Así será el apagón nuclear en España: el primer cierre previsto es el de la central de Trillo en 2024
Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP España firmaron su compromiso de cierre en 2019
Con etiqueta ‘verde’ o no, lo que nada puede cambiar es el calendario de cierre de las centrales nucleares en España. El apagón nuclear está programado hasta 2035, según lo pactado entre las empresas propietarias de las centrales y el Ministerio para la Transición Ecológica.
La Comisión Europea (CE) se emperra en incluir tanto a la energía nuclear como al gas en la clasificación de inversiones verdes, desoyendo a la Plataforma de Finanzas Sostenible, que le asesora en la taxonomía. Tampoco ha contado con la opinión de España, Alemania, Austria, Luxemburgo y Dinamarca, principales Estados miembro que están en contra de la propuesta.
La idea de Bruselas, que todavía tiene que someterse a votación dentro de unos meses, es que se le dé la categoría de inversiones sostenibles a las centrales nucleares que ya están en marcha y que se construyan, al menos, hasta 2045. Poco probable es que se levanten nuevas instalaciones debido a su elevado coste.
Francia presiona
Sorprende el planteamiento del Ejecutivo comunitario cuando la tendencia europea es echar el cierre a los reactores, con la excepción de Francia, que actualmente posee la presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE).
El plan del país vecino pasa por invertir 1.000 millones de euros en construir pequeños reactores. Ya cuenta con 56 operativos y obtiene más del 70% de su electricidad de la nuclear. Por el contrario, ecologistas plantean que las mayores pegas de esta tecnología son la posibilidad de accidentes con graves consecuencias y la gestión de residuos.
De hecho, la ‘basura’ nuclear se entierra en cementerios especiales y tarda muchos años en perder su radioactividad y peligrosidad, ya que no puede reciclarse. También juega en su contra que una central nuclear nunca ha sido bien vista socialmente.
España cuenta con siete reactores nucleares operativos. Almaraz I y II (Cáceres), Ascó I y II (Tarragona), Cofrentes (Valencia), Trillo (Guadalajara) y Vandellós II (Tarragona), una fábrica de combustible nuclear en Juzbado (Salamanca) y un centro de almacenamiento de residuos radiactivos en El Cabril (Córdoba).
Las cuatro grandes empresas eléctricas que gestionan centrales nucleares (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP España) firmaron su compromiso para el apagón nuclear en marzo de 2019. Así, los siete dejarán de funcionar de manera escalonada entre 2027 y 2035.
Más de 40 años operando
No obstante, a la central de Trillo se le acaba el permiso de actividad el 17 de noviembre de 2024 y no podrá operar más si Iberdrola —propietaria de la planta— no solicita la renovación de la autorización y se le concede. Tiene hasta un año antes para hacerlo.
Por su parte, está previsto que las tareas de desmantelamiento de la central nuclear de Almaraz comiencen en 2031, tres años después del cese de su actividad productiva. La Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) es la encargada de realizarlas.
Una vez cerradas todas, el parque nuclear español habrá operado durante unos 46 años de media. Entre todos los reactores, suman una potencia bruta instalada de 7.398 megavatios (MW), lo que supone cerca del 6,5% del total de la potencia eléctrica instalada de España. Generan cada año entre 55.000 y 60.000 gigavatios hora (GWh), más del 20% de la electricidad consumida en el país.
Foro de la Industria Nuclear Española defiende que, si se le reduce la carga tributaria, el parque nuclear podría contribuir con un precio más competitivo a la cobertura de los contratos a la tarifa regulada (PVPC), que son los que se ven afectados por la volatilidad el mercado mayorista (pool).
Por el contrario, el director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables, José María González, comenta a THE OBJECTIVE que la patronal no comparte la propuesta de la CE porque catalogar a la nuclear y al gas como sostenibles «puede confundir a los consumidores, a pesar de que ya está muy interiorizado que las renovables son las únicas energías realmente sostenibles».
«Desde el sector entendemos que las inversiones en energías renovables no peligran en España, dado el alto grado de competitividad alcanzado por las tecnologías», apunta González.
Sin embargo, desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE) se muestran algo más vigilantes. «Para el despliegue de las renovables en nuestro país es muy importante la aportación de fondos desde el extranjero, por lo que si se habilita la posibilidad de invertir en nucleares o gas en otros países de la UE, las inversiones de fondos extranjeros en renovables en España se podrían ver afectadas», argumentan.