Bellingham ahonda en el conformismo culé

Todavía sigo dándole vueltas a todo lo que viví en el frío y satisfactorio ‘clásico’ de Montjuic. Puede que tenga que ver con la nueva ubicación o la lejanía de la grada del Estadio Olímpico, pero el conformismo de la afición culé tras el varapalo consumado por Bellingham me dejó perplejo. Por no implicarse, el soci barcelonista no cantó con fuerza ni siquiera el famoso «in, inde, independència» del minuto 17 y 14 segundos. Ya les digo que el personal andaba apático en general pero se guardaron una bala para descargar su ira con el de siempre: Vinicius Junior.

«Firmaban el empate»

Seguir la información del Real Madrid no me impide tener buenos contactos en la cúpula blaugrana. En la previa del partido me encontré con alguien de cierta importancia en el organigrama del FC Barcelona que me aseguró que » firmaban el empate«. Afirmación que me extrañó pero que cobró todo el sentido del mundo cuando, terminado el encuentro, y con los dos goles de Bellingham todavía frescos en la retina, apareció el vicepresidente del Barça, Rafa Yuste, para explicar que «estaban satisfechos porque le habían competido al Madrid».

Esta conformista declaración encaja también con la estupefacción de Gündogan en el post partido para La liga TV donde el alemán se lamentaba de ver un vestuario «decepcionado, pero no enfadado tras un resultado así contra el Madrid». Añadiendo además que » no había venido a Barcelona para perder este tipo de duelos».

Bellingham frustra a Xavi 

Xavi Hernández no pudo disimular su frustración en rueda de prensa al ser preguntado por Bellingham: «Es un grandísimo jugador, pero está en estado de gracia. Le cae el balón, el rebote…». Vamos, que el chaval es bueno, pero tiene una suerte que ni se la cree, le faltó decir al de Tarrasa. Con lo fácil que es reconocer la evidencia: Jude Bellingham es el jugador más en forma del planeta fútbol.

Lleva 13 goles en 13 partidos disputados con la camiseta del Real Madrid, igualando de este modo los registros de inicio de Cristiano Ronaldo y Alfredo di Stefano en la casa blanca. Marcó en su debut en Liga, en el de Champions (dando la victoria al equipo en el descuento) y en su primer clásico hace un doblete para remontar el partido. El ‘Trofeo Kopa’ o el ‘Golden Boy’ se quedan cortos para un chaval «destinado a ganar varios Balones de Oro«, tal y como opinan en castellana.

El turno de Camavinga y la criptonita de Vinicius

Confirmadas las peores sospechas, Tchouameni se perderá entre seis y ocho semanas de competición. Su «rotura incompleta del segundo metatarsiano del pie izquierdo» es un fastidio para Aurelien y Carletto, pero se presenta como una gran oportunidad para Camavinga. El francés, que realizó un partidazo en Montjuic entrando desde el banquillo, apunta a titular como ancla del equipo a partir de ahora. Y se lo tiene bien merecido. Los 50.000 que estábamos presentes en ‘El clásico’ fuimos testigos de cómo nada más salir al terreno de juego se marcó una ruleta pegado a la banda y despertó el «¡oh!» de admiración de toda la parroquia culé. Algo extremadamente complicado cuando vistes de blanco.

Es una situación diametralmente opuesta a la que experimentó Vinicius. El atacante vivió un triste partido en sus dos vertientes. La ambiental, en la que sufrió el enésimo capítulo de insultos racistas desde la grada y salió del campo a empujones, y la deportiva, donde Araujo, la kryptonita de Vini, le superó en todas las facetas del juego.  La pelota queda por tanto en el tejado del brasileño que, como está acostumbrado a demostrarnos, y al contrario que el Barça, no entiende de conformismo.