Coches eléctricos, placas solares y biogás: así serán los aeropuertos 'verdes' de Aena

Aena ha elaborado una estrategia de sostenibilidad cuyas líneas de acción se basan en aspectos tales como la lucha contra el cambio climático, la contaminación atmosférica, la circularidad, la gestión del agua, el impacto acústico y la protección de la biodiversidad.

De hecho, aspira a ser un gestor aeroportuario neutral en carbono en 2026 y lograr las cero emisiones netas en 2040, gracias a un inversión de 750 millones de euros. En esta línea, se convirtió el año pasado en la primera empresa española y una de las primeras del mundo en rendir cuentas a sus accionistas sobre su desempeño en materia de acción climática.

El Plan de Acción Climática 2021-2030 está compuesto por tres ejes: neutralidad en carbono, aviación sostenible y comunidad y cadena de valor sostenible. Bajo el primero, ha puesto en marcha un plan fotovoltaico con el objetivo de conseguir el 100% de autobastecimiento de energía en sus aeropuertos. Este año ya se ha adjudicado el parque solar fotovoltaico en el Aeropuerto Adolfo Sárez Madrid-Barajas, que generará una electricidad equivalente al consumo medio de 65.000 hogares en un año, gracias a sus 235.000 módulos.

Grupo San José ha sido la compañía elegida para llevar a cabo la construcción por 99,1 millones de euros. Es una sociedad cotizada en el mercado continuo y se ha impuesto a Cobra, compañía que ACS vendió recientemente a Vinci, y Grupo Ortiz, ambas con un presupuesto ligeramente superior a los 100 millones de euros.

Planta solar como 353 campos de fútbol

La planta solar contará con una potencia total instalada de 142,42 MWp y una potencia nominal de 120 MW. Ocupará una superficie equivalente a 353 campos de fútbol y se ubicará en diferentes parcelas dentro de los terrenos del aeropuerto. Aena acometerá el mismo proyecto en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, aunque con un menor importe, de diez millones de euros.

En este caso, Cobra ha presentado la mejor oferta económica, frente a un único grupo: Render, con una propuesta de 4.000 euros más cara. No obstante, este proceso aún está en evaluación. Esta planta tendrá una potencia total instalada de 12,52 MWp y una potencia nominal de 10 MW. Con sus 20.800 módulos fotovoltaicos, generará una energía equivalente al consumo medio de 6.000 hogares al año. En total se instalarán 740 hectáreas de placas solares distribuidas en 14 aeropuertos.

Continuando dentro del primer eje de actuación, Aena se ha propuesto reducir el consumo de energía por pasajero en un 9% en 2030, pero ¿cómo? Su idea es renovar progresivamente los equipos de climatización que consumen combustibles fósiles
por otros que usan electricidad renovable, biocombustibles, biogás u otros derivados de biomasa. Asimismo, instalará luces LED por otros de mayor eficiencia energética, así como mecanismos de detección de presencia.

Por otro lado, se ha marcado como meta que la totalidad de su flota de vehículos sea sostenible también para 2026, gracias a modelos eléctricos y otros de combustibles alternativos. También instalará 3.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos, tanto en pistas como fuera, e impulsará lanzaderas sostenibles.

Nuevos combustibles sostenibles

Ya dentro del segundo epígrafe, participará del desarrollo de nuevos combustibles sostenibles y su integración en el sector de la aviación. En España, Repsol ha producido el primer lote de biojet a partir de residuos, mientras que Cepsa e Iberia han firmado una alianza para descarbonizar a gran el escala el transporte aéreo.

De su lado, la británica BP y Aena han firmado un acuerdo de colaboración para trabajar en el desarrollo de soluciones y proyectos de descarbonización del sistema de energía y movilidad del aeropuerto de Valencia, y contribuir con ello a la transición energética del gestor aeroportuario.

Aena participará así en proyectos vinculados con la promoción y la producción de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés). Asimismo, participará en varias iniciativas vinculadas a la promoción del uso del hidrógeno como «futuro combustible alternativo» de la aviación.

La empresa presidida por Maurici Lucena mantendrá una «colaboración estrecha» con el gestor de navegación aérea de España, Enaire, y las aerolíneas con el fin de reducir las emisiones generadas en las operaciones aeroportuarias. Por último, dentro del uso responsable de recursos, recortará el consumo de agua por pasajero en un 10%, al tiempo que incrementa el uso de fuentes de agua alternativas por persona en un 150% para 2030.

Economía circular

Para alcanzar las cero emisiones en 2040, también será importante la economía circular. Desarrollará medidas de gestión de residuos, promoviendo la utilización de estos como materia prima para la generación de energía. También impulsará la movilidad sostenible desde y hacia el aeropuerto, fomentando el transporte público y el privado «sostenible».

De esta manera, los pasajeros que accedan a los aeropuertos con un vehículo con la etiqueta ambiental de cero emisiones la Dirección General de Tráfico (DGT) obtendrán un 15% en el parking. Otro asunto que le preocupa a la compañía es la gestión de ruido. Entre los años 2000 y 2021, Aena ha invertido más de 340 millones de euros en actuaciones para mitigar el impacto acústico y ha insonorizado más de 25.000 inmuebles.

La compañía está en la última fase de la elaboración de un plan estratégico para el periodo 2022-2026. Tiene como fin consolidar la recuperación, preparar el futuro a través de la innovación y la tecnología y ser un referente internacional en sostenibilidad.

Aena confía en recuperar los volúmenes de tráfico de 2019 en el año 2025 y, de momento, no repartirá dividendo. No obstante, según su presidente, la empresa confía en poder volver a retribuir «en breve» al accionista gracias a «la mejora de la pandemia, la eliminación de las restricciones a la movilidad y el fuerte crecimiento del tráfico».