La producción de fertilizantes en la UE cae un 70% y aboca a la escasez de alimentos
El alto precio del gas con el que se fabrican los abonos ha llevado a muchos agricultores a no abonar sus cultivos para ahorrar costes, comprometiendo así las futuras cosechas
Las consecuencias de la escasez del gas a la que se enfrenta Europa tardarán años en hacerse evidentes, al menos en el sector de la agricultura. Si bien los primeros efectos -el incremento generalizado de los precios de las materias primas- están ya marcando el mercado, los tiempos del campo no se caracterizan por la inmediatez. Por ello, la caída en la producción de fertilizantes en la Unión Europea -hay un 70% menos y su precio se ha disparado en un 300%- supondrá, en primer lugar, una reducción de las prácticas de abono, lo que a su vez se traducirá en una merma de las cosechas que pone en riesgo el abastecimiento de alimentos.
La escasez de fertilizantes tiene lugar en un momento crítico para el sector agrario a nivel global, que sufre la pertinaz sequía y los efectos generalizados del cambio climático, amén del encarecimiento generalizado del resto de costes de producción. Tal y como confirman fuentes expertas a THE OBJECTIVE, esta situación ha llevado a multitud de agricultores a no abonar o abonar en menor cantidad para poder equilibrar sus cuentas.
El ejemplo de Andalucía, una de las potencias agrícolas de España, permite ya atisbar las consecuencias de esta situación. Tras unos meses particularmente secos y después de que muchos agricultores optaran por reducir o suprimir el uso de fertilizantes, las previsiones apuntan a que la campaña de aceituna 2022-2023 será una de las peores en décadas, con una caída de la producción del 50-60%, y sin una subida de los precios que permita compensar ese desfase.
Alerta de la industria de fertilizantes
La industria de los fertilizantes, altamente dependiente del gas, lleva meses alertando de la inviabilidad de su actividad con los costes actuales y de hecho amenaza con deslocalizar su producción en Europa. Una encrucijada en la que no solo se encuentran las muchas fábricas que se ubican en los países del centro del continente, sino también en España. Aquí, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe) ya ha advertido del impacto que tendrá esta crisis de precios.
La patronal española de fabricantes de fertilizantes reclama la «acción inmediata» de la Comisión Europea para evitar más cierres de plantas productoras
Si no se toman medidas a tiempo ante este impacto del precio del gas o puede haber consecuencias muy negativas, tanto para las empresas del sector como para toda la cadena de valor, por lo que es necesaria una acción inmediata a nivel europeo, alertan desde la Anffe. Además del gas, esta patronal recuerda que la subida de los precios también ha afectado al resto de materias primas que emplea la industria, lo que se suma al resto de factores que afectan a la viabilidad de la producción. Todo ello ha llevado ya al cierre a algunas plantas de producción de fertilizantes, lo que ha supuesto una caída de la producción en torno a un 70%.
Este descenso de la fabricación de fertilizantes en Europa se suma a la reducción de importaciones procedentes de Rusia como consecuencia de la guerra de Ucrania. Así las cosas, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes insiste en que está «en peligro la disponibilidad en Europa de unos productos que son esenciales para el sector agricultura». «Además, puede incrementar nuestra dependencia de países terceros», apunta la patronal, que reclama a la Comisión Europea medidas para limitar el precio del gas natural y para desconectar los precios de la electricidad de los del gas.
Hasta la Organización de las Naciones Unidas, que lleva años abogando por reducir el uso de fertilizantes por su impacto medioambiental, ha reclamado el desbloqueo de las exportaciones de estos productos desde Rusia. «Si el mercado de fertilizantes no se estabiliza, el próximo año el mundo puede quedarse sin alimentos», advertía hace unos días el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidiendo a la comunidad internacional el levantamiento de las sanciones relativas a la importación de fertilizantes rusos para evitar que el problema se incremente.
La Comisión Europea recogió el guante de Guterres, al menos parcialmente, poco días después de que pronunciara estas palabras durante el consejo extraordinario de ministros de Asuntos Exteriores celebrado en Nueva York. La Unión Europea aprobó nuevas directrices sobre la aplicación de las sanciones y abrió la puerta a que los fertilizantes, el carbón y otras materias primas provenientes de Rusia puedan atravesar el espacio comunitario para llegar al resto del mundo, si bien seguirán sin poder importarse directamente.
«No existe un riesgo inminente de desabastecimiento de alimentos»
Nadie duda del impacto que la escasez de fertilizantes tendrá para la agricultura europea. La duda es en qué magnitud y si acarreará un problema de desabastecimiento de alimentos en un continente que no es autosuficiente y depende de las importaciones para mantener los niveles de consumo actual. El último informe publicado por Caixabank Research aborda precisamente estas preguntas, contemplando «el riesgo de que se pueda llegar a producir un desabastecimiento» de fertilizantes.
«Parece que no existe un riesgo inminente de desabastecimiento para el sector agrario español derivado de las consecuencias del conflicto en Ucrania», sostiene el último informe de Caixabank Research
«La guerra en Ucrania ha alimentado el temor a un desabastecimiento de determinados insumos para el sector agroalimentario, debido a que Rusia y Ucrania son grandes productores y exportadores de cereales, aceites y fertilizantes, entre otras materias primas», explica el informe de Caixabank Research, que descarta, al menos por el momento, el desabastecimiento de alimentos en sí como consecuencia de esta situación: «En balance, parece que no existe un riesgo inminente de desabastecimiento para el sector agrario español derivado de las consecuencias del conflicto en Ucrania».