Otro año negro para la automoción: la falta de chips le da la estocada y 2022 no pinta mejor
La producción de vehículos en España no consigue remontar y registra cifras que están incluso por debajo de 2020, mientras que las ventas no superarán el millón de unidades
La industria de la automoción atraviesa uno de sus momentos más convulsos debido a la incertidumbre económica que ha generado la covid-19 y a la falta de suministro global de semiconductores o chips, que ha devuelto al sector a números inferiores a los de 2020 con las fábricas y concesionarios cerrados temporalmente para frenar la expansión del virus.
Este curso comenzaba con buenos augurios entre las patronales de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y distribución (Ganvam), pero no contaban con que la falta de un componente común que incorporan todos los aparatos electrónicos traería de cabeza al sector.
El origen de la crisis de la chips está en que los fabricantes de dichas piezas no dan abasto tras la fuerte de demanda de ordenadores portátiles, tabletas y videoconsolas, entre otros aparatos, que se ha producido durante la pandemia —sobre todo en el confinamiento— a causa del teletrabajo y a un mayor ocio en el hogar.
Los fabricantes de automóviles no acostumbran a hacer acopio de chips y se han visto obligados a aplicar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). En un principio, se esperaba que estuvieran vigentes hasta pasado el verano, pero algunas marcas los han prolongado hasta junio de 2022.
De hecho, la producción de vehículos en España no consigue remontar y registra cifras que están por debajo de 2020, cuando las fábricas estuvieron cerca de dos meses paradas por el coronavirus y el confinamiento. En concreto, se han ensamblado 1,95 millones de vehículos en los centros nacionales entre enero y noviembre, lo que supone 121.000 y 690.000 coches menos frente al mismo periodo de 2020 y 2019, respectivamente.
Retroceso a niveles de 2012
En este contexto, ha retrocedido a niveles de 2012, cuando se fabricaron 1,97 millones de unidades y el Gobierno de Mariano Rajoy pidió un rescate a Bruselas para el sector financiero. Así, lejos quedan los 2,8 millones de unidades que se produjeron de media en 2018 y 2019. Hay que destacar que España es segundo productor de Europa y noveno del mundo.
Las fábricas de automóviles también se están viendo perjudicadas por el alza de precios de la electricidad en el mercado mayorista, que parece no tener techo con un nuevo máximo histórico día tras día —este jueves alcanzará los 383,67 euros el megavatio hora—.
Por su parte, las ventas tampoco presentan indicadores halagüeños. Hasta noviembre se han vendido 773.396 automóviles, un 4% más que en un año antes pero un 33% menos que en el mismo periodo de 2019. A finales de septiembre, Anfac ya revisó a la baja la previsión de matriculaciones por la problemática de los chips, pasando de 925.000 a 900.000 unidades, pero viendo el panorama actual muy bien se tiene que dar diciembre para alcanzar dicha cifra, con la que el mercado automovilístico quedaría ligeramente por encima de 2020 y un 25% por debajo respecto a 2019.
Exceptuando el año pasado con los concesionarios cerrados temporalmente por el virus, las ventas de coches no han bajado del millón de unidades desde 2014 y, según el sector, lo normal es que en España se entreguen alrededor de 1,2 millones de coches al año. Faconauto estima que los concesionarios españoles acumulan alrededor de 250.000 pedidos debido a los retrasos en las entregas motivados por la falta de suministro de chips.
Agujero negro para los concesionarios
La patronal subraya que dichos pedidos representan «ventas en firme» que se han realizado principalmente en el último trimestre del año, aunque no se convertirán en matriculaciones hasta los primeros meses de 2022. Estos modelos se verán afectados así por la subida del impuesto de matriculación que será efectiva el 1 de enero, cuando se revertirán los tramos vigentes desde el pasado mes de julio. Se espera así que los coches se encarezcan entre 800 y 1.000 euros de media.
De este modo, teniendo en cuenta que el precio medio de un vehículo se sitúa en torno a los 20.0o0 euros, los concesionarios acumulan 5.000 millones de euros sin cobrar. Bajo este escenario, el sector tampoco espera una recuperación plena el año que viene. La falta de chips continuará durante el primer semestre del ejercicio y, según datos de la consultora MSI para Faconauto facilitados a THE OBJECTIVE, se entregarán unos 960.000 vehículos nuevos. En consecuencia aumentará el mercado de ocasión, con 1,97 millones de operaciones, un 1,6% más que en 2021.
El sector también está pendiente de que llegue una alternativa para Nissan Barcelona. Quedan ocho días para que se consume el cierre de las plantas catalanas desde que el fabricante japonés lo anunciara en mayo de 2020 y no hay nada en claro. La comisión de reindustrilización se reunirá por decimoquinta vez el miércoles de la semana que viene para intentar cerrar una alternativa.
QEV Technologies, firma de ingeniería catalana especializada en soluciones de movilidad eléctrica, es la principal opción para reindustrializar la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona con su hub de movilidad y descarbonización tras el abandono de la china Great Wall Motor (GWM).
Perte del coche eléctrico
Por otro lado, también mira a la comisión delegada del gobierno para asuntos económicos de este jueves, que es la última del año y de la que debe salir las bases de la convocatoria del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) si el Gobierno quiere cumplir su palabra con el sector.
Ha sido la propia ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quien ha defendido en varias ocasiones que la intención del Ejecutivo es sacar la convocatoria antes de fin de año. Hay que recordar que el Perte VEC se aprobó en Consejo de Ministros en julio y que recibió la luz verde de Bruselas el 9 de diciembre.