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La fusión de Orange y MásMóvil entra en Bruselas con 'estrecha vigilancia' de la CNMC

La entrada de la fusión en Europa es el primer paso del camino regulatorio que debe recorrer la operación, un proceso que podría tardar un año

La fusión de Orange y MásMóvil entra en Bruselas con ‘estrecha vigilancia’ de la CNMC

El expediente de fusión de Orange y MásMóvil finalmente ha entrado en Bruselas dos meses después de que se firmara formalmente la operación. En concreto, la notificación formal se produjo la semana pasada y en ella las dos partes insisten en que la integración no significará una alteración para la competencia del mercado español de las telecomunicaciones. Es más, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE con fuentes cercanas al proceso, estas telecos no prevén la venta de activos en su propuesta enviada a la Unión Europea.

Otra de las novedades que se producirán en el análisis del expediente -que las partes prevén que esté cerrado en el tercer trimestre de 2023- es la colaboración de las autoridades de Competencia de Bruselas y su homólogo español, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), presidida por Cani Fernández.

Este diario ya había adelantado que la CNMC había pedido el expediente a Bruselas con el apoyo del Gobierno, argumentando que era una operación que afectaba exclusivamente a España. Una situación que la Comisión ha resuelto permitiendo que el organismo local pueda participar del análisis, dando su opinión y aportando sus informes, aunque no podrá quedarse con el expediente en exclusiva. Solución salomónica que da protagonismo a España, pero que deja en los órganos comunitarios la decisión final.

Función de la CMNC

Un mes antes de que se firmara la fusión, fue la propia Cani Fernández, la que reivindicó la presencia de la autoridad local en la operación. Fernández recordó que la CNMC es regulador de este mercado y dijo que no descartaba reclamar el reenvío de esta operación para poder supervisar el proceso y tener la última palabra sobre la integración de Orange y MásMóvil. En cualquier caso, Fernández recordó que, hasta ahora, todas las operaciones de concentración de gran volumen las ha decidido Bruselas que, en todo caso, debe coordinarse con los reguladores nacionales durante todo el proceso.

La entrada del expediente en la Comisión se esperaba desde comienzos de septiembre aunque finalmente se produjo a finales de este mes, tras cerrar los últimos flecos y detalles técnicos y burocráticos. La propia CEO de Orange, Christel Heydemann, confirmó este fin de semana en una entrevista en El País el ingreso del expediente aunque no realizó más comentarios sobre el proceso y confió en que los reguladores entiendan que la operación busca reforzar la capacidad inversora de la compañía resultante.

La entrada de la fusión en la Comisión Europea es el primer paso del camino regulatorio que debe recorrer la operación: una vez entregada toda la documentación se activa el reloj de un proceso que determinará el éxito o fracaso de la fusión. Las dos compañías esperan que todo el proceso esté concluido a más tardar un año después de la entrada del expediente en la UE.

Orange compra Jazztel

En términos regulatorios, Bruselas deberá decidir bajo qué fórmulas se podrá cerrar la fusión y si les impone los llamados remedies, es decir, condiciones para autorizar el expediente. En este tipo de operaciones lo normal es que se impongan ventas de activos a las entidades que se están fusionando para proteger la competencia. 

Hasta el momento, Bruselas y la vicepresidenta y comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, han sido implacables en las fusiones planteadas y no parece que en esta oportunidad flexibilicen sus posturas sin imponer condiciones. En 2016, cuando Orange compró Jazztel, Bruselas obligó a las empresas fusionadas a desprenderse de activos que precisamente adquirió MásMóvil. En este caso, Orange siguió adelante pese a las trabas, porque consideraron que la operación de integración seguía siendo rentable. 

Estos condicionantes son de una gran importancia, ya que, si se consideran especialmente gravosos, la joint venture no prosperará y cada empresa seguiría sin unir actividades y continuando como competidores. Orange y MásMóvil vienen sosteniendo desde hace meses que su fusión se explica exclusivamente por la necesidad de seguir afrontando nuevas inversiones en un mercado deflacionario. 

Informe de Fitch

Indican además que el mercado español mantendrá intacto su nivel de competitividad debido a la elevada proliferación de pequeñas operadoras que se hacen cada vez más fuertes como Digi, Avatel o Finetwork. Ello, pese a que según las últimas cifras de la CNMC las dos operadoras (Orange y MásMóvil) suman más del 40% del mercado móvil y fijo y se distancian a varios millones de clientes de Telefónica -actual líder del mercado- y Vodafone, que se quedaría en un rezagado tercer lugar.

Por otro lado, la semana pasada la agencia de calificación de riesgo Fitch publicó un informe en el que indica que la fusión entre Orange y MásMóvil reducirá la competencia del mercado español, ya que prevé que el nuevo operador adopte estrategias más propias de un incumbente, es decir aquellas empresas dominantes en un mercado y que adoptan decisiones conservadoras, como le sucede actualmente a Telefónica. 

El informe también se muestra optimista sobre el futuro comercial de la joint-venture ya que estima que son dos compañías que tienen perfiles complementarios y que podrán cumplir sus objetivos de sinergias situados por las dos operadoras en 450 millones de euros en cuatro años.

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