Más de mil sicavs echan el cierre por el castigo tributario del Gobierno
Las mayores fortunas, por contra, adaptarán por lo general estos vehículos de inversión al nuevo régimen fiscal para seguir tributando al 1%
Algo más de mil sicav han decidido echar el cierre por el castigo fiscal, con lo que se confirma la avalancha de desapariciones que se esperaba. Los mayores dueños de estas sociedades de inversión de capital variable, sin embargo, van a mantenerlas y adaptarlas al nuevo régimen que entró en vigor el primer día de este año para seguir tributando al 1%, pero no todos. Algunos han sucumbido al cambio impulsado por el Gobierno de Pedro Sánchez, como la mayor parte de las medianas fortunas.
Así, los directivos y accionistas mayoritarios de la aseguradora Catalana Occidente, Francisco J. Aguirre y Hugo Serra, han impulsado el cierre de su firma Catoc, de acuerdo con los datos recabados por el THE OBJECTIVE. Aguirre y Serra clausurarán este vehículo al no cumplir con los nuevos requerimientos, al igual que el resto de sicav que dejarán de operar próximamente. En torno a la mitad de las existentes. Catoc es una de las quince sociedades de inversión colectiva con mayor patrimonio acumulado. En concreto, 203 millones de euros.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio de plazo hasta ayer para que las 2.300 sicav existentes comunicaran su decisión y convocaran una junta de accionistas la aprobación de la misma. Desde que el 5 de enero empezaron a desvelar su futuro ha habido un goteo constante, pero desde el jueves pasado ha habido un auténtico aluvión de notas que duró hasta última hora de la noche de ayer.
Hernández Callejas, Bhavnani, March, etc
En éstas los máximos propietarios de Ebro Foods, la familia Hernández Callejas, han explicado que mantendrán viva la existencia de Soixa, su firma por la que tienen invertidos junto a otros socios 377 millones.
Por su parte, el inversor de origen indio y conocido por el peso que tuvo en Bankinter o el antiguo Banco Zaragozano, Ram Bhavnani, también dejará abiertas tanto Bombay como Kalyani. El patrimonio de ambas ronda los 25 millones cada una.
Otros claros ejemplos, son los de la familia March con Torrenova y Cartera Bellver, que previsiblemente seguirán en pie. Estos instrumentos no solo sirven de inversión para la saga de banqueros de Baleares, sino para una parte de los clientes de Banca March. La primera tiene casi 1.000 millones, mientras que la segunda administra 350 millones.
Los mismo ocurrirá con las sociedades que utilizan algunos bancos, como las de BBVA y Sabadell, para sus base de usuarios más vip. Otras, entidades, como Caixabank, en cambio cerrarán las suyas (o la mayor parte), ya que han aconsejado a los clientes que inviertan el dinero en fondos en vez de asumir el coste tributario. Así, el grupo catalán va a proceder al cierre de Caixa Global y Aragón Portafolio.
Nueva regulación para las sicav
La normativa permitirá una tributación del 1% como hasta ahora para las sicavs solo en el caso de que todos los inversores hayan desembolsado un mínimo de 2.500 euros. De lo contrario, el gravamen sobre los beneficios alcanzará el 25%.
Este requisito no se da en la mayor parte de estas sociedades, que por lo general están controladas por una misma persona o por una familia. El resto de partícipes (conocidos como mariachis) son una especie de figurantes para la constitución de estos instrumentos, ya que la regulación española reclama que estén compuestos como poco por un centenar accionistas.
El cambio normativo impulsado por el Gobierno permite seguir bajo el mismo régimen jurídico, disolverse, convertirse en sociedades anónimas o transferir su dinero a un fondo convencional. Esta última opción solo está abierta para aquellos vehículos de personas físicas (no jurídicas). Las que se liquiden tendrán todo 2022 para ejecutar su desaparición, mientras que las que transfieran el dinero a un fondo tendrán hasta mediados de 2023 sin tributar por las plusvalías acumuladas.
Los expertos y la banca han venido advirtiendo en las últimas semanas que la liquidación de estos instrumentos iba a ser elevada, con distintas horquillas. Algunos han llegado a aventurar que solo iban a quedar, tras el cambio fiscal, el 10% de los mismos (unas 200), aunque otros han elevado las cifra a una banda de entre 500 y 800.