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Economía

Díaz se olvida de derogar la reforma laboral y logra el aval de los agentes sociales

Los órganos ejecutivos de CEOE y sindicatos refrendaron este jueves los extremos del último debate en la maratón de reuniones a espera del texto definitivo

Díaz se olvida de derogar la reforma laboral y logra el aval de los agentes sociales

Los agentes sociales han aceptado la última oferta del Gobierno para modificar la normativa laboral, algo que dista mucho de la pretendida derogación de la reforma del PP que blandió la vicepresidenta económica y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ala más extrema del Gobierno. Finalmente se abordan unos ajustes en materia de contratos temporales, fijos-discontinuos y modificaciones de algunos artículos del Estatuto de los Trabajadores que son retoques y no una invalidación de la normativa vigente, tal como ha comprobado THE OBJECTIVE a partir de fuentes de la negociación.

El rosario de reuniones de los últimos días pivotaba hasta la extenuación sobre los mismos puntos, básicamente el grado de flexibilidad que se le brindaría al empresario. Después de remachar los mismos puntos, en la mañana de este jueves los órganos ejecutivos de UGT, CCOO y la patronal CEOE, en reuniones simultáneas que siguió en directo THE OBJECTIVE, avalaron el acuerdo no sin cierto malestar por carecer de la redacción definitiva del texto que previsiblemente irá al Consejo de Ministros del próximo martes, 28 de diciembre, salvo retraso que implique una reunión extraordinaria el día 30.

En cualquier caso, el Gobierno cumple los plazos comprometidos con Bruselas y Yolanda Díaz logra el difícil encaje de un consenso sacrificando su maximalismo de derogar la reforma laboral del PP, que, como adelantó THE OBJECTIVE, de entrada era una batalla perdida ya que el Gobierno de coalición le transmitió que se ajustarían al acuerdo de legislatura y a tres puntos concretos que en ningún caso suponían la invalidación de la normativa laboral vigente.

En el Gobierno se aplaude el acuerdo. Desde la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a todas las instancias del Ejecutivo. «Todas las partes presentes en la mesa de diálogo social han negociado sin escatimar en esfuerzos para llegar a una respuesta conjunta que permitiese dotar las relaciones laborales de un nuevo marco jurídicamente seguro, avanzado, que nos aproxima a Europa y con vocación de perdurar en el tiempo y de continuar trabajando para mejorar nuestro país», ha subrayado Trabajo, que ha recordado que esta reforma es una de las acordadas con Bruselas en el marco del Plan de Recuperación. Y el presidente, Pedro Sánchez, ha manifestado su satisfacción con el acuerdo.

No se ha derogado la reforma laboral del PP

Pero no se ha derogado la reforma laboral del PP. Después de 10 meses de negociaciones, se han introducido unos cambios en el sistema de relaciones laborales centrados en puntos concretos. En ningún caso ha tumbado la normativa laboral del PP ni afectado a logros clave de Fátima Báñez como el esclarecimiento de causas del despido por razones económicas o el coste del despido.

Básicamente, y siempre a la espera del texto final, los contratos temporales por causas productivas se harán por seis meses, ampliables a 12, o por 90 días en caso de necesidades puntuales de la operativa empresarial. El contrato fijo-discontinuo se refuerza y podrán además usarlo las empresas de trabajo temporal (ETT). Ello supone una fuerte rebaja de las aspiraciones de Díaz, que pretendió fijar límites porcentuales de temporalidad inapelables para rebajarla al 15%.

Se prevé que la nueva norma fije que el contrato de trabajo ordinario será el indefinido y que solo podrán hacerse dos tipos de contratos temporales: el estructural y el formativo. El primero de ellos, el estructural, solo podrá responder a dos causas: circunstancias de la producción y sustitución de otro trabajador con reserva de puesto de trabajo, siempre y cuando quede perfectamente especificado a quién sustituye el trabajador contratado. Por su parte, el contrato por circunstancias de la producción solo podrá concertarse por incrementos ocasionales imprevisibles de la producción u oscilaciones de la demanda, por un tiempo máximo de seis meses, ampliables a doce si así lo establece el convenio colectivo sectorial de turno.

Asimismo, las partes han acordado reducir a 18 meses en un periodo de 24 meses el plazo de encadenamiento de contratos para adquirir la condición de trabajador indefinido, frente a los 24 meses en un periodo de 30 meses vigente actualmente.

El incumplimiento de las normas que regulan la contratación temporal llevará a que el trabajador sea considerado indefinido. De hecho, se elevarán las sanciones contempladas en la Ley de Infracciones y del Orden Social (LISOS) por el uso fraudulento de la contratación temporal, estableciéndose multas por cada situación fraudulenta y no por empresa.

Tono triunfalista

El tono triunfalista del Gobierno y los agentes sociales ha chocado con la crítica de la oposición. Desde el PP se concibe que la futura reforma es «mala» para España porque el mercado laboral necesita «más flexibilidad, no menos». Tras asegurar que exigirá que se tramite en el Congreso como proyecto de ley, ha subrayado que «acordar por acordar no aporta nada».

Fuentes de la patronal trasladan a THE OBJECTIVE que para la CEOE fue determinante la rebaja de aspiraciones de Díaz sobre el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, el que brinda flexibilidad interna a las empresas para ajustarse al ciclo. Del mismo modo, parte de su vuelco al apoyo dependió de la retirada de algunas sanciones que borradores previos fijaban para el recurso a la contratación temporal y que al fin se descartase que la nulidad de un contrato acarrease la reincorporación voluntaria y unilateral por parte del trabajador.

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