Telefónica actualizará su plan estratégico contra los efectos de la guerra y la energía
Se estima que una compañía del tamaño de la operadora podría haber aumentado en un 40% sus costes energéticos en el último año
Telefónica ultima flecos para cerrar la actualización de su plan estratégico presentado a finales de 2019 y que derivará en un nuevo proyecto para el trienio 2023-2025. El objetivo es adaptar la hoja de ruta de la compañía de telecomunicaciones al nuevo contexto económico mundial derivado de la invasión de Rusia a Ucrania y que ha generado una inflación desbocada, unos precios energéticos en máximos y una crisis en la cadena de suministros, en especial los que necesita la operadora para construir sus redes.
Fuentes de la compañía confirman a THE OBJECTIVE que se está trabajando en el plan y que en las últimas semanas se han estado evaluando los diversos escenarios que se abren a raíz de los hechos recientes. Se trabaja en la manera en la que se puede adaptar su estructura para minimizar el aumento de costes operativos y, a su vez, reconfigurar la industria de la tecnología y las telecomunicaciones a este nuevo escenario.
Los plazos indican que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete debería presentar la actualización del Plan Estratégico en las próximas semanas para que sea validado por el Consejo de Administración antes de que finalice el mes de noviembre, según informa El Confidencial. A partir de ahí se presentarán los principales detalles a los bancos de inversión y los analistas que siguen la compañía para recibir la bendición de los mercados al proyecto. La asesoría principal del plan es de McKinsey, aunque también se están valorando informes de otras consultoras relacionadas históricamente con la operadora.
Plan Estratégico de 2020
El propio Pallete presentó el plan estratégico 2020-2022 en noviembre de 2019 anunciando que quería sentar las bases de la Telefónica de los próximos 100 años -en referencia de la proximidad del primer centenario de la compañía en 2024-, con la creación de cuatro grandes mercados (España, Brasil, Reino Unido y Alemania); la segregación de sus negocios en Latinoamérica, la puesta en marcha de una nueva estructura corporativa y la puesta en marcha de Telefónica Tech y Telefónica Infra.
Derivado de este plan, Telefónica acordó la fusión de sus negocios en Reino Unido con Liberty, para dar paso a O2-Virgin, vendió sus torres de telefonía fija a American Tower, enajenó negocios selectivos en Latinoamérica y cerró alianzas para crear compañías de despliegue de fibra óptica en Alemania, Chile o Colombia.
En este periodo además se ha reducido a la mitad la deuda, aunque todavía sigue sin tener el respaldo de los mercados bursátiles. Telefónica ha reducido un 12,82% su capitalización desde enero, pese a que a finales de mayo logró estar por encima de los cinco euros.
Costes de Telefónica
El actual plan en vigor buscaba revolucionar la compañía, pero se topó con la irrupción de la pandemia pocas semanas después y ha estado marcado por la inestabilidad económica mundial generada por la covid y por la guerra en Ucrania. En Telefónica consideran que los pilares en los que se basó el actual proyecto estratégico siguen plenamente vigentes, pero que es necesaria una actualización para adaptarla a la nueva realidad económica mundial.
No existen cifras oficiales, pero se estima que una compañía del tamaño de Telefónica podría haber aumentado en un 40% sus costes energéticos en el último año y que habría tenido que asumir elevados costes por el parón en la cadena de suministros tecnológicos. Todo ello en un contexto en los que -por el momento- contiene los precios y no traslada el valor del nuevo escenario a sus clientes, al igual que la gran mayoría de sus competidores en España.
Es precisamente en el mercado español donde Telefónica tiene uno de sus mayores retos de cara al próximo trienio. A finales del próximo año se espera que la Comisión Europea apruebe la fusión entre Orange y MásMóvil, lo que generaría un gigante que superará a la operadora en número de clientes en España, aunque no en facturación.
Trabas regulatorias
Por primera vez en su historia, Telefónica se enfrentará por el primer lugar con un competidor con iguales armas, lo que además del enorme impacto comercial que representará, tendrá una traslación al actual entorno regulatorio, tanto al nivel de sus redes de telecomunicaciones y su predominio en el mercado de fibra óptica (donde está por ver si seguirá siendo el operador incumbente); como en el apartado del mercado de televisión.
Por otro lado, Pallete ha dicho en varias ocasiones que no tiene sentido que Movistar+ siga teniendo restricciones de contratación de contenidos en un contexto en el que Netflix, HBO y Disney+ tienen más abonados que los operadores tradicionales. En este sentido, ha exigido al regulador que establezca un nuevo contexto regulatorio en el que no existan restricciones.
Del mismo modo, pero a nivel global Telefónica está inmersa en una lucha junto con sus competidores europeos, para que la Comisión Europea apruebe una nueva normativa que iguale las condiciones de las telecos con las grandes tecnológicas. «Mismo negocio, mismas reglas» suele decir Pallete refiriéndose a la necesidad de que Google, Facebook, Twitter o Amazon tengan el mismo trato regulatorio que los operadores tradicionales y que incluso puedan pagar por el uso de sus redes e infraestructuras digitales.