El presidente de comité de empresa de Seat señala a Volkswagen: «No nos quieren, que dejen de mentir»
Piensa que a Volkswagen «no le gusta nada» que el Cupra Formentor, fabricado en Barcelona, sea número uno en ventas en Alemania y pide que se deje de «penalizar» a Seat
Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y miembro del consejo de supervisión del grupo Volkswagen, se ha mostrado muy crítico con el presidente del conglomerado, Herbert Diess. Considera que «miente» sobre la estrategia de futuro de la automovilística española.
Carnero piensa que al consorcio «no le gusta nada» que el Cupra Formentor, fabricado en Martorell (Barcelona), sea número uno en ventas en Alemania. «Aquí la gran competencia no la tenemos fuera, la tenemos dentro. Creo que ha habido penalización y en la próxima reunión se lo voy a plantear (a Herbert Diess). Me gustaría que dejara de mentir sobre los intereses o la estrategia de Seat en el futuro. El grupo no nos quiere», dijo rotundamente tras la presentación de resultados anuales de Seat, celebrada ayer en Barcelona.
El sindicalista también entiende como una «amenaza» las declaraciones de Diess de hace una semana en las que, según él, decía que «a Seat se le acaban las oportunidades». La firma española ha registrado pérdidas por segundo año consecutivo. En 2021, se anotó unas pérdidas netas de 256,3 millones de euros, lo que supone incrementarlas un 32% en comparación con el ejercicio precedente debido a la crisis de suministro global de semiconductores.
En este sentido, Carnero considera que Seat también ha sido «penalizada» a la hora del reparto del grupo de estos componentes. Según él, la compañía germana estableció primar el suministro entre los modelos con mayor margen de beneficio, pero que incluso irían por delante los eléctricos. «No entiendo entonces cómo Cupra ha podido ser penalizado», indicó.
Por otro lado, afirmó que la planta de Martorell no puede sobrevivir solamente con la adjudicación de la familia de eléctricos urbanos del grupo, denominada Small BEV. «Está muy bien lo del coche eléctrico pequeño y la planta de baterías, pero no se puede cumplir con la ratio del 5% de rentabilidad porque no se da con este coche para una marca como la nuestra, hay que luchar por una segunda plataforma (también eléctrica y más grande). Aquí debe haber algo detrás y es la preocupación que tengo. En el nuevo convenio tenemos que atar la viabilidad y el futuro de Martorell», expresó.
500.000 eléctricos en Martorell, insuficientes
Según Carnero, fabricar 500.000 coches eléctricos en Martorell equivale a hacer 350.000 de combustión. De este modo, aseguró que Seat luchará para que se le adjudique a la factoría catalana la versión 100% eléctrica del Formentor o del León. No obstante, la decisión del grupo Volkswagen sobre esta cuestión no se prevé hasta 2024. «(Herbert Diess) ha dicho que la estrategia del grupo (Seat) se basará en Cupra. Está anunciando así la muerte de Seat como marca a partir de 2028», advirtió.
Además, la producción de eléctricos trae consigo menos mano de obra. La dirección de la empresa ya ha trasladado a los sindicatos que habrá que ajustar plantilla en unas 2.300 personas por este motivo. En opinión del presidente de Seat, Wayne Griffiths, hay que entender la electrificación como una «oportunidad histórica» y no como un recorte de plantilla.
Volkswagen presentará una solicitud al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) con la que prevé movilizar un total de 7.000 millones de euros en España.
Esta inversión incluirá 3.000 millones para la electrificación de las plantas de Martorell y de Volkswagen en Landaben (Pamplona) y para construir la famosa planta de baterías, que finalmente se levantará en Sagunto (Valencia). La compañía prevé que dé empleo a 3.000 personas, gracias a su capacidad de producción de 40 gigavatios hora (GWh).
Cataluña ha llegado «tarde»
Por otro lado, Carnero señaló que la Generalitat de Cataluña expuso su candidatura sobre la planta de baterías del grupo alemán cuando «ya estaba casi todo dicho». «Lleida y Tarragona llegaron tarde», apuntó, resaltando que Volkswagen ha tenido en cuenta hasta 100 variables para decidir dónde construir su planta de producción de baterías en España, entre ellos las conexiones logísticas y las infraestructuras.
«Ojalá se hubiera hecho en Cataluña, pero si el Govern y los proyectos catalanes llegaron más tarde que la hostia… Aquí cada uno tiene que asumir sus responsabilidades», destacó. No obstante, dijo que Cataluña concentrará el 80% de la producción del coche eléctrico, entre la fabricación del motor y el ensamblaje del propio vehículo.
En concreto, el consorcio alemán aspira a crear un ecosistema del coche eléctrico en España que liderará Seat a través del plan Future:Fast Forward. Para ello, Seat creó en su día un consorcio público-privado junto con el Gobierno y otras empresas para hacerlo posible.
Las empresas son Aeorum, Grupo Antolin, Asti Mobile Robotics, CaixaBank, Delta Vigo, Ficosa, Fisas Navarro, Gestamp, Iberdrola, Lithium Iberia, Mind Caps, Sayer Technologies, Seat, Sesé y Telefónica. Además, el consorcio está abierto a otras compañías.
ERTE por la invasión y el paro de transportistas
Seat cambiará la tipología del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que aplica actualmente sobre parte de su plantilla y añadirá posibles impactos por la invasión de Rusia a Ucrania y los paros de transportistas con el fin de protegerse de hipotéticos problemas de abastecimiento, explicó Carnero.
El nuevo ERTE se iniciará el próximo 1 de abril y se alargará hasta el 30 de junio, con una afectación máxima de unos 11.000 trabajadores, que son los que realizan tareas de producción. El 31 de marzo finaliza el marco legal de los expedientes temporales vinculados al coronavirus, por lo que Seat completará el calendario previsto inicialmente con la figura habitual de antes de la pandemia, vinculada a causas organizativas y productivas.
Carnero se convirtió en abril del año pasado en el primer sindicalista y español de Seat en formar parte del consejo de supervisión del grupo Volkswagen. Se incorporó a Seat en 1987 como operario de montaje en las instalaciones de la Zona Franca de Barcelona. Un año más tarde fue elegido delegado sindical y ya en 1999 era presidente del comité de empresa de Seat Martorell, para pasar a ser secretario general y portavoz de UGT en Seat en 2003