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Economía

El Sabadell pide un cambio radical del impuesto bancario: que afecte a todos y con otro diseño

El banco reclama al Gobierno que el gravamen se aplique sobre beneficios o activos para que tenga un efecto neutral en las entidades, en vez de sobre ingresos

El Sabadell pide un cambio radical del impuesto bancario: que afecte a todos y con otro diseño

El director financiero del Sabadell, Leopoldo Alvear, y el consejero delegado, César González-Bueno | Banco Sabadell

El Sabadell, como el resto del sector, se ha mostrado contrario al impuesto especial que proyecta el Gobierno para la banca, pero da por hecho que finalmente se aplicará. Por ello, el grupo catalán reclama un cambio radical en su articulación para mermar su coste. Por un lado, el banco pide al Ejecutivo que sea pagado por todas las entidades y no solo unas pocas, que es lo que establece la proposición que está en trámite parlamentario para su aprobación. Además, quiere que haya una modificación sustancial de su diseño para que tenga una mayor neutralidad entre entidades.

Hasta ahora, tal y como ha publicado THE OBJECTIVE, las entidades estaban solicitando que el gravamen, por el que Hacienda recaudará unos 3.000 millones en dos años, lo tuvieran que abonar no solo las principales bancos sino también bancos extranjeros con relevancia operativa que han quedado excluidas, entre ellas ING o BNP Paribas. Pero, el Sabadell da un paso más allá y reivindica que sea desembolsado por todos, grandes y pequeños. Es decir, que la tasa se imponga también a las cajas rurales y al resto de firmas financieras que tienen negocio en en nuestro país.

«Que afecte a todos por igual; esperamos que en el debate parlamentario, si se materializa, se tenga en cuenta la neutralidad dentro del sector», indicó este jueves el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, durante la presentación de resultados del grupo. Una neutralidad que también tendría que llegar a través de una estructura completamente diferente del impuesto. Es decir, que la tasa se fije sobre los beneficios, que sería lo más sencillo, o sobre otras variables, como podrían ser el volumen de activos o los depósitos.  

Según lo planteado hasta la fecha por el Gobierno, los bancos que en 2019 tuvieron unos ingresos (margen de intereses más comisiones) superiores a los 800 millones deberán abonar a las arcas públicas un 4,8% de esta partida. Bajo este escenario, las entidades que asumirán esta tasa serían Caixabank, BBVA, el Santander, el Sabadell, Bankinter, Unicaja, Ibercaja, Kutxabank y Cajamar. Existen dudas sobre Abanca, ya que en 2019 se acercó, pero no alcanzó la cuantía mínima.

El Sabadell se queja de que el gravamen no se imponga a todas las industrias

La banca ha venido quejándose de la puesta en marcha de este impuesto especial, porque creen que es injusto y discriminatorio, además de haberse justificado con argumentos que no se ajustan a la realidad, ya que el sector piensa que no está teniendo beneficios extraordinarios por la subida de los tipos de interés y el euríbor. Lo ideal es que, según señaló el consejero delegado del Sabadell, un gravamen de esta naturaleza se reclamara a todas las industrias, no solo a una o a dos, como pretende el Gobierno, si fuera necesario.

La sensación que existe en el sector es que el Gobierno aplicará tal y como esta proyectado el impuesto especial y solo podría haber algún mínimo cambio si el BCE rechaza de manera muy contundente su aplicación. Hay que tener en cuenta que la opinión que realice en el informe que está elaborando no es vinculante, pero puede servir de presión para matizar algunos puntos, como que sea exigido para más entidades.

Si finalmente existen cambios es previsible que la factura para las entidades que ahora se ven afectadas sea menor, aunque también es cierto que la mayor subida de los tipos de interés sobre las previsiones empujará al alza sus ingresos de una manera más contundente, por lo que el pago podría llegar incluso a ser mayor a lo estimado por el Ejecutivo. Se espera que los bancos facturen 12.500 millones más por el efecto del encarecimiento del euríbor.

Las cifras apuntan a que Caixabank será la más castigada, ya que en los dos años del gravamen temporal tendrá que desembolsar 900 millones. El Santander, por su parte, tendrá que abonar entre 600 y 700 millones, mientras que BBVA, unos 500 millones. El Sabadell se verá afectado con un coste de 350 millones; Bankinter, de 180; Unicaja, de 150 millones; Kutxabank, de 100 millones; Ibercaja, de 90 millones; y Cajamar, de 90 millones, también.

El Sabadell niega, como sus competidores, que el sector vaya a tener beneficios extraordinarios por la subida de los tipos, ya que la situación actual es la normalidad. Lo anormal, a su juicio, es que el precio del dinero y el euríbor estuviera en negativo y lo estuviera tanto tiempo. El Gobierno ha justificado la nueva tasa impositiva en estas ganancias adicionales y la necesidad de que la banca arrime el hombro en esta época de incertidumbre y frenazo económico, donde no se descarta una recesión técnica en los próximos trimestres.

El grupo catalán se prepara para este nuevo escenario, aunque considera que aún no ha percibido una caída de la actividad ni de la demanda de préstamos. Tampoco un deterioro de sus cartera ni síntomas de morosidad. El Sabadell está analizando la realización de provisiones extraordinarias a finales de año, aunque no muy sustanciales, ya que confía en que la desaceleración sea suave y poco duradera.

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