Los usuarios de los abonos Avant piden al Gobierno que su ampliación sea «permanente»
«Lo que pedimos es que no sea negociable», dicen sobre la mayor flexibilidad de estos bonos para comprar billetes de AVE
El Gobierno ha decidido ampliar hasta el 31 de diciembre la nueva caducidad de los bonos Avant de Renfe, una medida que se adoptó en octubre de 2020 debido a los cambios en la movilidad impuestos por la pandemia y que se había alargado hasta el 30 de junio de 2022.
Los usuarios de estos abonos, que permiten comprar varios billetes de trenes de alta velocidad a un precio reducido, celebran esta ampliación de la caducidad durante seis meses más, pero piden al Gobierno que sea una medida permanente y no un «parche temporal» por la pandemia.
«Veo más cercana la posibilidad de que sea una medida fija y permanente», dice a THE OBJECTIVE Carlos Perfecto, presidente de la Asociación de usuarios AVE Valladolid y presidente en funciones de la Federación de Usuarios de Alta Velocidad en Castilla y León, ambas organizaciones que han luchado por esta medida durante años. «Lo que pedimos es que no sea negociable», dice el portavoz.
Estos bonos son utilizados por viajeros de numerosas provincias, especialmente en Castilla y León, donde la alta velocidad está muy extendida, para ir a trabajar o estudiar a una ciudad distinta en la que viven, en muchas ocasiones para viajar a Madrid.
En la actualidad, existen tres tipos de abonos Avant: Tarjeta Plus, que permite adquirir entre 30 a 50 billetes con un plazo de validez de un mes; Tarjeta Plus 10, 10 billetes a gastar en ocho días y Tarjeta Plus 10 Estudiantes, 10 billetes para poder usar en un plazo de 10 días.
Con la ampliación vigente desde el 17 de octubre de 2020, lograda tras la petición de las asociaciones de usuarios, la validez de estos bonos se duplicó y pasó a ser de dos meses y de 20 días, respectivamente.
La consolidación del teletrabajo
Esta petición se hizo debido al cambio en la movilidad que supuso la pandemia de coronavirus, que provocó que muchas de las personas que tenían que coger el AVE a diario ya solo fueran a trabajar de manera presencial unos días a la semana.
«Se ha demostrado que es necesario, esto es ahora mismo una de las soluciones que todos los teletrabajadores necesitan para poder utilizar el tren para el trabajo», dice Perfecto. «Antes era inviable porque todos perdíamos billetes, ahora la pandemia lo que ha hecho ha sido poner en foco que para poder utilizar el tren tienes que tener flexibilidad en los abonos de este tipo».
Por su parte, desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana reconocen que «la ampliación de la caducidad de los abonos ha demostrado su eficacia, al permitir la utilización de servicios declarados de Obligación de Servicio Público por un mayor número de usuarios».
Así, aunque esperaron al último día del plazo para comunicar su decisión, se ha decidido mantener la ampliación hasta el 31 de diciembre de 2022 debido también a «la consolidación del teletrabajo», una manera de trabajar que se está afianzando en el país «tanto entre los trabajadores de las empresas privadas como en el sector público», según afirman en un comunicado.
«El comunicado está reconociendo esta nueva forma de moverse y la nueva cuestión que ha traído el coronavirus, que es el teletrabajo, y eso nos parece un punto muy importante», considera Perfecto.
Una medida para afianzar población y reducir emisiones
Desde las asociaciones que han reclamado estos abonos, que principalmente están en Castilla y León pero cuya necesidad se ha extendido a muchas otras partes de España, como Aragón y Andalucía, señalan que mantener esta flexibilidad a la hora de comprar los billetes de esta forma no solo facilita el teletrabajo, sino que ayuda a mantener la población en zonas que cada vez están más despobladas y, además, reduce el uso del vehículo individual y fomenta el transporte público.
«La gente que teletrabaja unos días, si no tiene esta flexibilidad, va a coger el coche», afirma Perfecto. «Yo creo que es una cuestión económica y social coherente, si realmente les interesa que la gente viaje en el tren».
Ademá, apunta que es una medida que permite mejorar la «fijación de la población» en territorios que sufren el problema de la despoblación. Y es que si hay personas que viven en Valladolid o en Ciudad Real, por ejemplo, cuyo centro de trabajo está en Madrid, seguirán viviendo en estos lugares si se les facilita el transporte hasta la capital los días de la semana que lo necesiten. «Somos un territorio despoblado donde necesitamos poder usar la alta velocidad», dice Perfecto desde Valladolid.
«Inicialmente se puso el AVE para el turista o el ejecutivo que viajaba de vez en cuando, pero ahora mismo posiblemente la mitad de la gente que lo usa es para trabajar», argumenta, y añade que es una petición que llega también desde otras partes de España: «Hay muchísima gente pendiente, me ha escrito gente de Galicia, de Aragón, de Castilla la Mancha, de Córdoba, de Málaga, de Cádiz, de Zaragoza».
Por eso, quieren que esta medida «no sea negociable» y se convierta en un cambio estable, «permanente y fijo, una medida de adaptación al nuevo escenario que tenemos después del covid», dice el portavoz de la asociación.