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MásMóvil: la lenta integración de Euskaltel frena una fusión con Orange o Vodafone

El cuarto operador español certificó la compra de la compañía vasca en agosto del año pasado por 2.000 millones de euros

MásMóvil: la lenta integración de Euskaltel frena una fusión con Orange o Vodafone

Fachada del grupo MásMóvil ubicada en Madrid | Europa Press

MásMóvil no tendrá fácil formar parte de la inminente consolidación del mercado español. Pese a que la operadora es la protagonista de conversaciones con Vodafone y Orange, la información recopilada por THE OBJECTIVE indica que sus cuentas, su elevada deuda y las dificultades que está experimentando con la integración de Euskaltel -compañía que adquirieron en agosto del año pasado- dificultan cualquier negociación.

La operadora adquirida por los fondos KKR, Cinven y Providence en noviembre de 2019 ha sido la más activa en buscar consolidaciones en el último año. Un protagonismo que paradójicamente le podría pasar factura en el ciclo de integraciones que podría consolidarse este 2022 en España.

MásMóvil negoció con Vodafone la creación de una joint venture a comienzos del año pasado, pero diferencias en la valoración de activos impidieron llegar a un acuerdo. Dos meses después y tras fracasar estas negociaciones, la operadora amarilla se lanzó a la compra de Euskaltel por 2.000 millones de euros.

MásMóvil y Euskaltel

Una ‘digestión’ que no está siendo nada fácil, según las fuentes consultadas por este diario. La integración tecnológica, la unificación de ofertas comerciales, la gestión de las marcas –Euskaltel, R, Telecable y Virgin– y la adopción de la cultura corporativa de MásMóvil por la nueva plantilla, está siendo mucho más lenta de lo esperado.

Fuentes oficiales de MásMóvil han negado esta lentitud indicando que, por ejemplo, ya el 75% de las altas de Euskaltel ya son con fibra y que han migrado ya más de un millón de clientes de móvil a su red. Indican además que ya tienen una única organización desde septiembre y que están satisfechos con el proceso. 

En cualquier caso, para ninguna empresa es fácil digerir una integración de esta magnitud, procesos que suelen tomar como mínimo dos años a partir de la compra de los nuevos activos. La propia MásMóvil reconocía al comprar Euskaltel que la integración total de los procesos y la adaptación de las nuevas estructuras tardaría varios meses.

Y es que no es fácil integrar a una plantilla de unas 800 personas, ni menos hacerlo en una compañía con un fuerte arraigo en el País Vasco y con una particular estructura a caballo entre la supervisión del Gobierno local, a través de Kutxabank, y un carácter de empresa estratégica con infraestructuras clave para esta región.

Nuevas negociaciones

En este contexto, los dueños de MásMóvil se han vuelto a sentar para negociar integraciones cuando todavía no se completa la compra de agosto del año pasado. Una situación que podría pasarles factura de cara a la negociación con Orange y con Vodafone. 

Las conversaciones pasan en estos momentos por la valoración de sus activos y el peso económico que cada uno de los actores tendría en las sociedades resultantes. En este punto, MásMóvil todavía no tiene a pleno rendimiento las sinergias que se esperaban conseguir a partir de 2022.

En el folleto de la opa a Euskaltel, MásMóvil preveía unas sinergias de 150 millones de euros al año a partir de 2022 y un ebitda de al menos 1.250 millones para este año, lo que situará la ratio de deuda neta entre ebitda por debajo de las cinco veces. 

Valoración de los activos

El problema es que si se involucran en una nueva fusión, no dará tiempo para completar estos parámetros y menos para hacer una valoración real de los activos de la compañía. Los resultados de los nueve primeros meses de 2021 reflejan que aún se está lejos del ebitda con 624 millones de euros hasta septiembre

En cuanto a valoraciones, durante su negociación del año pasado con Vodafone el sector se apuntaba una leve ‘ventaja’ de los rojos con un valor de mercado de entre 7.000 a 5.500 millones, frente a los 4.500 de MásMóvil. Sin embargo, no se llegó a un acuerdo ya que los amarillos se negaron a pagar la diferencia entre estas dos cifras para establecer una joint venture participada al 50%.

Con la incorporación de Euskaltel se supone que esta valoración de activos estaría al menos sobre los 6.000 millones de euros, aunque sería difícil poder justificarlo debido a que la compañía no está totalmente ‘digerida’. 

Evolución de los clientes

El único dato que se conoce hasta el momento son los resultados de los nueve primeros meses del año de 2021. En ellos MásMóvil obtuvo un beneficio neto reportado de 187 millones de euros. Unas ganancias que se producen después de que elevara un 22% sus ingresos e incrementara un 26% su base de clientes. 

La facturación total de MásMóvil en el periodo comprendido entre enero y septiembre alcanzó los 1.711 millones de euros, mientras que los ingresos por servicio ascendieron a 1.511 millones de euros. Sin embargo, estas cifras se atribuyen al impacto de la suma de Euskaltel, algo que se hace más patente en sus datos de captación de clientes.

Las cifras publicadas por este diario indican que el crecimiento de MásMóvil se ha ralentizado y, de no ser por la suma de Euskaltel, habrían dejado de ser la operadora que más líneas gana. De hecho, ya perdieron a manos de Digi el primer lugar de líneas móviles y mantienen el de líneas fijas solo por la suma de la operadora vasca. 

Deuda de MásMóvil

Los amarillos han basado su crecimiento en un modelo que ha sido replicado por otros actores como Digi, Avatel o Finetwork, con más éxito que MásMóvil el último año, lo que complica sus previsiones de seguir recortando terreno a Vodafone u Orange. 

El otro gran problema de MásMóvil de cara a las negociaciones es su elevado apalancamiento. Cerrará el año 2021 con una de las deudas más elevadas del sector en relación a su facturación y a su ebitda. Una situación que, según los datos y los analistas consultados por THE OBJECTIVE, podría volverse muy complicada de gestionar en los próximos ejercicios.

Los datos presentados por la propia compañía correspondientes a los nueve primeros meses del año indican que el montante total de la deuda ya supera los 6.644 millones de euros. Ello tras su última macroemisión de bonos para financiar la compra de Euskaltel.

Las fuentes consultadas por este diario indican que esta deuda se ha contraído con una tasa de interés del 4,5% aproximadamente, una cifra elevada que significa que la operadora deberá pagar al menos unos 298 millones de euros cada año, solo en concepto de intereses. Esto dificulta la búsqueda de financiación para cualquier operación y más aún en un contexto de posible subida de intereses.

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