Preocupación en Inditex con el conflicto entre Ucrania y Rusia con 600 tiendas en el aire

Durante los últimos días había tímidas esperanzas de que esta situación con Rusia pudiera volver a gestionarse por la vía diplomática. No obstante, el retroceso que hemos visto en las últimas horas hace presagiar los peores temores. El mundo entero está a la espera de los próximos pasos. También las empresas españolas que operan allí. 

Inditex es una de las grandes firmas presentes en la zona con 527 tiendas ubicadas en el país gobernado por Putin y 80 en Ucrania. El gigante textil gallego fundado por Amancio Ortega cuenta con una importante red comercial  en la zona formada por todas sus enseñas y que ‘de momento’ permanecen abiertas.

No obstante, es difícil conocer el alcance que tienen estos mercados para la compañía, más allá de la cifra de tiendas, ya que Inditex no ofrece datos de ventas por países aparte de España. «Lo que sí te puedo decir es que en 2020 tenía aproximadamente un 10% del total de las tiendas en Rusia y resto de exrepúblicas. Rusia eran 521 tiendas, Ucrania 72. En total, 7,5% y 1%, respectivamente. Las demás, Letonia, etc.. sumarían un 1,5% adicional», explican a este diario fuentes financieras consultadas.

Por tanto, el impacto, en caso de conflicto, «debería ser por cierres y depreciación de divisas», explican. Unos cierres, que se producirían en Ucrania y, en principio, no en el resto de Rusia.

Inditex, preparada para cualquier escenario

Tanto en Rusia como Ucrania, como en cualquier mercado en el que la multinacional opera, tiene todos los protocolos y operativa necesaria según las características del mismo. Desde la empresa están preparados para cualquier escenario como en otras ocasiones similares.

La compañía no desvela este protocolo pero podría ser similar a lo que ocurrió en Siria, según explican fuentes del sector. «Si no se puede llevar producto lo que harán será cerrar la tiendas temporalmente y si sigue así… cerrar definitivamente», explican estas fuentes.

Desde la patronal textil su presidente explica, en conversación con este diario, que la situación que están viviendo las empresas textiles allí es muy complicada. «Obviamente los ciudadanos, en medio de esta situación, no salen a comprar como locos. Las tiendas permanecen abiertas pero bajo mínimos, a la espera», reconoce Eduardo Zamácola.

Tiene claro que hasta que no llegue el conflicto, si finalmente llega, las tiendas no cerrarán, aunque están «a medio gas». Rusia ha sido un país estratégico en el desarrollo de las textiles españolas en la zona. Para el grupo Tendam (anteriormente Cortefiel), que reúne a enseñas como Springfield, women´secret o Pedro del Hierro, Rusia ha sido un mercado muy importante durante los últimos años. Una expansión que debido a esta situación «se deberían empezar a plantear», según fuentes del sector.

El precedente de Siria

Salvando las distancias entre ambos conflictos y en el peso de Inditex en estos países, en 2013 el conflicto bélico obligó a la compañía de Amancio Ortega a replegarse en este país.

La multinacional operaba allí mediante un modelo de franquicia de la mano de un socio local y decidió cerrar sus ocho establecimientos. Inditex estaba presente en Siria desde 2009. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, las tiendas de Ucrania son propias, al contrario de lo que ocurría en Siria. Esta es una de las claves para ver el impacto que unos posibles cierres generarían en sus resultados.

¿Qué pueden hacer las empresas?

Esta desestabilización derivada del conflicto ucraniano afecta de forma directa a la cadena de suministro, según los expertos. Una nueva crisis de abastecimiento que se suma a otras muy recientes derivadas de la pandemia y que continúan como la crisis de los semiconductores en China o el colapso en el Canal de Suez.

Actualmente España no es un país que se provea en exceso de materiales y productos de la zona de conflicto (ni Rusia ni Ucrania se encuentran en el Top 10 de países de los que España importa productos). El sector agroalimentario es el que más dañado puede verse si llega a desencadenarse la guerra, ya que el 30% del cereal y el 60% del girasol proceden de la zona ucraniana. Sin embargo, la desestabilidad del posible conflicto puede tener consecuencias a todos los niveles y en todos los sectores, por el incremento de precios, fluctuaciones de demanda, inflación, etc.

«Si las empresas no han empezado a gestionar ya el riesgo, a hablar con sus proveedores o a buscar alternativas, entonces van tarde», explica Rosario Piazza, CEO de Fullstep. En este sentido, el experto recomienda a las empresas con intereses allí, sentarse urgentemente con los proveedores actuales de la compañía, analizar y conocer su realidad, buscar soluciones de forma conjunta para asegurar el suministro a través de ellos, y considerar la posibilidad de una mayor inversión en caso necesario.