El PIB crecerá un 4,5% este año, dos puntos menos de lo que sostiene el Gobierno, según el Banco de España
La inflación se controlará en 2023, hasta el 1,2 por ciento, tras el efecto de la energía que mantendrá altas tasas de IPC este año y el próximo
El Banco de España constata la ralentización de la recuperación económica y rebaja las previsiones de crecimiento del PIB español para este año y el próximo. Así, en 2021, el crecimiento será de un 4,5%, dos puntos menos de la previsión del Ministerio de Asuntos Económicos, que encabeza la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. El supervisor calcula que el año que viene se acelerará el avance de la actividad al 5,4%, también por debajo del 7% que calcula el Gobierno. Según el último Boletín Económico del Banco de España, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, la revisión a la baja de la previsión de PIB es de 1,9 puntos porcentuales este año y de 0,4 el próximo en comparación con las anteriores proyecciones del organismo.
El Banco de España es más optimista respecto a 2023, y en ese caso practica una revisión al alza de su previsión anterior, proyectando un PIB al 3,9%. Además considera que en ese mismo ejercicio se contendrá la fuerte subida de la inflación que aqueja a nuestra economía este año y proseguirá el próximo. Así pues, el IPC se situará este año en el 3%, el próximo en el 3,7% para rebajarse al 1,2% en 2023. No obstante, y con todas las cautelas, no parece detectarse una fuerte tendencia a que se produzcan efectos de segunda ronda aunque no los descarta el organismo. En cualquier caso, por el momento no observa repuntes significativos en los salarios que por el momento afecten a la inflación de forma significativa.
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, recién designado director general de Economía del Banco Central Europeo ha indicado este viernes durante una rueda de prensa en Madrid, a la que asistió THE OBJECTIVE, que detrás de ese comportamiento de la inflación en España subyace el hecho de que nuestra economía es más sensible a los precios energéticos que la de nuestros socios europeos.
Por otra parte, Arce justifica la rebaja de las previsiones de PIB en una serie de «sorpresas negativas» que se han producido en el último tramo del año. Entre ellas destaca los problemas de suministros, los cuellos de botella, el alza de la energía, la infrautilización de los fondos europeos Next Generation EU y el deterioro de la situación epidemiológica.
Destaca el informe del Banco de España que en los últimos trimestres la evolución del PIB ha sorprendido a la baja y que la recuperación está siendo menos vigorosa ya que en España la contracción económica derivada de la pandemia fue más acusada que en la UE. La pérdida de fuste de la actividad deriva, en parte, según el supervisor, de la lenta recuperación del turismo, la peor evolución de la demanda exterior neta y el menor dinamismo de algunos componentes de la demanda nacional, como el gasto de los hogares y la inversión en vivienda.
El estudio del Banco de España destaca, no obstante, la fuerte incertidumbre que afecta a las proyecciones económicas principalmente por incógnitas como la incidencia de la pandemia o cuál será la evolución de nuestros socios comerciales, el grado de persistencia de las tensiones inflacionarias o de las disrupciones en las cadenas globales de producción. Entre las malas noticias para la economía se sitúa también la lenta reactivación del consumo. No obstante, la tasa de ahorro se mantendrá en niveles elevados. Destaca el informe que también añade incertidumbre el hecho de atinar qué parte de la absorción de la demanda embalsada y utilización de ahorro extraordinario acumulado durante la pandemia se destinará a acometer gasto.
Los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro constituyen una de las preocupaciones del Banco de España que ya detecta caídas en la producción y ventas de automóviles y sus componentes. El supervisor cree que este año los cuellos de botella tendrán un impacto negativo de dos o tres décimas que se acrecentará el año que viene.
En cuanto al empleo, el Banco de España considera que la tasa de paro bajará del 15% este año, al 14,2% y 12,9% en los dos próximos ejercicios. En materia laboral, explica Arce, que algunos desajustes que se han apreciado entre la evolución de la actividad y la del empleo -básicamente el hecho de que se esté recuperando más el empleo que el PIB- derivan previsiblemente de que las empresas hicieron una planificación optimista de sus plantillas y al efecto de la desescalada de los ERTE.
Respecto a las cuentas públicas, el Boletín del BdE prevé un déficit del 7,5% este año y del 4,8% el próximo y cree que la deuda pública descenderá cinco puntos el año próximo desde el máximo histórico hecho público esta semana, del 122,1%, hasta el 115,7% del PIB en 2022 para seguir su senda descendente hasta el 113,7% en 2023.