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Economía

Cada ciudadano español es 1.154 euros más pobre desde que gobierna Pedro Sánchez

Los expertos recriminan al Ejecutivo la alegría en el gasto y el recurso a subvenciones financiadas con impuestos más altos, que lastran el consumo

Cada ciudadano español es 1.154 euros más pobre desde que gobierna Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. | Europa Press.

La renta per capita de los ciudadanos españoles ha caído en 1.154 euros desde 2018, año en que Pedro Sánchez conformó su primer Gobierno. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB per capita a precios constantes en euros -es decir, la riqueza por persona- ha pasado de los 25.026,42 euros de 2018 a los 23.872,16 de 2021. Así pues, cada ciudadano es 1.154,26 euros más pobre desde la llegada del PSOE al Ejecutivo.

Si bien no puede achacarse la merma de riqueza per capita solamente a medidas del Ejecutivo -como las subidas de impuestos e implantación de nuevas figuras tributarias como el gravamen digital o el financiero- debido al hito histórico de la pandemia de coronavirus que ha afectado a todo el planeta, sí es cierto que no todos los países gestionaron con igual acierto las restricciones a la actividad y el contacto social y, en tal sentido, un reciente informe de Mapfre Economics no puntúa precisamente bien la gestión del Gobierno español.

Más pobre que hace cuatro años

El índice de eficacia en la gestión de la pandemia elaborado por el servicio de estudios de la aseguradora deja a España en el puesto 18 de los 39 países analizados. Algo que ahonda en el hecho de que cada español sea hoy más pobre que hace cuatro años.

El nada halagüeño dato de cierre de 2021 recogido por el FMI afronta además ahora un nuevo embate, ya que el conflicto en Ucrania ha disparado la inflación y provocado rebajas de previsiones de crecimiento que impactarán antes o después en el empleo.

Las pymes demandan más medidas al Gobierno

De hecho, según un informe de Sage, las pymes españolas prevén un incremento de 235.000 empleos en 2023, evitando hacer una proyección directa para este año, pese a su intención de contratar. Una cifra que se torna exigua si atendemos al hecho que las pymes conforman el 97% del tejido productivo español y que dista mucho de los 776.478 afiliados creados en 2021 o de los 563.965 de 2018, año en el que Sánchez accede al poder.

De ahí que, también según el estudio de la compañía de soluciones de gestión empresarial y contabilidad en la nube Sage, el 42% de las pymes considere que «el Gobierno no está tomando medidas suficientes para ayudar a las pequeñas empresas a mitigar los riesgos a los que se enfrentan durante el próximo año».

Menor poder adquisitivo

La incertidumbre impide precisar, explican los expertos consultados, cifras concretas de crecimiento y empleo debido a la indeterminación de la duración e intensidad del conflicto en Ucrania. No obstante, el Departamento que encabeza la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, aún no ha revisado el cuadro macro que prevé un crecimiento del 7% este año, frente al 5,6% que prevé el consenso de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

Como explica el economista Javier Santacruz, «la reducción del PIB per cápita será mayor conforme los precios sigan subiendo, ya que la capacidad adquisitiva real está bajando en una proporción mayor al PIB real».

Esta situación, además, afronta el horizonte del pacto de rentas que implica el plan para la guerra que trata de repartir los daños económicos del conflicto bélico entre los distintos agentes económicos y que en mayor o menor grado minorará rentas y ganancias.

Mayor factura fiscal y de cotizaciones

Los impuestos no sólo recaudarán más este año por efecto de la inflación, ya que giran sobre bases más altas, sino que además al no haberse deflactado el IRPF -ajustado los tramos en función del índice de precios- se han producido subidas por mero efecto inflacionista que se notan en las nóminas desde enero, como adelantó THE OBJECTIVE, y que se suman al mayor gravamen a las rentas altas, a la reducción de la desgravación por aportaciones a planes de pensiones, a la limitación de algunas exenciones y al impuesto de matriculación y a la subida de cotizaciones para apuntalar las pensiones de la generación del baby-boom que comienza a jubilarse en 2023.

A ese aumento de la carga impositiva sobre las familias se une la reticencia del Gobierno a bajar tributos, alentada incluso por los sindicatos CCOO y UGT, y la renuncia del Ejecutivo a actuar desde el lado del gasto, como reflejan los Presupuestos Generales para 2022.

España es más pobre

En este sentido se pronuncia el profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles. Explica el profesor de Finanzas que la caída de la renta per cápita real en España es un indicador que muestra el empobrecimiento del país y, por tanto, de sus habitantes.

Añade Robles que la merma del PIB per capita reflejada por los registros del FMI aún no expresa en toda su crudeza la crisis de poder adquisitivo que afecta a la clase media y trabajadora en la actualidad, pues se está profundizando día a día.

En este sentido, apunta que ello «nos da una idea del deterioro que han supuesto varios años de crisis sin tomar medidas que hayan sido efectivas para incentivar la economía, optando por incrementos del gasto público y la presión fiscal en lugar de dar oxígeno fiscal a familias y empresas».

Más subvenciones a costa de tributos más altos

Concluye Robles recriminando que se opte por la subvención y la ayuda manteniendo una fiscalidad cada vez más elevada, mecanismos que, como se está demostrando, son incapaces de acelerar el crecimiento económico, lastrado por la política fiscal contractiva del Gobierno.

En consonancia con la reflexión de Santacruz, el profesor del CEF detalla que la caída de la renta disponible real de los consumidores, dada la evolución de la renta per cápita real, junto con las expectativas de mayores caídas en el futuro debido a la creciente inflación, no está encontrando las medidas correctoras necesarias para evitar una fatal contracción del consumo, entre las que cabría esperar la actualización de las escalas y retenciones del IRPF con el fin de liberar renta y fomentar el consumo.

El poder de compra puede caer un 5%

Concluye finalmente Robles que el empobrecimiento de la clase media y trabajadora registrado durante los últimos años va a lastrar el crecimiento económico y aleja el objetivo de retomar los niveles de la situación previa a la pandemia.

En esta línea, desde el despacho Bernal & Sanz Bujanda, el socio Miguel Ángel Bernal lanza un duro augurio: «Con la carestía de la vida, los españoles están pagando una factura muy elevada y la pérdida del poder adquisitivo de salarios y pensiones puede llegar al 5%».

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