en los 52 partidos fue de 17,27 millones, más del doble de los 8,39 millones de Canadá 2015. La final la vieron 82,2 millones de espectadores, según los datos de una auditoría de la propia FIFA.
El Mundial femenino ha conseguido, por tanto, atraer una audiencia que representa entre el 50% y el 60% de la del campeonato masculino. Sin embargo, las cifras en cuanto a ofertas comerciales son notablemente diferentes, con una brecha de entre 20 y 100 veces menor en el caso de los operadores: mientras que el torneo masculino genera ofertas de entre 100 y 200 millones de dólares, el femenino solo llega a los 1-10 millones. Todo esto, según los datos que maneja el ente presidido por Infantino.
Para esta nueva cita mundialista la FIFA espera mejorar las cifras de Francia 2019, aunque lo cierto es que en el Viejo Continente los horarios serán complicados para atraer a la audiencia, dada la situación geográfica y el huso horario de las sedes. La Selección española, por ejemplo, jugará la fase de grupos a las 8:00 y a las 8:30 de la mañana, hora peninsular española. Unos horarios nada amables que hacen que las ofertas bajen. Pero para la FIFA esto no es excusa.
La hipocresía de la FIFA
Esta situación «es una bofetada en la cara de las grandes jugadoras del Mundial y de todas las mujeres del mundo», dijo el pasado lunes Infantino, el presidente de una institución que decidió que era buena idea organizar un Mundial en Catar, un país en el que los derechos humanos –y notablemente los de las mujeres– brillan por su ausencia.
Esta paradoja la ha subrayado Moya Dodd, exjugadora australiana y exmiembro del Consejo de la FIFA, que ha contestado rotundamente a Infantino: «Es un poco absurdo regañar a las emisoras por pagar de menos, porque si nos fijamos en la historia, la propia FIFA nunca ha valorado los derechos de las mujeres».
¿Quién ganará este pulso? No lo sabemos, pero ya vemos que la FIFA va en serio con sus amenazas, aunque es improbable que se arriesgue a perder un mercado tan importante como lo es el de los cinco países más importantes de Europa. No quiere malvender, dice, pero tampoco querrá no vender nada. Desde la barrera esperamos que se solucione, porque un apagón televisivo haría un flaco favor a la visibilidad del fútbol femenino.