KKR saldrá en tres años de la nueva Orange-MásMóvil tras multiplicar por cinco su inversión
El fondo de inversión, Cinven y Providence, pagaron 2.000 millones por MásMóvil en 2020 y ahora tendrán la mitad de una compañía valorada en 19.600 millones
KKR, dueño de MásMóvil junto con Cinven y Providence, tiene muy clara su hoja de ruta después de que se confirme la integración con Orange en España. El fondo de inversión ha firmado acuerdos mediante los cuales la nueva compañía saldrá a bolsa antes de tres años, momento -según ha podido confirmar THE OBJECTIVE– en el que comenzarán a desprenderse de su inversión (el 50% de la nueva compañía) y cederán el control de la misma a Orange.
Una operación con la que en poco más de cinco años habrán quintuplicado los 2.000 millones que gastaron para adquirir MásMóvil a mediados de 2020. Esta retirada del capital de la futura compañía es algo que ven con buenos ojos en Orange y en el propio Gobierno español que, de esta manera, se garantiza que la segunda operadora española -que discutirá el primer lugar con Telefónica- se quede en manos de un operador industrial que asegure la inversión en infraestructuras digitales.
Orange y MásMóvil anunciaron este martes el comienzo formal y «en exclusiva» de las negociaciones para fusionarse en España en una joint venture participada al 50% por cada una de las dos operadoras. La nueva empresa se valora en 19.600 millones de euros, que corresponde a una valoración de 8.100 millones para Orange y 11.500 para MásMóvil.
Compras de KKR
La salvedad es que realmente se valora a MásMóvil en 4.856 millones, más su deuda de 6.664 millones que se integrará en la nueva sociedad como pasivo. Como Orange no tiene deuda en España, la joint venture nacerá con éster apalancamiento que se arrastra las compras anteriores que los fondos de inversión asociados en Lorca Capital (KKR, Providence y Cinven) hicieron primero de MásMóvil en 2020 y luego de Euskaltel en 2021.
Respecto del pacto alcanzado y comunicado este martes, lo más relevante es que se contempla «el derecho a lanzar una Oferta Pública de Venta (OPV) bajo ciertas condiciones acordadas por ambas partes y el derecho de Orange a tomar el control y consolidar la entidad combinada resultante en caso de una Oferta Pública de Venta. En ningún caso estaría Orange obligada ni a salir de la entidad combinada resultante ni a ejercer esas opciones».
Orange tiene el derecho de tomar el control de la joint venture, pero no Lorca. Las fuentes consultadas por este diario indican que hay un acuerdo tácito de que los fondos abandonarán la sociedad en el mediano plazo, pero además este diario ha podido saber que la voluntad de las partes es poder acelerar este proceso lo más posible, cuando las sinergias entre las dos operadoras se hayan producido.
Control de Orange
De hecho, las mismas fuentes comentan a este diario que la idea de KKR y sus socios es poder comenzar a abandonar la operadora antes de tres años en un proceso de ventas progresivas de su participación. No se venderá todo de golpe, pero sí que se comenzará un proceso de desinversión con el que esperan conseguir milmillonarias plusvalías.
De hecho, en la primera venta de acciones que hagan tras la salida a bolsa, se vendería un pequeño paquete a Orange para que la operadora naranja tome el control de la nueva compañía en el mínimo tiempo posible. Considerando que la joint venture se constituye al 50%, bastaría con un 1% o un 2% para que los franceses se hagan con el control. Y todo a un coste de 200 o 400 millones como máximo.
Un acuerdo que contenta a todas las partes, a Orange, a Lorca y al Gobierno. En primer lugar, KKR y sus socios multiplicarán por cinco su inversión inicial en MásMóvil, además en un plazo que en los ciclos de inversión de los fondos se considera óptimo: cinco a siete años. Recordemos que Lorca compró MásMóvil por 3.000 millones de euros, aunque posteriormente financió 1.000 millones de este coste con deuda de la operadora.
Aumento de la deuda
Esto supone que los 2.000 millones que efectivamente invirtieron a mediados de 2020 se convertirán en el 50% de una empresa valorada en 19.600 millones de euros, esto es 9.800 millones de euros. La clave de esta operación es que los fondos han logrado ir financiando sucesivamente todos sus esfuerzos inversores a costa de multiplicar por tres la deuda original de MásMóvil.
Antes de la compra de KKR, MásMóvil tenía una deuda de 2.300 millones que pasó a 3.400 millones tras la adquisición de los fondos. Posteriormente -y ya integrados en Lorca Capital- compraron Euskaltel en verano de 2021, pagando 2.000 millones por la operadora vasca y asumiendo otros 1.500 millones de deuda. En total, 3.500 millones que se derivaron casi íntegramente a la deuda del vehículo de inversión. Al cierre de 2021 la deuda ronda los 7.000 millones de euros, los que íntegramente serán asumidos por la nueva entidad.
En el caso de Orange, se aseguran ser el segundo operador en España y convertir a nuestro país en el segundo mercado por tamaño de todo el mundo tras Francia. Un gigante que por capitalización no se quedaría muy lejos de Telefónica España, con más de 7.000 millones de euros de facturación y con 7,1 millones de clientes de internet fijo (de los cuales 5,6 son convergentes), 20,2 millones de clientes de móvil postpago y casi 1,5 millones de clientes de televisión.
CEO de la nueva compañía
Además, el proceso de toma de control de la compañía sería relativamente fácil. En menos de tres años se prevé tomar una posición de control a la que seguiría un cambio en el consejo. En el comienzo de la joint venture se establecerá un consejo con la misma cantidad de miembros para cada socio, aunque este equilibrio probablemente cambie cuando se compren estas acciones.
Aunque antes tendrían que pagar el peaje de dejar que los fondos decidan quien sería el CEO en esta primera etapa. Desde Lorca se propondrá al actual CEO y fundador de MásMóvil, Meinrad Spenger, a cambio de ceder la presidencia del consejo de administración de la futura compañía y la dirección financiera. Una opción que está sobre la mesa, aunque no está todavía decidida.
En el caso del Gobierno, este diario ya advirtió hace más de un mes que Moncloa había bendecido la posible compra de MásMóvil por parte de Orange para frenar la arremetida del fondo KKR para comprar Vodafone.
Plácet de Moncloa
En el Ejecutivo son conscientes de que las infraestructuras digitales serán la gran palanca del Plan de Recuperación y Resiliencia y que los operadores industriales como Orange, Telefónica o Vodafone son los que mejor pueden llevar a cabo los futuros desarrollos de redes de fibra óptica y, en especial, de los despliegues de 5G.
Por contra, en el caso de KKR se cree que la eventual compra de los activos de Vodafone en España -lo que les habría convertido en el segundo actor del mercado local- hubiese sido un paso atrás en este objetivo de desarrollar estas imprescindibles infraestructuras digitales.
La realidad indica que desde que KKR compró MásMóvil hace dos años junto con Cinven y Providence -y luego adquirió Euskaltel un año después- la inversión en redes ha seguido siendo muy inferior a sus otros tres competidores. Gran parte de sus clientes de fibra óptica utilizan la red de Orange y no tienen despliegue de 5G, red que también alquilan al operador francés.
MásMóvil tampoco pujó por el espectro de 700 MHz que servirá para desarrollar el 5G fuera de las grandes ciudades y para usos industriales. Una subasta realizada en verano pasado por el Gobierno en la que Telefónica, Orange y Vodafone invirtieron 1.000 millones, más de 300 millones cada uno. Por el contrario, MásMóvil prefirió invertir en el 5G de Portugal con 70 millones de euros.