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Más del 30% de las lesiones de futbolistas se producen por el estrés

Cada día que un jugador de fútbol está lesionado, el club pierde entre 5.000 y 50.000 euros de media

Más del 30% de las lesiones de futbolistas se producen por el estrés

El jugador de la Juventus, Paul Pogba, tras su lesión en mayo | Europa Press

El estrés está detrás de una de cada tres lesiones musculares de futbolistas, según revela una investigación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), con la colaboración de varios clubes de la LFP (Liga Nacional de Fútbol Profesional), analizando la saliva de futbolistas profesionales.

«El estrés provoca consecuencias fisiológicas graves que, en el deporte de élite, puede llevar a situaciones donde el cuerpo se somete al límite, provocando lesiones», argumentan los expertos consultados por THE OBJECTIVE.

Este proyecto ha estudiado como afecta el estrés al rendimiento de los jugadores, haciéndoles más proclives a las lesiones, mermando su capacidad de juego. El objetivo es proporcionar mecanismos que sirvan para prevenir las consecuencias fisiológicas del estrés, el medio o la presión. Todo ello tras la detección de marcadores hormonales preocupantes, con el fin de minimizar el impacto en la salud de los deportistas.

Siete temporadas de estudio para las lesiones

Se trata de un proyecto propio de investigación de UNIR que contempla las siguientes fases: estudio longitudinal de equipos profesionales a lo largo de siete temporadas, análisis de la proteómica salivar y desarrollo de un programa de intervención para la prevención de lesiones deportivas.

La optimización de las exigencias físico-afectivas a las que se somete el jugador de fútbol, su rendimiento deportivo y el control de parámetros fisiológicos y afectivo-emocionales se convierten en estímulos estresores o impulsores competitivos.

«Se observan patrones de respuesta neuroendocrina que son predictores de la lesión deportiva, especialmente la lesión muscular, en las semanas anteriores. Es tentador especular con la posibilidad de prevenir una de cada tres lesiones en el deporte profesional», explica el doctor en Fisiología Humana y de la Actividad Física y el Deporte, Manuel Jiménez López, profesor e investigador de UNIR y autor principal del estudio.

Resultados de los análisis de saliva

La investigación muestra que concentraciones altas de cortisol (C) —que es la hormona que causa el estrés—, creatina quinasa (CK) y tasas reducidas de inmunoglobina A (IgA) se asocian con una menor adaptación psicofisiológica y mayor riesgo de lesión muscular.

Estos indicadores pueden obtenerse gracias al análisis de la saliva de algunos de estos analitos (sustancias químicas presentes en un material o sistema), un procedimiento que ha ido ganando popularidad por su baja invasividad, facilidad y rapidez en el control del rendimiento del deportista profesional.

«El rendimiento físico de los jugadores depende, en una gran parte, en su rendimiento psicológico», argumentan fuentes consultadas por este medio.

Análisis de biomarcadores

Para realizar el estudio, se han tomado muestras de saliva semanalmente durante la temporada anterior para el control de la variabilidad hormonal de los sujetos.

Por otro lado, se tomaron cinco muestras de saliva más: al finalizar la pretemporada, tras los primeros 10 partidos, tras disputarse 20 partidos, a los 30 encuentros y al finalizar la temporada regular, para analizar más de 400 proteínas diferentes en cada jugador con el objetivo de conocer mejor los mecanismos fisiológicos subyacentes previos a la lesión deportiva.

Los datos obtenidos en pretemporada proporcionan información sobre el jugador fuera de períodos de competición y reflejan cómo las cargas de entrenamiento lo han preparado para la temporada, mientras que la información recogida durante la temporada competitiva permite detectar incrementos anormales de alguno de estos biomarcadores, advirtiendo de un probable riesgo de lesión en las semanas subsiguientes.

Un partido de fútbol produce aumentos de algunos marcadores relacionados con la lesión deportiva, como son el aumento de la creatina quinasa (CK) y del cortisol (C), así como descensos en la testosterona (T) y la inmunoglobulina A (IgA).

Fatiga y lesiones

La investigación tiene en cuenta, entre otros aspectos, la fatiga acumulada a lo largo de un período mayor de competición y los costes psicofisiológicos derivados de ello. «Los resultados de los partidos, la percepción subjetiva de esfuerzo, las rachas competitivas… La carga externa, en general, es un poderoso estresor y hay que tenerlo en cuenta en la evaluación de la fatiga del jugador. Esta fatiga crónica acumulada es la responsable de los procesos inflamatorios sistémicos con alto impacto sobre el sistema nervioso central a nivel cognitivo y motor», aclara Jiménez López.

«Según nuestros cálculos, cada día que un jugador de fútbol profesional está lesionado, el club al que pertenece sufre pérdidas que fluctúan entre los 5.000 y los 50.000 euros de media; además de un claro descenso en su nivel competitivo en la temporada de liga», indica este experto.

«Esta relación entre periodos competitivos con resultados negativos y mayores tasas de lesión ya ha sido sugerida por estudios previos en fútbol, rugby, baloncesto… Nuestro grupo de investigación, en colaboración con la Universidad de Varsovia y el Hospital Albert Einstein de Sao Paolo , trata de conocer mejor los procesos fisiológicos que lo modulan», señala Jiménez López.

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