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Economía alerta sobre las graves implicaciones de la baja capitalización de los bancos

La Autoridad Macroprudencial avisa en plena crisis de que en caso de perturbaciones complejas algunas entidades cortarán el grifo del crédito

Economía alerta sobre las graves implicaciones de la baja capitalización de los bancos

La ministra de Economía, Nadia Calviño | Europa Press

El Ministerio de Economía ha lanzado una alerta sobre la baja capitalización de los bancos españoles frente a los europeos. Una situación que coloca al sector de nuestro país en desventaja ante eventuales complicaciones de la coyuntura y que pone en riesgo el flujo del crédito en caso de que se produzcan episodios complejos.

El aviso del Departamento que capitanea Nadia Calviño tiene lugar en un momento en que la crisis energética ha ensombrecido el panorama en el Viejo Continente y ha disparado la inestabilidad sobre la evolución de los acontecimientos. Los principales organismos y casas de análisis apuntan a que Europa entrará en recesión en los próximos trimestres por la escalada de la inflación. Un escenario que el Ministerio de Economía descarta, por el momento, para España.

La alarma viene recogida en el informe anual de la Autoridad Macroprudencial del Consejo de Estabilidad Financiera (Amcesfi), ente adscrito al Ministerio de Economía en el que también participan representantes del Banco de España, la CNMV y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Un documento que ha sido publicado esta semana.

Alarma sobre los colchones voluntarios de los bancos

El estudio, consultado por THE OBJECTIVE, pone su énfasis en que los bancos españoles cuentan con una menor proporción de colchones voluntarios de solvencia sobre el total en relación a sus competidores europeos y que es «reducida». Un hecho que, de acuerdo con el informe, «podría suponer un cierto riesgo en el mantenimiento del flujo del crédito en caso de fuertes perturbaciones adversas que implicaran consumo de capital». En este escenario, explica la institución dependiente del Ministerio de Economía, «los bancos con ratios de capital próximos al mínimo regulatorio tienden a moderar las concesión de préstamos».

En concreto, el colchón voluntario de las entidades de nuestro país representa tan solo el 33,5% del ratio de solvencia principal (CET1), un nivel que solo está por debajo en Alemania. Aun así, el sector español cuenta en la actualidad con una capitalización por encima de los requerimientos de los supervisores.

Además, según el informe elaborado por la autoridad vinculada al Ministerio de Economía, la solvencia de los bancos españoles se mantuvo estable en 2021 y se comportó en línea con lo observado en el conjunto europeo, lo que «contribuyó a la estabilidad financiera».

La capitalización de las entidades de nuestro país siempre ha estado por debajo de la media del sector en el Viejo Continente, un factor que siempre ha estado en el foco de los mercados y de los supervisores. En 2021, el ratio de solvencia de los principales bancos españoles se situó en el 12,8%, frente al 17% de las entidades holandesas; al 16% de las francesas y las italianas; y al 15% de las alemanas.

Pese a esta alarmas del Ministerio de Economía, la situación del sistema financiero nacional es sustancialmente mejor que el estado en el que se encontraba en los inicios de la pasada crisis. Entonces, buena parte del sector contaba con bajos niveles de solvencia y no podía acudir a los mercados para captar fondos con los que cubrir los deterioros de los créditos y otros activos.

Además, en la actualidad cuenta con el efecto positivo de la subida de los tipos de interés, que elevará su rentabilidad y, por tanto, incrementará sus beneficios para poder destinar parte a las reservas si fuera necesario en el caso de que llegasen shocks no deseados. Según los cálculos, los bancos españoles ingresarán en dos años en torno a 7.500 millones adicionales por la escalada del precio del dinero y el euríbor. El BCE aprobó el jueves la mayor subida de los tipos de la historia con el objetivo de contener cuanto antes la inflación y ante el convencimiento de que habrá recesión en la eurozona sí o sí próximamente.

Sin embargo, pese a esta coyuntura de incertidumbre y alarmas, el Gobierno se dispone a imponer un impuesto a los bancos por 3.000 millones. Un dinero que drenará dichos ingresos extraordinarios y que impedirá un mayor fortalecimiento de los niveles de capital de las entidades con los que poder mantener el crédito. El flujo de la financiación es vital para que la economía funcione y crezca.

Calviño es defensora de este gravamen extraordinario, a pesar de que reducirá la capacidad de maniobra de los bancos. La titular del Ministerio de Economía ha defendido en más de una ocasión la posición de que es el momento de que el sector arrime el hombro y pague parte de la factura de la crisis que se avecina.

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